Veintiséis  casas de Piedras Negras vandalizadas por el grupo   criminal "Los Zetas"  están siendo demolidas y posteriormente serán reducidas a   escombros unas  50 lujosas residencias del poblado vecino de   Allende.
 
 Hasta ahora ya    fueron demolidas una cinco residencias, las más grandes, de un padrón de  26 casas   y departamentos, informó Alejandro Osorno, portavoz de la  alcaldía de Piedras   Negras. 
 
 El gobierno de    Coahuila y las autoridades municipales acordaron tirar las viviendas  debido a que   fueron parcialmente destruidas por la organización criminal  durante el primer   trimestre de 2011. 
 
 En un principio  el gobierno buscó a los dueños para acordar la   demolición de los  inmuebles, pero algunos no reconocieron su propiedad y otros    argumentaron que las vendieron pero no habían registrado la transacción,  explicó   Osorno. 
 
 A partir de la   segunda quincena de junio comenzaron los trabajos para sellar y derrumbar 26   residencias, casas y departamentos. 
 
 Las primeras  residencias demolidas se ubican en las   exclusivas colonias Las Fuentes y  Roma. La casa habitación de Las Fuentes tenía   un área superior a 4 mil  metros cuadrados. 
 
 El portavoz de  la alcaldía comentó que las viviendas que   no presentan daños  estructurales serán selladas con una barda   perimetral. 
 
 Detalló que los  predios se podrán utilizar como estacionamiento de   particulares, ya que  se ha buscado por todos los medios posibles a los   propietarios para que  cubran el gasto de los trabajos de demolición así como de   limpieza,  aunado al adeudo del Impuesto Predial. 
 
 En el caso de  Allende, el   alcalde Luis Reynaldo Garza confirmó que serán más de 50 las  lujosas residencias   que serán derrumbadas y se prevé que los trabajos  inicien a partir de la última   semana del mes de julio. 
 
 Allende es un pequeño poblado de unos 22 mil habitantes ubicado 57   kilómetros al sur de la frontera con los Estados Unidos. 
 
 Mencionó que la destrucción de   las casas fue ordenada por Protección Civil del estado, debido que representan un   peligro. 
 
 Reynaldo Garza   explicó que en total son 50 casas en la zona urbana y cuatro más ubicadas en   ranchos que serán destruidas. 
 
 El alcalde comentó que esas viviendas representan un monumento al   horror que vivió Allende en el primer trimestre del 2011. 
 
 La peor   masacre 
 
 En el pequeño   poblado sucedió lo que ahora se considera la peor masacre del México   contemporáneo, con alrededor de 400 víctimas. 
 
 Comenzó el 18  de marzo de ese año. La tarde de ese día   arribaron a Allende unas 40  camionetas con sicarios que cerraron los accesos por   carretera, mientras  que el resto se dirigió a 10 residencias de las familias   Moreno  Villanueva y Garza Gaytán para llevarse a alrededor de ochenta personas,    entre mujeres, ancianos y niños. 
 
 Héctor Moreno  Villanueva y José Luis Garza Gaytán eran   dos capos de "Los Zetas" que  traicionaron al grupo y se quedaron con alrededor de   cinco millones de  dólares provenientes del tráfico de droga que realizaban por la   frontera  de Piedras Negras. 
 
 Héctor Moreno y  José Luis Garza eran miembros de las familias ricas   del pueblo que  salieron de Allende para estudiar en prestigiadas escuelas   privadas de  la ciudad de Monterrey, pero a su regreso se dedicaron al   narcotráfico. 
 
 Operaron con  "Los Zetas" desde el año 2007, traficando 800   kilogramos de cocaína por  mes a Estados Unidos a través de una de las empresas de   trasporte de  carga propiedad de la familia Moreno Villanueva. 
 
 El trasiego de  droga generaba   una ganancia promedio de cinco millones de dólares  mensuales que eran mandados a   la ciudad de Nuevo Laredo al líder Zeta  Miguel Ángel Treviño Morales, alias   "Z40". 
 
 Héctor Moreno    también lavaba parte de ese dinero comprando caballos de carreras Cuarto  de Milla   para el Z-40 y anotaba las transacciones en un libro de    contabilidad. 
 
 En febrero del  2011 Héctor Moreno y José Luis Garza traicionaron al   líder, al informar a  la Agencia Antidrogas de los Estados Unidos del trasiego de   droga y  huyeron con un poco menos de 5 millones de dólares. 
 
 Miguel Ángel  Treviño les   advirtió que regresaran el dinero, y el libro de  contabilidad, o de lo contrario   matarían a todos sus familiares y  amigos. Los capos ignoraron las amenazas y se   entregaron a las  autoridades de los Estados Unidos, donde residen bajo la   categoría de  testigos protegidos. 
 
 El "Z40"  cumplió sus amenazas y durante más de un mes   "Los Zetas" enviaron a sus  sicarios a plagiar a todas los habitantes de Allende   que tuvieran los  apellidos Garza Gaytán y Moreno Villanueva. 
 
 Además, los  sicarios se   llevaron a sus empleados domésticos y en una ocasión  convocaron a todos los   albañiles que construyeron las lujosas viviendas  de esas familias, a quienes   también desaparecieron. 
 
 Posteriormente,  los sicarios regresaron y con trascabos y maquinaria   pesada tiraron  paredes, parte de los techos y derribaron puertas de 50 casas,   para  buscar el dinero robado y el libro de contabilidad. 
 
 Tras balacear y  quemar   parcialmente las viviendas, dejaron que los pobladores las  saquearan; se llevaron   todo lo que pudieron: muebles, puertas, ventanas e  incluso las llaves y tuberías   de los baños. 
 
 Héctor Moreno  contó parte de lo anterior cuando fungió como testigo   de la fiscalía en  el juicio que se le siguió en Austin, Texas, a Héctor Treviño   Morales,  hermano mayor de "Z40", por lavado de dinero. 
 
 Para  desaparecer a los   integrantes de las familias Moreno Villanueva, a los  trabajadores y a un número   no revelado de "Los Zetas" que trabajan para  los capos, se utilizaron al menos   tres "narco cocinas". 
 
 Una se instaló  en un rancho incautado a Luis Garza Gaytán, ubicado   en las inmediaciones  del kilómetro siete de la carretera Allende-Villa Unión. Ahí   fueron  llevadas las familias y trabajadores plagiados. 
 
 
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