|                                  Tierra del Narco es   Videos, Fotos & Información sobre el Narcotráfico? en   México. | Yo defiendo a Don Joaquín Archibaldo Guzmán   Loera |   |  ¿Qué mueve a un abogado a defender en agosto   de 2015 a Joaquín Archibaldo Guzmán Loera? Pregunta de rigor cuando se lee que el   abogado de El Chapo acaba de interponer una demanda de amparo contra cualquier   orden de detención para extraditarlo a Estados Unidos. El Chapo es quizá el   prófugo más famoso del mundo. Su maquinaria de defensa, sin embargo, parece   funcionar como si estuviera resolviendo un litigio de rutina. Desde vaya a saber   Dios qué clandestinidad, El Chapo busca un amparo.
 
  --¿Cómo le   pagan sus honorarios? -le pregunto a Juan Pablo Badillo Soto, defensor desde   octubre de El Chapo,
  justamente el encargado de promover los amparos   contra la extradición.
 
  --Ese es un asunto que no viene al caso en   esta comunicación -me frena.
  --¿Sí le pagan?
  --Por supuesto   que sí. ¡Dígame si usted trabaja de a gratis! Es una defensa absolutamente   profesional y, por tanto, pagada.
  Ya no pregunto cuánto ni cómo. Pero   ¿quién toma las decisiones, quién diseña la estrategia de defensa, quién la   evalúa? Me resisto a creer que a través de una, dos, diez, cien personas, El Chapo   no haga el trazo de su defensa.
  --¿Decide con total autonomía,   abogado?
  --No existe comunicación en este momento, por razones obvias,   con mi defendido. Pero tengo la obligación absoluta, profesional, de seguir en su   defensa. Como jurista, tengo que implementar su defensa con energía, con   profesionalismo.
  --Cuesta mucho creerlo.
  --Oiga, por   supuesto que como profesionista tengo que tomar decisiones. Y en este caso, yo no   puedo estar preguntando en cada momento qué voy a hacer, dígame si me autoriza a   tomar una taza de café.
  Profesionalmente, yo tengo que tomar las   decisiones. Absolutamente. Se hace en la defensa, lo que se tiene que hacer.
 
  Cuenta que no ha visto a Guzmán Loera desde cuatro o cinco meses   antes de la fuga del 11 de julio. Estremece la pasión con que expone, la seguridad   con que dice que "el señor Guzmán Loera confía en la prudencia y buen juicio   profesional de su defensor, que soy yo, Juan Pablo Badillo Soto". Y tómenlo como   quieran, es admirable la forma en que se bate por su cliente y afirma con la voz   en alto: "Yo defiendo a Don Joaquín Archibaldo Guzmán Loera".
  --Abogado, si lo detienen, lo van a extraditar. Es opinión generalizada.
  --¡Opinión generalizada de quién! -me grita--. Vaya usted a la calle y   consulte a diez personas, pídales su opinión y considerarán que es una barbarie   absurda si se concediera la extradición del señor Guzmán Loera.
  --Firme   en la defensa.
  --¡Por supuesto, señor! Hasta que se dilucide la   impartición de justicia, la del respeto a las instituciones y a la soberanía de la   patria mexicana. Y obviamente, el único que manda sobre mi desempeño profesional   es el señor Joaquín Archibaldo Guzmán Loera.
  ¿Gana mucho dinero, está   amenazado, no le queda de otra? No lo sé. Guardo para el registro sus palabras.   Parecen, diría Václav Havel, las de un hombre que sabe que la esperanza no es la   convicción de que las cosas saldrán bien, sino la certidumbre de que algo tiene   sentido, sin importar el resultado final. Eso parecen.
  MENOS DE   140. El secretario Videgaray cancela su visita a Veracruz. Inauguraría el concurso   nacional del SAT. Veracruz, rinconcito. |  
 
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