MundoNarco.Com |
- Vídeo un sicario del Cartel del Golfo cantando un peculiar narcocorrido
- Ordenan liberar a mujeres por caso Tlatlaya
- Desaparecen fuerzas rurales en Michoacán
- Temporada de ejecutados "Una Carta desde Guerrero" tierra del narco
- La Guerra de Los Zetas, los 11 militares masacrados, los 12 policías cazados y la muerte del Alcalde
- El Cartel de Sinaloa domina Nueva York es el rey de la heroína
- Un chico aprendiz de sicario
- Edith era una chica muy dulce, la ejecutaron y dejaron el cadáver afuera de su casa
- Vence arraigo de esposa de Abarca
- También en el narco hay clases sociales
- Yo fui el verdadero fundando de los Zetas, Osiel solo era mi mero jefe
- Ejército mantiene imagen positiva
- Una chispa enciende la violencia en Guerrero
- Hora y media del terror “Aquí no hay autoridad, somos menos que nada, no le importamos a nadie”
- Confirman 21 heridos tras enfrentamientos en Chilpancingo
- Capturan a dos hombres armados en Azcapotzalco
Vídeo un sicario del Cartel del Golfo cantando un peculiar narcocorrido Posted: 15 Dec 2014 02:12 PM PST |
Ordenan liberar a mujeres por caso Tlatlaya Posted: 15 Dec 2014 07:57 PM PST Un juez federal dejó en absoluta libertad a Cinthia Stephanie Nava López y a Patricia Campos Morales, quienes fueron detenidas. Por el Ejército mexicano en junio pasado durante los sucesos en que perdieron la vida 22 delincuentes en el municipio de Tlatlaya, Estado de México. La Procuraduría General de la República (PGR) determinó presentar conclusiones no acusatorias contra las mujeres. Que se encontraban en el lugar donde se registró el enfrentamiento, en una bodega, lugar en que unos militares dispararon contra algunos delincuentes que estaban desarmados. El juez decretó el sobreseimiento de la causa, y ordenó la inmediata y absoluta libertad de ambas mujeres, por lo que en las próximas horas recobrarán su libertad. La PGR inició una averiguación contra las mujeres por los delitos de acopio de armas de fuego, y posesión de cartuchos para arma de fuego del uso exclusivo de las fuerzas armadas. Sin embargo, en el transcurso de la pesquisa no encontró elementos para acusarlas de dichos delitos. Ambas mujeres se encuentran en el Centro Federal Femenil de Readaptación Social en Tepic, Nayarit, únicamente por cuanto a esta causa penal y delitos se refiere. La autoridad Jurisdiccional giró oficio a la autoridad penitenciaria y exhorto al Juez de Distrito de Procesos Penales Federales en el Estado de Nayarit, en turno, a efecto de que sean puestas en libertad. Ambas mujeres son civiles que estuvieron presentes en los hechos ocurridos, en Cuadrilla Nueva, comunidad San Pedro Limón, municipio de Tlatlaya, Estado de México. |
Desaparecen fuerzas rurales en Michoacán Posted: 15 Dec 2014 05:51 PM PST Alfredo Castillo Cervantes, comisionado para la Seguridad y el Desarrollo Integral de Michoacán, explicó que en Michoacán ya hay un debilitamiento de los templarios. Por lo que "hoy por hoy la permanencia de la Fuerza rural ya no tiene razón de ser". Castillo Cervantes dijo que este grupo estaba conformada por un grupo de unas 250 personas que tenían movilidad y apoyaban en operativos para llegar a la sierra y lugares que las autoridades federales desconocían, con el objetivo de detener a templarios. Detalló que este mediodía sostendrá una reunión con integrantes de la Fuerza Rural para aclararles queya no podrán moverse de comunidad y advirtió que los integrantes que quieran operar fuera de sus comunidades serán detenidos. "Lo que hoy vamos platicar con ellos es que ya no va existir grupos que tengan movilidad fuera de su comunidad", y agregó que sólo podrán integrarse a los temas de seguridad sólo si alguna comunidad en específico lo aprueba. |
Temporada de ejecutados "Una Carta desde Guerrero" tierra del narco Posted: 15 Dec 2014 03:57 PM PST Le pedí que me hablara sobre la amapola que se siembra masivamente en su municipio, pero Mario Chávez, el joven alcalde de Tlacotepec. Parecía venir de otro país: me dijo que eso ya no se daba, que era fama nomás y luego empezó a platicarme que un hombre con alas, aunque otros dicen que es un dragón, llevaba noches apareciéndose en su pueblo. "Mañana va a ir el obispo a bendecirnos el cielo. Lo va a hacer desde un helicóptero que conseguimos", me contó el alcalde como si no quedara otra salvación. Hubiese ido a Tlacotepec para ver en qué acababa el cuento, pero afuera del restaurante donde platicábamos estaba Guerrero y dentro de éste estaban nuestros muertos, nuestros desaparecidos. No eran tiempos para hablar de fábulas. Era temporada de la flor de muertos, del cempasúchil. DOS Cincuenta por ciento del comercio en Chilpancingo ha cerrado definitivamente. También ahí, 70 % de los negocios baja la cortina a las siete de la noche. Una docena de casas de cambio han sido clausuradas; tenían dos, tres años limpiando narcodólares. 250 placas de taxi se le otorgaron a los narcos, vía el gobierno del estado. 120 camiones recolectores de basura le pertenecen al crimen. Diez por ciento del costo de la obra es el diezmo que políticos y narcos le exigen a los constructores. 300 familias de dinero salieron huyendo de la ciudad. 300 casas están en venta, y sólo se han vendido dos. Tres mil 500 pesos es lo que paga el dueño de un bar como cuota semanal. Cinco mil pesos desembolsan semanalmente los ferreteros para que no los secuestren y los dejen trabajar. 50 pesos cobra el crimen por cada cerdo que los tablajeros compran en el rastro. Veinticinco pesos diarios desembolsa cada taxista como cuota. En Iguala, le pueden pedir 20 mil pesos mensuales a un joyero para no molestarlo. Veinte. Cincuenta por ciento es lo que el narco le quita a un campesino cuando éste recibe los programas sociales o los pagos de su cosecha. Dos pesos cobran los narcos por cada pollo que vendan las pollerías, y 50 centavos por las vísceras. Al principio, fui anotando cada cifra que le escuchaba a Jaime Nava, el presidente de la Coparmex en Chilpancingo. Dejé hacerlo porque me dio un par de datos que podrían ser un monumento a la globalización del narco: entre los pocos negocios que han prosperado desde que arreció la violencia en Guerrero están los servicios de seguridad privada y los agiotistas. Los primeros le deben su triunfo a los secuestros, a las extorsiones y a los robos. Los segundos viven de las consecuencias: la gente se endeuda para pagar el rescate, para cumplir con la cuota semanal o para marcharse de la ciudad. "Todavía hace dos años, en Chilpancingo, había cinco casas de empeño y hoy hay más de sesenta", se quejó Nava y, segundos después, me contó que él tiene una empresa de impresión y que, en 15 años, nunca había hecho tantas lonas que dijeran "Se Vende", "Se Renta" o "Se Traspasa". —A las funerarias también debe irles bien —le dije—. —A esas siempre les va bien, por eso mejor ni te las mencioné. En los últimos 10 años, según las cifras del Sistema Nacional de Seguridad Pública, Guerrero ha sido una máquina de la muerte: catorce mil quinientas dieciocho personas han sido asesinadas. Llamé a I-Tec, un negocio de sistemas de seguridad en el centro de Chilpancingo. El empleado que atendió la llamada me dijo que el paquete básico —cuatro cámaras, un grabador e instalación— costaba siete mil pesos, que ese era el que más se vendía, que tenía cámaras de hasta 80 mil pesos, que se las pedían más de lo que uno llegara a pensar y, como si fuera lema publicitario, me dijo que sí, que negocios como I-Tec triunfan por el miedo. TRES En 2010 conocí a Javier Monroy y para ese entonces traía los zopilotes volando por su cabeza: unos pistoleros acechaban su casa, a orillas de Chilpancingo. Hoy me cuenta que hace unos meses, los Templarios —el cártel de Michoacán que mueve droga en Guerrero con la facilidad de quien vende naranjas—, lo interceptaron y lo llevaron con uno de los jefes. "Quiso que le ayudara a limpiar su imagen, ¡imagínate!", me dice Javier, pero yo no alcanzo a imaginarme la escena. Javier es activista y, desde hace 20 años, dirige el Taller de Desarrollo Comunitario (Tadeco, para abreviar), un colectivo que, con el tiempo, fue convirtiéndose en una oficina ambulante que recibe casos de desaparecidos, secuestrados y asesinados en Guerrero. Empezaron a recibirlos en marzo de 2007, después de que se llevaron a uno de sus compañeros, Gabriel Cerón. Gabo era arquitecto y estaba por casarse. Para juntar los gastos de la boda, trazó unos planos para Francisco Cortés, un testigo protegido que nunca dejó la mafia. Cuando Gabo fue a entregarle el trabajo a Cortés, llegaron unos policías y los levantaron. Desde entonces, Tadeco tiene una pequeña carpa en el zócalo de Chilpancingo, donde centenares de personas, de todos los municipios, han ido a contarle a Javier sus terribles historias. Y también desde entonces se soltaron las amenazas. El 25 de diciembre de 2009, por ejemplo, Javier y otros del colectivo recibieron mensajes a sus celulares después de que le robaron el suyo a una integrante de Tadeco. Los mensajes que le llegaron a Javier decían: "Te vamos a dar en la persona que más te podría doler y nos referimos a la del centro". "Un día de estos bas a formar parte del mural de desaparecidos. Att la familia ok". "Q facil seria yevarnos en estos momentos a la de pantalón negro y sueter café que esta en el módulo". —Un día me hablaron para avisarme que fuera comprando mi ataúd —me dice Javier, un tipo con finta de roquero, pero con voz para la cumbia. —¿Y quién crees que haya sido? —Tadeco es incómodo para las autoridades de Guerrero, para los militares, los caciques y para los narcos. Cualquiera de ellos pudo haber sido. A todos los hemos acusado de las desapariciones forzadas. —¿Y qué otras amenazas ha sorteado Tadeco? —Te voy a contar dos. Una: en la sierra, la gente del cacique Rogaciano Alba fue a decirme que iba a llevarme la chingada; por eso, aunque Rogaciano ya está preso, prefiero no ir para allá. Y dos: En Taxco también tengo prohibido ir; los narcos me dijeron que ni me acerque; se enojaron porque queríamos llevar trabajo comunitario. El Comité de Desaparecidos en Guerrero ha reportado que desde 2005 a diciembre de 2013, más de seis mil quinientas personas son víctimas de desaparición forzada o asesinato. En Tadeco han llegado seiscientos casos, más o menos en el mismo periodo. La razón: sólo recibe casos en donde exista una averiguación previa; su ayuda, básicamente, es jurídica. CUATRO Mientras subíamos uno de los cerros que abrazan Iguala, a esa pobre Iguala que de Cuna de la Independencia y de la Bandera ya no tiene ni la fama, le pregunté a un campesino veterano cuándo creía él que a Guerrero se lo había llevado el carajo. "¡Huy!, ya llegaste bien tarde", me contestó. Lo dijo sin resentimiento alguno, pero aún así me disculpé. Tenía la boca llena de razón: todos habíamos llegado muy tarde. Sólo el crimen, como siempre, había llegado primero. El crimen pudo haber llegado a Guerrero en los años setenta, cuando el traficante cubano Alberto Sicilia Falcón se coludió con algunos mandos militares y juntos llevaron la siembra de mariguana y de amapola; el estado concentra hoy 60 % de la amapola producida en el país. El crimen pudo haber llegado también con los políticos que han creído que el estado es su latifundio (léase los Figueroa, la familia que ha gobernado Guerrero y que hoy controla el fertilizante en la entidad). O pudo haber llegado el año nuevo de 2001, cuando los Torres y los Arizmendi, dos grupos que tenían buena parte del negocio de las drogas en Guerrero, se mataron entre sí en el poblado Kilómetro 30, cerca de Acapulco, y desde entonces los cárteles crecieron en la misma proporción que las autoridades se corrompían. El crimen pudo haber llegado en noviembre de 2009, cuando el comandante Ramiro, del erpi, fue asesinado por paramilitares al servicio del Ejército y del Gobierno Federal; a Ramiro se le conocía por organizar a los pueblos, por hacer trabajo comunitario y por enfrentar a los narcos. O el crimen pudo haber llegado también un mes después, en diciembre, cuando la Marina mató a Arturo Beltrán Leyva y el cártel hegemónico en Guerrero se dividió en Rojos y en Guerreros Unidos. El crimen pudo haber llegado cuando los partidos políticos hicieron candidatos a cualquiera que pudiera pagar la campaña; el perredista José Luis Abarca, el ex alcalde de Iguala, el responsable de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, no fue ese primer candidato ni será el último. El crimen pudo haber llegado también cuando los narcotraficantes comenzaron a apropiarse de las policías municipales; en Iguala, por ejemplo, los cuñados de Abarca, los jefes de plaza de Guerreros Unidos, controlaban la policía y hasta hicieron un grupo antisecuestro al que le llamaron Los Bélicos. O el crimen pudo haber llegado cuando los gabinetes se llenaron de gente con mala reputación. El ex secretario de Gobierno, Jesús Martínez Garnelo, por citar un caso, ha sido señalado como el magistrado que, en 2002, dejó libre a un lugarteniente de Pedro Barragán, uno de secuestradores más violentos de la región. Por ese hecho, Martínez fue inhabilitado, pero sólo dos años. Hasta ahora que se ha sabido de su relación con Abarca, el Tribunal ha optado por darle una licencia indefinida. El crimen pudo haber llegado en cualquiera de estos momentos, y yo había tardado en ir todo ese tiempo. "Perdón", le dije al campesino veterano, y seguimos caminando por el cerro. Guerrero se nos había ido de las manos, como le ocurrió al doctor Frankenstein con su monstruo. CINCO En Chilpancingo, un pepenador me contó que los narcos se llevaron a su hijo de 12 años y desde hace meses lo obligan a que trabaje como halcón, es decir, como un vigilante del crimen; un colega reportero me habló del hermano que le secuestraron en 2012; y un joven empresario me platicó que no sacaba su 4x4 de lujo desde hace medio año, cuando la compró. En Zumpango, una señora me dijo que por ahí era común que pasaran camionetas llenas de cadáveres. En el Puente de Mezcala, un lugareño me contó que todo el santo día, Rojos y Guerreros Unidos, avientan muertos por igual. Y en Iguala, vi al Ejército, a los federales y a los gendarmes tomando la ciudad de manera teatral. Hubo un momento en que me pregunté si había la mínima esperanza entre tanta barbarie, así que fui a buscarla con los de la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (la UPOEG). Llegaron a principios de octubre a Iguala. Son 300 y ellos sí han venido a buscar a los 43 normalistas que policías y sicarios de Guerreros Unidos desaparecieron el 26 de septiembre pasado. Encontrarlos es echar una moneda al aire. La UPOEG es una escisión de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias (CRAC), una organización indígena que surgió en 1999 para proteger a los pueblos de los narcos, los militares, los policías y los paramilitares. En la CRAC se cuenta que la UPOEG nació como un brazo armado del Estado y a uno de sus líderes, Plácido Valerio, lo vinculan con el ex gobernador Ángel Aguirre. "Al gobierno le hemos aceptado armas, radios, camionetas y uniformes, pero no somos sus paleros", me dijo don Crisóforo García, otro de los líderes de la UPOEG. Seguí escuchándolo porque en estados como Guerrero la esperanza también debe corromperse: "En Ayutla estaba pasando mucha chingadera: las autoridades protegían a los malosos, los malosos se llevaban a nuestras mujeres y a nuestras hijas, los militares y la policía desaparecían gente, a la gente le estaban quitando sus tierras para sembrar amapola. Mucha chingadera. Y lo mismo pasaba en Tierra Colorada, en Tecoanapa y en el Valle del Ocotito. El pueblo se organizó rápido, nos trajimos la experiencia de la CRAC y nos pusimos a cuidarnos entre todos. Nacimos el 4 de enero de 2013. En Ayutla, como a los dos meses de haber empezado, habíamos agarrado a 53 malosos, 36 de ellos eran descuartizadores y pistoleros. Todos se los dimos a la procuraduría, y a todos los liberaron. Por eso, ahora que agarramos a un maloso, nosotros los rehabilitamos: los condenamos de seis meses a cinco años a servicio comunitario. Muchos de los rehabilitados se han quedado a vivir en nuestros pueblos, se han vuelto gente de bien. Fíjate: un niño se fue a entregar solito, nos dijo que él ya había matado gente y el consejo de sabios habló con él; hoy anda ahí, ayudándole a la gente. También tuvimos a una descuartizadora, pero esa cumplió su condena y se fue; por ahí dicen que ya la mataron". Aquel día, en Iguala, los de la UPOEG subieron al Cerro del Zapatero. Encontraron seis fosas, dos de ellas listas para usarse. Aunque tenían voluntad para excavarlas, solo contaban con una pala. "Pinche gobierno, si quisiera encontrar a los muchachos nos echaría una mano, pero ni palas nos presta", me dijo don Crisóforo. En eso llegó un viejón con otra pala y una barreta: "A mi hijo lo mató la policía de Iguala, le disparó así nomás, saliendo de la secundaria, pero en el acta pusieron que era sicario y había muerto en un enfrentamiento; en la procuraduría me dijeron que ni le moviera; por eso estoy aquí, porque en mi pensamiento creo que si ayudo a encontrar a los normalistas, haría justicia en algo", se presentó el viejón y luego se puso a excavar. Aquello era, diría Juan Villoro, un inevitable acto forense. Al final, los de la UPOEG abrieron tres fosas de cuatro. Encontraron unos huaraches, un guante y algo que don Crisóforo dijo que era una falange. No puedo ahora describir el olor, pero sé que todo ese día lo traje en la ropa y en pelo. SEIS La mañana que fui a ver al empresario Pioquinto Damián, éste cumplía 275 días sin salir de su departamento. Dos guardias cuidan la entrada del edificio (que es todo propiedad de Pioquinto), las puertas están blindadas y hay un cuarto de pánico por si las cosas, de plano, se ponen muy feas. Rara vez se asoma por las ventanas, y sus hijos y su esposa nunca andan en la calle sin escoltas. En el departamento vi una cantina con buenos güisquis; vi un comedor, de cristal brillante, para 10 personas; y vi una cocina integral donde daban ganas de cocinar. Todo estaba tan limpio, que los dos perros de raza pequeña que tiene Pioquinto parecían comer con cubiertos. —¿Y no extraña caminar por la ciudad? —le pregunté en algún momento. —Vieras que aquí me siento a toda madre —me contestó y se empujó el segundo café que llevaba en menos de media hora. Pioquinto fue diputado federal por el pri, pero eso nada tiene qué ver con que no salga de su casa. Su problema es con el actual alcalde de Chilpancingo, Mario Moreno. Como presidente de la Canaco local, Pioquinto se quejaba con Moreno de que la policía trabajaba para los narcos. "Fui a verlo ocho veces al cabrón para exigirle seguridad, y en todas nomás se hizo güey". El 3 de agosto del año pasado, después de haberse reunido nuevamente con Moreno, Pioquinto recibió una llamada: un grupo de pistoleros había intentado secuestrar a uno de sus hijos. En los siguientes meses, Pioquinto salió poco de casa, se reunió con un capo para que dejaran a sus hijos en paz y ofreció algunas conferencias para acusar a Moreno: ora de permitir que se instalaran tianguis de ropa que regenteaba el crimen, ora de haberles otorgado a los narcos la concesión del palenque de la feria, ora de trabajar para la mafia. Entonces llegó el 28 de enero. Ese día, Pioquinto fue invitado a una reunión de la policía comunitaria de Mazatlán, a una hora de Chilpancingo. Plácido Valerio, uno de los líderes de la UPOEG, se había encargado de convencerlo. "Tú sabes que no me gusta salir, cabrón", llegó a negarse Pioquinto. "Usted ha ayudado a la UPOEG y queremos reconocérselo", le insistió Plácido. "Desde que salimos de la casa yo estaba muy nervioso", me cuenta Pioquinto como si la historia la hubiera contado ya mil veces. "Cuando llegamos a Mazatlán, y vi que no estaba Plácido, me encabroné. Me había sacado de la casa y el cabrón se había tenido que ir a otra reunión. Hablé con los compañeros de la UPOEG y me regresé con una caravana como de veinte camionetas. En un cruce, le dije a mi hijo que se desviara y que se jalara al Ocotito, donde me habían dicho que estaba Plácido. El resto de la caravana se nos perdió. Ya en el Ocotito, vi que Mario, el alcalde, estaba ahí, en una asamblea popular. Yo me fui hasta atrás para escuchar, pero la gente me subió y ahí me tienes arriba de la chingada grúa, que era el templete, diciéndole a Mario que era un narco. Pero mejor velo tú", y Pioquinto me da su celular para que mire el video de la asamblea y que alguien posteó en Youtube . En el video, a la izquierda de quien lo observa, hay un hombre de camisa rosa y de cara como moldeada a machetazos; ese es el alcalde. El de camisa a rayas y pantalón oscuro, el del pelo engominado, el que está hablando, es Pioquinto. Plácido Valerio es el que trae las manos cruzadas, el bajito de estura. El resto de los hombres son escoltas del alcalde y otros son funcionarios. El video dura 11 minutos 43 segundos, y en la mayoría del tiempo Pioquinto es quien habla. "No le crean a este bribón", "Moviliza al Ejército para impedir las manifestaciones en su contra", "Él escogió estar en contra del pueblo, quiso estar al lado de los criminales". El video parece un sketch, pero esto es serio. El alcalde sólo se ríe. "Cuando terminé de hablar nos trepamos a la Pilot y nos venimos hechos la madre para Chilpancingo. Venían mi hijo, manejando, mi nuera, de copiloto; mi mujer, yo y doña Viky, atrás; y dos amigos en la parte de la cajuela. Íbamos subiendo el Parador de Marqués, el primer puente que pasa uno cuando vienes de Acapulco, cuando nos salieron dos camionetas y comenzaron a dispararnos. Mi hijo quiso maniobrar, pero sólo nos estrellamos. Pinche griterío que traíamos dentro de la camioneta. Viky se me aventó encima para cubrirme, yo quise abrazar a mi mujer… Fueron 180 balazos. Mi nuera murió, a mi hijo le despedazaron la mano, a mi mujer le dieron en el pie y también a doña Viky. Los otros dos amigos y yo no teníamos nada, nomás un chingo de miedo". Un milagro, un hecho histórico, me dije. —¿El alcalde lo ha buscado? —le pregunté. —Qué me va a estar buscando ese cabrón. Aquí el que te busca es porque quiere chingarte. SIETE En el pequeño salón de fiestas Calipso, muy cerca del centro de Chilpancingo, viven 80 pobladores de Santa María Sur, municipio de Teloloapan. Llegaron a la capital del estado hace nueve meses, cuando les llegó un ultimátum: "Si no se largan, nos vamos a robar a sus hijas". Eduardo, el comisario ejidal, no quiere decirme quién los amenazó, pero dos señoras se nos acercan y acusan a narcos, soldados y a policías. "Todos quieren nuestra tierra para sembrar droga", se queja una de ellas. En unos minutos, afuera del Calipso, estaré rodeado de mujeres y niños. No anotaré sus nombres —ellas me lo pedirán—, pero sí escucharé sus historias: "En la sierra ya no se puede andar sola; nos hacen cosas. Por eso siempre nos estamos acompañando, para que una pueda correr y avise". Otra mujer dice: "Allá arriba se sueltan las balaceras a cada rato. Duran harto tiempo, y el gobierno ni se aparece". Un joven interrumpe: "La maña te quita todo: la vida, los animales, la comida, ¡ah!, porque si la maña trae hambre, las señoras deben hacerles de comer. ¿Y luego qué pasa? Que vienen los otros mañosos, los del otro grupo, y te matan por haberles dado de comer a los otros cabrones". Una señora más: "Allá en el rancho no se come carne, pero se come bien. Aquí, desde que llegamos, el gobierno nos da a cada uno 20 pesos diarios para el almuerzo, la comida y la cena. Por eso compramos 45 kilos de tortilla al día, para que nos llenemos". En agosto pasado, la Secretaría de Seguridad Pública y Protección Civil de Guerrero dijo que, de enero de 2013 a julio de este año, 2 mil 897 personas habían sido desplazadas a consecuencia de la violencia. La agencia de noticias Quadratín Guerrero, sin embargo, realizó su propio recuento: del primero de julio de 2013 al 9 de julio de este año, contabilizaron más de cuatro mil pobladores forzados a abandonar sus pueblos. La mayoría viene de los municipios de Tierra Caliente, de donde son los ochenta desplazados que viven en el Calipso. OCHO "Esta es la peor crisis y empezó hace más de un año, cuando llegué a la Coparmex. Me acuerdo que hice un sondeo entre los afiliados para ver lo que necesitaban, y nadie me habló de créditos ni de ventas con el gobierno. Lo único que todos querían era seguridad. Hemos tomado nuestras propias medidas —contratamos a un grupo antisecuestro israelí, pusimos cámaras en los negocios, traemos escoltas, camionetas blindadas—, pero no ha sido suficiente. Los secuestros y las extorsiones no paran. Hace unas semanas secuestraron a un señor que tenía un cíber. Su familia pagó el rescate y, aún así, lo asesinaron. La podredumbre que está saliendo en Iguala no es la única. Chilapa, Acapulco, Nicolás Bravo, Heliodoro Castillo y Chilpancingo están llenos de fosas, de muertos. El año pasado, la Coparmex alertó a la cndh de la situación y, para noviembre, la cndh había mandado a sus visitadores a 46 municipios de Guerrero. Su conclusión: el estado estaba a punto del estallido social. ¿Y qué hizo el gobernador (Ángel Aguirre)? Volteó la tortilla y dijo que la cndh estaba actuando bajo consigna, porque Raúl Plascencia, el titular, es títere del diputado Manlio Fabio Beltrones, y Aguirre tiene bronca casada con Beltrones. Esa situación nos orilló a ir al Senado a pedir la desaparición de poderes. De verdad que hemos hecho de todo para salvarnos. A los empresarios guerrerenses deberían de darnos el trofeo a la supervivencia". Todo eso me dijo Jaime Nava, el de la Coparmex Chilpancingo, mientras me enseñaba en su Ipad las notas periodísticas que avalaban sus dichos. NUEVE Un viejo taxista de Tixtla se quejó conmigo de la falta de pasaje y responsabilizó de su mala suerte a los normalistas de Ayotzinapa. La ejecutiva del Bancomer que está en el zócalo de Chilpancingo me dijo que, "por culpa de los maestros" que pernoctan en la plaza de la ciudad, nadie quiere ir a ese banco y ahora ella debe telefonear a los clientes para ofrecerles créditos hipotecarios y tarjetas y así cumplir la cuota mensual que le imponen. Y en Iguala, un tendero con una extraordinaria capacidad para manejar la indiferencia me dijo que los normalistas eran muy conflictivos. A todos les quise hacer entender que la desaparición de los 43 normalistas era un punto de quiebre en México. Creo haberles dicho que recuperáramos la dignidad, que el gobierno ha criminalizado a las escuelas normales desde que yo me acuerdo, que Echeverría cerró 20 de un solo jalón, que los normalistas son jóvenes y son hijos de campesinos y que son nuestros. Pero ya me desvié. Yo sólo quiero contarles algo sobre los normalistas de Ayotzinapa. Juan Villoro escribió el 30 de octubre, en El País: "(…) La cultura de la letra ha sido un desafío en una zona que dirime discrepancias a balazos. En los años sesenta del siglo xx, dos terceras partes de los pobladores de Guerrero eran analfabetas. La Normal de Ayotzinapa surgió para mitigar ese rezago, pero no pudo ser ajena a males mayores: la desigualdad social, el poder de los caciques, la corrupción del gobierno local, la represión como única respuesta al descontento, la impunidad policiaca y la creciente injerencia del narcotráfico (…) La Escuela Normal representa un centro neurálgico de la discrepancia. Conviene recordar que en los años sesenta uno de sus activistas se llamaba Lucio Cabañas. (…) El 26 de septiembre hubo cuatro balaceras distintas y un solo blanco: los jóvenes. Con el apoyo del crimen organizado, el alcalde José Luis Abarca sembró el terror para amedrentar a los normalistas que se movilizaban para recordar a las víctimas de la matanza de Tlatelolco. Una vez desatado el mecanismo represivo, también fue acribillado un equipo de fútbol. ¿Su delito? Ser jóvenes; es decir, posibles rebeldes. (…) El Che Guevara pasó su última noche en una escuela rural. Ya herido, contempló una frase en la pizarra y dijo a la maestra: "Le falta el acento". La frase era "Yo sé leer". Ya derrotado, el guerrillero volvía a otra forma de corregir la realidad. (…) 43 futuros maestros han desaparecido. La dimensión del drama se cifra en una frase que se opone a la impunidad, el oprobio y la injusticia: "Yo sé leer". El México de las armas teme a quienes enseñan a leer. A ese país le falta el acento. Llegará el momento de ponérselo". Felipe Arnulfo Rosa habla el Tuun Savi, una variante del mixteco. Aprende español. Se alquila como peón en su pueblo, el Rancho Ocoapa, municipio de Ayutla. Quiere seguir estudiando; divide sus días entre la siembra y el bachillerato. Trabaja de herrero, de carpintero. Hace el examen para la Normal de Ayotzinapa; quiere estudiar la licenciatura en educación primaria, con un enfoque intercultural bilingüe; sólo hay 40 plazas. Es aceptado. Llega a la Normal y es rapado; cosas de la novatada. Tiene un promedio de 8.3, siembra flores, alimenta a los animales. Felipe Arnulfo Rosa va a un boteo con sus amigos de primer año; llegan a Iguala. Les disparan. Desaparecen. Doña Dominga Rosa, la madre de Felipe, no habla español, pero Kau, un colega reportero de Chilpancingo, será el traductor esta mañana del 30 de octubre. "Si no lo he soñado es porque está vivo", me dice doña Dominga en boca de Kau. "La angustia me está matando; allá en el pueblo dejamos la parcela de maíz, allá dejamos todo porque sin Felipe no sirve". Doña Dominga está sentada en una esquina de la cancha de basquetbol de la Normal. Desde la desaparición de los normalistas, ahí es el epicentro de la ausencia: los padres pasan horas aquí, esperando noticias, pero no llega nada. Doña Dominga no tiene claro por qué el gobierno federal no ha podido encontrar a Felipe ni a los otros 42 normalistas. "Algo deben estar escondiendo", dice Kau que dice doña Dominga. Su esposo, Damián Arnulfo, ha participado en reuniones con Enrique Peña, Miguel Ángel Osorio y Jesús Murillo, pero en ninguna ha escuchado algo alentador, solo retórica. "Hoy me voy a regresar a mi pueblo por lo del Día de los Difuntos, y le voy a pedir a mi hijo mayor que regrese a Felipe". —¿Su hijo mayor está muerto? —Kau le hace la pregunta. Hablan un rato. Luego Kau me dice: —Lo mataron hace dos años. Iba a los campos de caña cuando unos asaltantes lo atacaron. Ahí mismo se murió. Tiene otra hija. Ella está en Ayutla, en la toma del Palacio Municipal. Esto es Ayotzinapa este año. Búsquelo en el mapa. Ahí donde faltan 43 normalistas, ahí está doña Dominga. DIEZ Hasta hace unos días, Cocula era un pueblo azotado por los Guerreros Unidos. No es que haya triunfado el bien. Sucede que, por ahora, decidieron irse porque el basurero municipal se ha vuelto noticia mundial: el Gobierno Federal dice que ahí quemaron a los 43 normalistas. "Deja que todos se vayan de aquí y la maña va a volver", me dice un hombre al que no voy a exponer. "Llevamos años así, con mucha violencia, mucha extorsión, mucho robo, pero el año pasado yo vi que esto no iba a tener vuelta: en una noche se llevaron a 17 muchachos". Ocurrió la noche del 30 de julio de 2013. Un grupo armado irrumpió en tres poblados. Entre los secuestrados iban dos estudiantes de Bachilleres y tres mujeres. Sigue sin saberse de ellos, aunque en Cocula se dice que las chicas sí aparecieron, pero ya no viven por aquí. Un mes antes, al alcalde César Peñaloza lo habían emboscado. Sobrevivió. Y medio año antes, en noviembre de 2012, asesinaron a Tomás Biviano, nombrado apenas director de la policía municipal. "Cocula se descompuso de un día para otro", me dice la esposa del hombre cuyo nombre no debo acordarme. "Balaceras, secuestros, desaparecidos, todo lo que dicen que pasa en Iguala, pasa en Cocula y peor. Yo soy ingeniera y trabajaba en la minera de Nuevo Balsas; renuncié porque la maña les quita a los trabajadores hasta la mitad del sueldo; abrí un negocio aquí, pero cerré por las extorsiones". Más tarde, afuera de la iglesia, encuentro a cuatro señoras que, frente al atrio, han colgado una manta donde se mira a cuatro hombres, tres de ellos profesores, y a un joven, y donde se lee que la policía federal los arrestó, los golpeó y que quieren involucrarlos con la desaparición de los normalistas. "Son nuestros familiares. A unos los detuvieron en un retén y a otros los sacaron de sus casas", me dice una de las señoras, la que trae una Ipad y sabe qué ve a cada rato. Ella me cuenta toda la historia de abuso policial y ya al final le pido que me hable de la violencia en Cocula. "No, señor", me dice. "El pueblo es bien tranquilo. Si yo no sé cómo dicen que aquí trajeron a los normalistas". ONCE Mario Chávez, el alcalde de Tlacotepec, acabó de hablarme del hombre con alas que trae asoleado a su pueblo y luego, de la nada, me dijo: "Tienes que ir a mi pueblo a ver el Boeing 737 que me regalaron". —¿Le regalaron un avión? —Sí, me lo dio Miguel Ángel Mancera. No sé de dónde lo sacó, pero yo me lo traje en dos tráilers. Hoy es una biblioteca virtual, la primera en su tipo en todo Latinoamérica —me presumió y le pidió la cuenta al mesero. —¿Entonces en su pueblo no hay crimen? —Nada. Te lo digo en serio. Ya nomás es el estigma. No quise contarle que había leído una nota del 5 de agosto pasado donde el propio alcalde pedía ayuda al estado: los narcos habían amenazado con levantarlo. DOCE Era casi media noche cuando le hice la parada al taxi. "A la terminal", le dije, pero no me escuchó. "Es que vengo bien sacado de onda", se disculpó. "Acabo de bajar a una señora, la traje de aquí para allá, recogiendo dinero, pero la bajé". Yo no entendía de lo que me hablaba, hasta que me platicó la historia desde el inicio. Entonces supe que la señora tenía un negocio de ropa y que a su marido, un profesor de bachilleres, lo habían secuestrado. La señora tenía que reunir 100 mil pesos para que no torturaran a su esposo, pero necesitaba otros 200 mil para que lo soltaran. "Quería que la acompañara a pagar el rescate", me dijo el taxista. "¿Tú la hubieras acompañado?", me preguntó. "No creo", le contesté y me avergoncé conmigo mismo. Por eso tenía que contarlo. |
La Guerra de Los Zetas, los 11 militares masacrados, los 12 policías cazados y la muerte del Alcalde Posted: 15 Dec 2014 01:02 PM PST En el otoño de 2008, en un periodo de 10 días, aparecieron 11 integrantes del Ejército asesinados en Monterrey. Uno de ellos fue el soldado de infantería Anastacio Hernández Sánchez, quien adoptó la compostura de cadáver, y fue hallado así al amanecer, desolado y quieto entre piedras blancas y hierba de una brecha del municipio de Santiago. Estaba por cumplir los 20 años el día en que sus asesinos lo degollaron y apuñalaron trece veces, tras interceptarlo cuando paseaba como cualquier civil por las calles de Monterrey, en su día de descanso. Al cabo Claudio Hernández Román, según la necropsia, le dieron dos cuchillazos más que al soldado Anastacio, compañero de armas en el Batallón número 22. Otro cadáver, el de un guardia de la empresa Hercolus, fue acomodado junto al de los militares. Ese mismo día también, pero en Loma Larga, uno de tantos cerros de nombre escueto que forman Monterrey, Óscar Jiménez Ruiz fue tirado con seis puñaladas que le destrozaron el estómago y la vida. El cabo nacido en Chiapas no era un decidido guerrero de la cruzada contra el narco decretada por el presidente Felipe Calderón. Era conocido entre la tropa por sus hermosos trabajos de carpintería. Al igual que el soldado Anastacio y el cabo Claudio, el cabo Óscar no llevaba su arma de cargo cuando fue asesinado. A otro soldado de infantería lo degollaron y recargaron en la pared de la cantina Los Generales, sosteniendo una cerveza con la mano derecha. Se llamaba Gerardo Santiago y tenía dos hijos, uno de ellos ni siquiera cumplía el mes de nacido. Dos más del Batallón 22, Juan José Pérez Bautista y David Pérez Aquino, fueron aventados en un parque a las faldas del Cerro de la Silla, acuchillados de pies a cabeza. Al sargento Germán Cruz Lara no le pincharon nada pero lo mataron a golpes, y a Eligio Hernández López, militar retirado de las Fuerzas Especiales, lo esposaron y arrastraron amarrado a un automóvil antes de ponerlo en una avenida principal para que la ambulancia de la Cruz Roja lo recogiera y se lo llevara directo a la morgue. La matanza inició el miércoles 15 de octubre de 2008. Edder Missael Díaz García y Roberto Hernández Santiago tenían una semana de haber acabado su curso de adiestramiento en la Cuarta Región Militar. Estaban contentos, así que dejaron el cuartel y fueron junto con otro soldado de nombre David Hernández, al centro de Monterrey para visitar los centros nocturnos de Villagrán, una calle de voces borrachas alrededor de la cual se formó una zona roja. Entraron al table dance Matehuala, pero salieron pronto tras notar que un hombre, radioteléfono en mano, no dejaba de mirarlos ni un instante. Caminaron un par de calles y volvieron a verlo. Sospecharon que se trataba de un halcón, como se les dice a los espías que usa el narco mexicano para vigilar movimientos enemigos. Los militares encararon al halcón. Al momento fueron rodeados por otros ojos y miradas que parecían salidas de una película del Viejo Oeste, hasta que llegó una patrulla con policías locales, quienes subieron al espía del narco al vehículo diciendo que se harían cargo de la situación. Los tres soldados, vestidos con pantalones de mezclilla y camisas de cuadros, se fueron al Givenchys. De ahí ya no salieron vivos. La mañana siguiente, dos de ellos fueron recogidos en el estacionamiento del table dance, acuchillados. El cadáver del otro soldado fue bajado de la pista de baile del centro nocturno, donde sus cazadores lo acomodaron con el cuello rajado y la espalda recargada en el tubo que las bailarinas usan para sus acrobacias delante de los parroquianos. La mayoría de los militares asesinados en este periodo eran de San Luis Potosí. Sólo uno nació en Nuevo León. En promedio, ganaban entre cinco y ocho mil pesos al mes. A sus deudos, el Ejército les entregó 180 mil pesos. El presidente Felipe Calderón los nombró "héroes" y en las instalaciones militares de buena parte del país se pusieron carteles con las fotografías de los 11 muertos, debajo de la leyenda: "Murieron por México". Desde un principio, el Ejército no tuvo duda de que detrás de los crímenes estaban Los Zetas, la banda más perseguida por las fuerzas armadas, acaso porque su núcleo principal está conformado por desertores de la institución castrense. Meses después, dos integrantes de Los Zetas: Sigifredo Nájera Talamantes, El Canicón y Octavio Almanza Morales, El Gori 4, fueron detenidos y acusados de ser los responsables de la muerte de los 11 soldados. Lo que sorprendió fue que el secretario de Seguridad Pública Estatal, Aldo Fasci, diera a conocer que ellos no estaban solos, sino que habían sido ayudados por policías locales, algo de lo que en la Secretaría de la Defensa Nacional también estaban seguros. Cuando amainó la temporada de asesinatos de soldados, un militar de alto rango nos contó a un pequeño grupo de periodistas, fuera de grabadoras, la desgarradora cacería emprendida contra sus compañeros. Al concluir el relato dijo, con las venas del cuello brotándole: "Parece que para combatir a estos tipos hay que usar su mismo veneno". Santiago, donde aparecieron la mayoría de los soldados asesinados, es un pueblo de las afueras del sur de Monterrey que tiene una serranía verde cruzada por ríos cristalinos. Hay fincas inmensas y cabañas rústicas entre cascadas de agua fría e hileras de pinos que rodean un casco urbano con construcciones antiguas. Algunos de los visitantes que van al sitio los fines de semana lo llaman medio en serio, medio en broma: "la Suiza del desierto". Cuarenta años atrás, sus características naturales atrajeron a sembradores de mariguana y adormidera, quienes desarrollaron pequeñas zonas de cultivo que compitieron con las de Sinaloa, Guerrero y Chihuahua, pero que hoy han desaparecido. En 2006, la Secretaría de Turismo designó a Santiago como uno de los 23 "pueblos mágicos" del país. Millonarios como Alfonso Romo han querido emprender negocios agroindustriales en la zona, en cambio, empresarios como el fallecido líder del cártel de Juárez, Amado Carrillo, se conformaban con pasar el verano ahí, disfrutando el peculiar transcurso del tiempo provinciano. Los habitantes de Santiago podrían caber en un estadio promedio de futbol de la primera división. Son sólo 40 mil personas, aunque a diferencia de las demás poblaciones de la región, los habitantes de Santiago aumentan en cada censo. En el resto de Nuevo León, la vida rural languidece desde hace dos décadas: 40 de los 51 municipios del estado prácticamente fueron abandonados y los fantasmas se han ido adueñando de ellos. En 2000, el capo que creó a Los Zetas, Osiel Cárdenas Guillén, aprovechó esta soledad y acondicionó en el municipio de China un enorme rancho de adiestramiento al que instructores kaibiles venían desde Guatemala a dar dos cursos anuales para los nuevos soldados de la banda. Otros ranchos de Nuevo León, antes orgullosos centros de producción de la mejor carne del país, acabaron como centros de retención y tortura de migrantes centroamericanos, o de adversarios de las otras bandas que operan en el noreste del país, desplazándose por brechas y fuertemente armados, como en la época de la Revolución, pero en lugar de moverse en caballos, ahora lo hacen en camionetas pick-up. Poco después de octubre de 2008, en el que aparecieron los cadáveres de los soldados como si fueran cualquier cosa, las operaciones del Ejército se expandieron a Santiago. Los pobladores debieron hacer alto en los retenes improvisados en caminos sinuosos, y se resignaron a mirar con normalidad los camiones de asalto verdeolivo estacionados en los senderos. Pero ningún grupo civil protestó. Quienes lo hicieron fueron los policías locales. A las dos de la tarde del 13 de noviembre de 2008, una veintena de uniformados aparecieron en el patio de la corporación con cartulinas que cuestionaban la presencia de los soldados en el municipio. El policía Sergio Pérez Beltrán encabezaba la manifestación. Decía que los militares lo habían bajado de su patrulla y golpeado, sólo por ser policía. "El Ejército anda —dijo— como en guerra contra nosotros, no nos quiere dejar hacer lo nuestro". En medio de la atmósfera de guerra que apareció en Santiago, Edelmiro Cavazos Leal se alistaba para ser el candidato del Partido Acción Nacional (PAN) a la alcaldía. Era un joven del pueblo nacido el 11 de noviembre de 1971. Estaba casado con Verónica de Jesús Valdés, con quien había procreado a Edelmiro, Eugenio y Regina, unos pequeñitos rubios y ojiverdes como su padre, que cada domingo iban a la Iglesia de Santiago Apóstol para cantar en el coro de la misa de las 10 mañana. Edelmiro parecía más vaquero que político. De hecho, la única actividad "política" que había hecho en su vida era la de administrar Las Palmas, una muy conocida pista de campo traviesa en la que se rentan motos para los paseantes. A partir de ahí, Edelmiro fue conocido entre la gente como El güero Edy. Luego estudió Derecho en la Universidad Autónoma de Nuevo León y al acabar se dedicó al negocio de bienes raíces, tal como lo hacía su padre Arturo Cavazos Montalvo desde tiempo atrás, cuando llegó el auge inmobiliario a Santiago y la gente de Monterrey se aparecía con dinero en busca de su pedacito de paraíso. La familia de Edelmiro tenía varias generaciones de vivir ahí y conocía el territorio a la perfección, por lo que al igual que otros lugareños, dejaron la agricultura y se pusieron a comerciar esa tierra que repentinamente se había convertido en oro. Quien llevó a la política a Edelmiro fue Arturo, el mayor de sus cuatro hermanos. Arturo ya había logrado hacerse de una carrera en el PAN, como diputado y luego como secretario del ayuntamiento de Monterrey. En sus inicios, el propio Arturo buscó ser alcalde de Santiago, pero perdió la elección. A finales de 2008, desde su cargo en el ayuntamiento de la capital de Nuevo León, al tiempo que el Ejército reforzaba su presencia en Santiago, Arturo llamó a la gente de su equipo para pedirles que se incorporaran en la campaña de su hermano en Santiago. Al invitarlos, una frase que usaba —por lo menos se la dijo a dos de sus colaboradores— era: "Edelmiro no sabe de política: necesito que le ayudes". Los colaboradores nunca supieron a bien la razón por la cual Arturo no buscó directamente ser el alcalde, en lugar de promover a su hermano, quien ni siquiera era panista y se tuvo que registrar a contracorriente en febrero de 2009, de acuerdo con el padrón oficial del partido. Pese a su inexperiencia, Edelmiro resultó un gran candidato. El equipo de asesores llegado de Monterrey se encargó de su imagen. Primero le cambiaron el apodo de Edy por el de Miro. A ellos les parecía que el mote con el que Edelmiro era conocido cuando rentaba cuatrimotos "era demasiado gay" para un pueblo como Santiago, y sobre todo en un contexto de guerra como el que había, por lo que decidieron que su nuevo apodo serían las últimas cuatro letras de su nombre: Miro. La nueva identidad sirvió además para diseñar una publicidad que aprovechara los ojos verdes y brillantes del novel político. Se hicieron pósters de la campaña que contenían un close up de la mirada de Edelmiro junto con frases como: "Miro por tu seguridad", "Miro por tu gente"...Nadie recuerda que antes de la campaña de Miro, Santiago hubiera tenido un candidato tan de los tiempos de la mercadotecnia electoral. Ésta apareció en el pueblo con Miro y dejó atrás la época del volanteo. Incluso una tradicional y pegajosa canción serrana llamada "La mosca en la pared", interpretada por el grupo Los Montañeses del Álamo, fue adaptada como jingle de la campaña. El experimento resultó tan exitoso que el estribillo electoral se toca y se baila como cualquier otra canción en bodas y fiestas de quince años. Sin demasiados problemas, Miro obtuvo los votos necesarios y comenzó a prepararse para gobernar Santiago en uno de los momentos de mayor violencia en la historia reciente de Nuevo León. En el Ejército se cree que el aumento de la violencia en Nuevo León se debió a que los cárteles de la droga decidieron operar diversos negocios ilegales desde aquí, y ya no solamente usar sus calles para pasear, tal y como había sucedido durante mucho tiempo. Según esta idea, para adueñarse de la plaza, los cárteles corrompieron primero a las autoridades locales, luego convirtieron en cómplices a empresarios quebrados, y finalmente se aprovecharon del "libertinaje" de los tiempos actuales para conseguir el respaldo social. El general retirado Guillermo Martínez Nolasco, quien presidió el Supremo Tribunal Militar del Ejército Mexicano, me lo explicó alguna vez así: "Ellos no dan pasos así nada más. No son improvisados, son profesionales. Lo primero que vieron en Nuevo León fue la cercanía con la frontera. Algo ilegal que vale tres mil pesos en Guatemala, en Nuevo León cuesta 10 mil dólares. Segundo lugar: la de Nuevo León es una de las economías que se han desgastado. Ya no era tan estable económicamente como antes y eso lo vieron ellos, no se crea usted que son improvisados: son profesionales e hicieron sus análisis". —¿Y qué se puede hacer para combatir esto? —Usted ve en el Ejército chamacos de 13 y 14 años que están en los planteles militares formándose para servir, y al mismo tiempo usted encuentra que en los estados se inauguran más videobares y cantinas que escuelas, o vemos también que los programas de televisión con esto de la cuestión sexual, o lo de las drogas. No estoy en contra de internet o del desarrollo pero debe haber un equilibrio social. ¿O qué?, ¿a la gente sólo les interesa ingresar recursos?, ¿no les interesa la formación de sus familias?, ¿cuál es la conciencia que debemos tener? En realidad no hay una explicación sencilla y unánime sobre cómo explotó la violencia en Nuevo León. Aquellos que se asombran fácilmente hablan de un atentado que hubo en mayo de 2001 en contra de un capo de nombre Edelio López Falcón, cuando éste presenciaba una pelea de gallos. Otros, en cambio, más escépticos, dicen que el punto de inflexión sucedió en 2008, cuando los olvidados chicos de los cerros, con el respaldo de los cárteles, bajaron a las calles del centro y armaron un caos social para luego ser apodados por la prensa local como Los Tapados. Hay un tercer grupo: el de aquellos que creen que la ciudad aún no ha visto lo peor. Mientras tanto, en los periódicos locales, una buena cantidad de hechos son calificados al día siguiente como "sin precedentes", a tal grado que la expresión ya perdió sentido. Tampoco sirve de mucho explicar el asunto como un enfrentamiento entre un cártel y otro, y ya. Recuerdo que todavía en 2000, en la ciudad se hacían novelas, obras de teatro y programas de televisión, alrededor de un homicidio común ocurrido en el lejano 1933. Entre 2000 y 2010, el tipo de hechos violentos registrados sepultaron el recuerdo de lo que sucedió mucho tiempo atrás en una casona de la calle de Aramberri. Si en 2000 había un mítico crimen en el imaginario de la ciudad próspera; en 2010 lo que había era una mítica prosperidad en el imaginario de una ciudad criminal. Monterrey se llenó de crímenes en una década: el crimen del diputado en la Macroplaza, el crimen de la estudiante de arte, el crimen del joven modelo, el crimen de los escoltas de la cervecería Femsa, el crimen de las 51 personas enterradas en el predio Hacienda Calderón, el crimen del director de la Agencia de Seguridad Estatal, el crimen de los 30 trabajadores de la refinería de Pemex, el crimen de los estudiantes del Tec de Monterrey, el crimen de unos niños de General Treviño y el crimen del alcalde de Santiago y mas reciente el crimen del casino Royale en Monterrey. Y a la lista de crímenes de primera plana se añadió una lista más larga aún de "pequeños" crímenes, con tremendo impacto en barrios o ciertas zonas, donde las pláticas entre vecinos versan sobre el crimen de la mamá del antiguo compañero de la secundaria, el crimen del dueño del taller mecánico de la colonia, el crimen de la muchacha bonita de la preparatoria... Un ambiente así y la incapacidad de las autoridades para dar una explicación coherente acerca de lo que sucede, generó zozobra en la ciudadanía. De un día a otro, todos habían nacido sospechosos y estaban muriendo culpables. ¿De qué? No se sabía, pero de algo. Por las noches, el sueño regiomontano se llenó de muertos que no dejaban dormir bien. Esta violencia que se metió en la cotidianidad de Nuevo León, también encontró un espacio en el lenguaje. La palabra levantón, que no existía, se volvió normal, incluso entre los labios de una ama de casa o de un niño. Las policías locales fueron incorporándola también, pero no para combatirla sino como una más de sus obligaciones laborales. La policía de Santiago, según el Ejército, era la campeona de ello. Man, un vendedor de automóviles, aprendió en carne propia el significado de esta palabra a mediados de 2009. Una noche, un par de patrullas le marcaron el alto cuando viajaba en su Hummer roja. Los policías lo sometieron y lo llevaron a una casa esposado con las manos por detrás y la cabeza cubierta con una bolsa negra. Ahí otros hombres lo desnudaron y lo hincaron. Con una tabla, en medio de risas, lo golpearon unas 30 veces. Los primeros tablazos eran en las nalgas y los últimos en la espalda. Con su Nextel en la mano, revisando el directorio, nombre por nombre, sus captores preguntaban: ¿quién es?, ¿a qué se dedica?, ¿que parentesco tiene contigo? A la mañana siguiente, su familia ya sospechaba que lo habían levantado y no sabía qué hacer. Vieron en la televisión la noticia de dos cuerpos calcinados y fueron a la morgue para constatar que Man no era uno de ellos. Tuvieron que esperar dos horas en el servicio médico forense, ya que había cola para ver los cadáveres: una decena de personas más querían entrar a la plancha para ver si los hombres calcinados no eran sus familiares desaparecidos. A la noche siguiente, Man fue sacado de la casa junto con otro levantado. Los subieron a una camioneta y se dirigieron a la ciudad por calles que caracoleaban un trazado anárquico. Sus captores iban tras un narcomenudista que laboraba de forma independiente o con otra banda. Llegaron a una casa y detuvieron al vendedor y lo golpearon hasta que les dijo quién le surtía la droga. De ahí partieron al hogar del proveedor. Unos destruían a mazazos la puerta de forja, mientras que otros trepaban el techo. Era de madrugada y en el barrio se oía el llanto de niños despertados por el imprevisto. Tras el derrumbe de la puerta, a los pocos minutos, los hombres salieron con el proveedor y con computadoras, cámaras y otras cosas que habían saqueado de la casa. De ahí se fueron a un rancho, donde los bajaron descalzos y con los ojos vendados. Estaba por amanecer y se escuchó el motor de una sierra eléctrica y después los gritos del proveedor. Tras unos minutos ya no se oyó nada. A Man y al otro levantado les quitaron las vendas y les ordenaron acomodar los restos del proveedor en una caja. Después acercaron el teléfono a Man y le dijeron que llamara a su familia para que informara que estaba levantado y que sólo iba a sobrevivir a cambio de cierta cantidad de dinero. Man le dijo a su padre que vendiera todos los coches del lote y también una casa de campo recién comprada en Santiago. Concluida la conversación, los captores llevaron a Man al interior del rancho, a un cuarto donde lo tiraron al piso y lo patearon hasta quedar inconsciente. En los siguientes días, mientras la familia reunía el dinero, los hombres llevaban a Man a sus "operativos". Iban por otros narcomenudistas a otros barrios y se repetía la escena. En un par de ocasiones no se trató de vendedores de droga, sino de comerciantes de discos piratas. Al cabo de una semana, un hombre llegó y le dijo a Man que se preparara porque estaba por irse. Horas después lo dejaron amarrado de las manos y vendado de los ojos en el baldío de una colonia popular. Al momento de arrancar la camioneta, desde la ventanilla, uno de sus captores le ordenó esperar 10 minutos antes de hacer cualquier movimiento. Man se quedó media hora petrificado, pensando que recibiría en cualquier instante el balazo que acabaría con su espanto. Cuando logró tranquilizarse, se desamarró con los dientes. No supo cómo, pero había ido y vuelto del infierno. La violencia que se desató en Nuevo León derivó en miedo, y este miedo en una atmósfera de violencia aún mayor. Supe que un viejo conocido, tipo tranquilo y padre de dos niñas, compró un rifle para tenerlo a la mano en su ferretería para lo que se ofreciera. Y si un pequeño comerciante compró un rifle, los empresarios más ricos como José Antonio Fernández compraron el servicio de más escoltas, y quienes ya tenían las enviaron a entrenarse a Israel. En general, la gente se volvió más prudente. Las camionetas pick-up de lujo dejaron de transitar con tanta frecuencia en las calles, las charlas en los cafés o restaurantes acerca de los grupos del narco se hacían en voz baja sin mencionar jamás la última letra del abecedario, y la vida nocturna se puso triste y un poco arriesgada. A las redacciones de los periódicos también llegó la cautela: las investigaciones sobre el narco se extinguieron, y las notas de ejecuciones, tiroteos y detenciones dejaron de firmarse en forma individual, ante la imposibilidad de contar historias en una jaula llena de leones. Los tiempos actuales hicieron también lo que el PRI nunca pudo lograr: quebrar la unidad de la élite empresarial de la ciudad, dividida ahora en, por lo menos, dos grupos: uno abanderado por el extinto Lorenzo Zambrano(1944 - 2014), presidente de Cemex, y otro por Alejandro Junco de la Vega, dueño del Grupo Reforma. No pasó mucho tiempo para que el miedo derivara a su vez en paranoia. Una peregrinación católica detonó cohetones cerca de una plaza pública en la que bailaban decenas de parejas. Al escuchar las explosiones, pensando que era una balacera, los bailadores empezaron a correr y a aventarse entre sí. Algunos se lastimaron, pero no hubo ninguna muerte. Donde sí fallecieron cinco personas a causa de un espanto parecido fue en una cantina de la exposición ganadera de la ciudad. Al parecer —a la fecha no está confirmado— un borracho cualquiera disparó al aire y provocó el alarido, la corredera y la moridera en medio de la estampida humana. Hasta 2014, la historia de los cárteles de la droga, por lo menos en Nuevo León, Tamaulipas y Coahuila, podía dividirse en dos grandes etapas: la primera en los setenta y ochenta con el surgimiento de una mafia plebeya venida de los estratos sociales más bajos, mientras que la segunda, en los noventa, está protagonizada por hombres de clase media con mayor visión empresarial a la hora de trabajar. Ahora hay políticos, líderes sociales y analistas que creen que ya está en marcha una tercera etapa en la evolución del narco, que gira sobre la fuerza bruta. De la mano de esta idea es que han surgido voces diciendo: matemos a todos los narcos, simplifiquemos las cosas. Coincidencia o no, apareció un tétrico fenómeno: el de los cementerios clandestinos. En 2010, 91 cadáveres fueron desenterrados de 21 fosas hechas en diferentes predios. Hasta noviembre, ningún otro lugar de México registraba un número mayor de sitios de este tipo que Nuevo León quien poco despues seria superado por Tamaulipas a raiz de lo ocurrido en las Matanzas en San Fernando. Quizá por eso cada vez me sorprende menos que a la cuenta de correo electrónico lleguen convocatorias abiertas para solucionar el problema usando armas largas e ideas cortas contra el narcotráfico. El pensamiento paramilitar que recorre Nuevo León se pasea sin pudor alguno por todos lados. Uno de sus espacios preferidos son las áreas de comentarios de internet de los periódicos locales. El 28 de agosto de 2010 el Ejército detuvo a Francisco Zapata, y en una noticia del periódico El Norte se presentó a este desconocido como "el líder zeta de Monterrey". El primer lector que escribió debajo de la nota puso: "Señores militares: sugiero abrir un centro de tortura y un pozolero en el campo militar para tratar a este tipo de ratas, o aplicarles la ley fuga. A grandes males, grandes remedios". Otra opinión, crítica con las fuerzas armadas fue: "Es una lástima que lo hayan atrapado. ¿Por qué no lo mataron? Lo único que va a pasar es que un juez pedorro lo suelte 'por falta de pruebas'". Uno más de los comentarios que aún pueden ser consultados era: "Hagan una zetafosa y solo déjenlos caer vivos y échenles tierra con bulldozer y Listo!!". El mismo día que apareció esa noticia con sus respectivos comentarios, en el periódico Milenio Diario de Monterrey, Jorge Villegas, el columnista político más serio e influyente del estado, fundador de las carreras de comunicación, tanto en el Tec de Monterrey como en la Universidad Autónoma de Nuevo León, publicó una columna con el título "Solución paramilitar". Recomendaba abiertamente a las autoridades —o a algún acomedido— la contratación de la empresa estadounidense Blackwater —acusada de ejecuciones sumarias en Irak— o de alguna por el estilo, para solucionar los problemas de la ciudad. "Así sí sería parejo el combate entre sicarios armados como para la guerra y verdaderos guerreros igualmente pertrechados y sin el riesgo de ser víctimas de venganzas en sus familias. Sería una solución legal, aunque polémica para un problema que nos está estrangulando, que está diezmando la ciudad y que amaga con despojar a Monterrey de su prestigio como centro de trabajo y de inversión. En el consulado de Estados Unidos tienen la información sobre estos contratistas. Si alguien quiere solucionar esto de una buena vez". Alos pocos días de ganar las elecciones, Edelmiro Cavazos buscó a Mauricio Fernández Garza, el alcalde electo de San Pedro Garza García, quien había anunciado que su ciudad —la más rica del país— sería blindada del crimen organizado con la ayuda de un comando rudo. Edelmiro se reunió en privado con el empresario y le contó que la policía local de Santiago estaba al servicio de Los Zetas, y que no podía remover a los elementos, ya que le habían advertido que si lo hacía, su vida estaría en riesgo. Los agentes estaban tan coludidos que no solamente se hacían de la vista gorda ante las operaciones de la banda, sino que trabajaban al servicio de ésta deteniendo a gente y llevándola a ranchos de Los Zetas. —La situación es tan absurda —le dijo Edelmiro a Mauricio— que hay gente levantada por equivocación, debido a que tenían un nombre parecido al de quien buscaban, y luego de que los policías los llevan con los Zetas, éstos los regañan diciéndoles y les ordenan que los devuelvan a sus casas. Edelmiro no podía hacer nada contra sus propios policías. Mauricio le sugirió que se coordinara con el Ejército, que en septiembre de 2009 se había llevado detenido al secretario de Seguridad Pública de Santiago, Francisco Villarreal, y a otros dos policías locales, bajo la acusación de que trabajaban para Los Zetas. Edelmiro lo hizo y a poco más de 15 días de haber tomado protesta como presidente municipal, el 18 de noviembre, dejó que un grupo de soldados irrumpiera en las instalaciones de su policía para revisar armamento e interrogar a su gusto al personal. A la par de la preparación del operativo militar desaparecieron dos policías. El primero fue Roberto Rafael Esparza Ordóñez y el segundo el agente Luis Omar Aguilar Gaytán. Luis Omar hacía trabajo de oficina, nunca salía a patrullar. Un video del circuito cerrado lo exhibe llegando al edificio, pero no cuando lo abandona. Nadie vio nada, nadie supo nada. Además de las desapariciones de los dos agentes, hubo detenciones y renuncias de otros efectivos, por lo que la administración de Edelmiro fue quedándose sin policías. El 22 de marzo de 2010 se desató una nueva cacería en Nuevo León, pero esta vez de policías, en especial de Santiago. Ese día el agente Daniel Sepúlveda Maciel, de 25 años, fue fusilado en el portón de un rancho. Llevaba una playera de los Rayados del Monterrey, además de un pantalón de mezclilla azul y tenis negros, ya que cuando había sido interceptado por el comando, se encontraba en su día de descanso. El siguiente fue el policía Gregorio Rodríguez González, quien murió el 16 de abril acribillado a media cuadra de la Secretaría de Seguridad Pública municipal. Goyo, como le decían sus compañeros, estacionó su camioneta junto a una ferretería. Como era su día de descanso iba acompañado por su esposa y sus tres pequeños hijos. Repentinamente dos camionetas llegaron, una por delante y otra por detrás. Un grupo de hombres armados mostrando AK-47 y otras armas, bajaron y uno de ellos trató de someter a Goyo, pero éste, quien medía 1.82 metros y pesaba más de 100 kilos, no se dejaba. La escaramuza terminó cuando otro de los del comando le disparó con una 9 milímetros. Al día siguiente, el mismo grupo de hombres que realizaban sus acciones vestidos con ropa de camuflaje y el rostro cubierto, levantó al policía Gustavo Escamilla González, quien también se hallaba en su día de descanso. Su familia abrió rápidamente una página en Facebook para denunciar la desaparición y pedir a sus captores que tuvieran clemencia y le pusieran al policía una inyección con insulina ya que era diabético. Todavía no había ni 10 comentarios en la convocatoria lanzada en las redes sociales de internet, cuando el policía fue encontrado con el cráneo destrozado a balazos, en medio de varios arreglos florales, y junto a una cartulina en la que se leía el siguiente aviso: "Esto es para que sigan ayudando a los jotos de los Zetas". En el mismo escrito se hacía un pase de lista de policías que serían asesinados en los días siguientes, no sólo de la corporación de Santiago, sino también de otros municipios de Nuevo León. El mensaje lo firmaban las iniciales CDG, CDM y CDF y se cumplió: 50 policías locales de Nuevo León, la mayoría de Santiago, fueron asesinados en esas fechas. A la semana siguiente del aviso, el 27 de abril, el policía Diego Aguirre Plata, que estaba tramitando su renuncia, fue ejecutado dentro de la tienda de sus abuelos, en la que infructuosamente trató de esconderse. En mayo las sombras asesinas dejaron descansar a Santiago y no murió ningún policía, pero el primer día de junio se reanudó el exterminio. Murió precisamente Sergio Pérez Beltrán, aquel policía que había encabezado la manifestación en contra de la presencia del Ejército, un año atrás. Junto con el policía Pérez Beltrán fue asesinado el agente Eduardo Leal Campos, de 20 años. Hilda Rodríguez Doria, pasajera de un autobús que circulaba cerca de la carretera donde ocurrió la doble ejecución, fue alcanzada por el rebote de una bala y tras una semana de estar internada fue dada de alta y salió por su propio pie del hospital. El comando no paraba y los efectivos seguían cayendo como víctimas de algo que oficialmente parecía indescifrable. Cinco días después fue cazado Emeterio de la Cruz Ávila Gallardo, un policía de 49 años que apenas tenía un año de haber ingresado a la corporación. El 20 de junio los asesinos de policías entraron a la recámara de la casa del agente Jesús Francisco Siller Torres y le soltaron 13 tiros a quemarropa mientras dormía: ocho fueron con un rifle calibre .308, dos con un AK-47, uno con pistola 9 milímetros y el resto con armas que los peritos no pudieron identificar nunca. En el mes siguiente, dos patrullas de la policía de Santiago, una Dodge Charger y un Tsuru Nissan, fueron perseguidas por el comando de las sombras asesinas en la carretera nacional. El primer agente en morir sentado en su unidad fue César Luis Tello Oyervides. Un kilómetro adelante quedó luego el cuerpo de José Encinia Luna, acribillado en las escaleras de un consultorio dental ubicado a la orilla de la carretera, en el cual intentó esconderse de sus cazadores. Esa vez dos policías más resultaron lesionados: Amalia Guadalupe Cavazos González, con heridas en las piernas y el pecho, y José Raúl Torres Martínez, lesionado de la espalda, mientras que el agente Mauricio Morales Sarabia, murió 28 días después, a causa de los impactos que recibió en el pecho y la espalda. Apretar el gatillo y enfocar contra un uniformado se volvió algo fácil. Durante los primeros meses de la administración de Edelmiro Cavazos, Santiago se convirtió en un campo de tiro. Los policías eran el blanco. No hubo homenaje fúnebre para ninguno de los 12 policías asesinados en Santiago. Ni despedidas especiales ni pronunciamientos de condena por parte del alcalde Edelmiro Cavazos, quien a la par de la lenta matanza comenzaba a ver crecer su popularidad, incluso en el área metropolitana de Monterrey, donde otros alcaldes se referían a él como un tipo muy simpático que además "era tan entrón como Mauricio Fernández pero menos protagónico". Salvo una ligera acusación de nepotismo por darle a su hermana un cargo en la dirección de Turismo, la gestión de Edelmiro transcurrió sin escándalos, algo poco usual en Nuevo León, donde es raro que haya un presidente municipal que no sea evidenciado públicamente por realizar burdos actos de corrupción. Edelmiro se movía con una seguridad discreta. Incluso acudía a discotecas como Woodstock Plaza, donde la cantante peruana Tania Libertad ofreció el 9 de mayo un concierto dedicado a las madres, en el cual aprovechó para felicitar a Edelmiro por su trabajo como presidente municipal. Dos escoltas —que no formaban parte de la policía de Santiago y que tenían contacto directo con el Ejército— se encargaban de cuidar al alcalde con el apoyo eventual de efectivos locales. Uno era Gilberto Cruz Puente y el otro Valentín Castaño Cepeda, quienes se movían de un lado a otro con Edelmiro en una Grand Cherokee blindada. El 12 de agosto, ambos escoltas salieron del palacio municipal en la camioneta modelo 2003, para ir a cargar gasolina mientras el alcalde concluía una serie de reuniones en su despacho. Al tomar un tramo amplio y bien pavimentado de la carretera nacional, los escoltas tuvieron un extraño accidente. Una supuesta falla en el motor, o un bache, provocó que se salieran del camino, dieran algunas volteretas y acabaran estrellándose contra una malla ciclónica y una barda de concreto. Gilberto, quien iba de copiloto, murió casi al instante luego de que un pedazo de alambre supuestamente se le enterró por un costado del pecho, pese a que llevaba puesto el chaleco antibalas. Valentín fue llevado al hospital para ser atendido de heridas leves y luego fue detenido, acusado de homicidio imprudencial, por lo que no regresó a cuidar a Edelmiro. Al día siguiente del percance, se registró un enfrentamiento armado de más de una hora entre soldados y Zetas, justamente en los límites de Monterrey y Santiago. Durante la refriega falleció un sicario apodado El Sonrics, quien supuestamente dirigía la banda en la región. Al día siguiente, un convoy de 50 camionetas procedentes de Tamaulipas fue visto en las afueras de Monterrey. Al mismo tiempo, una granada estalló en las instalaciones de Televisa en Monterrey, justo cuando los llamados Tapados, ahora armados con rifles, daban inicio al mayor sitio sucedido en la historia reciente de la ciudad: bloquearon la circulación de más de 40 calles. Los bloqueos tenían el objetivo estratégico de impedir la llegada a la ciudad del convoy de camionetas pertenecientes al Cártel del Golfo, grupo con el que Los Zetas se enfrascaron en una guerra que a finales de 2010 no tenía visos de acabar pronto. En los días siguientes hubo más bloqueos y tiroteos. La zozobra llegó a las cúpulas económicas, que a través de las cámaras empresariales locales publicaron un desplegado titulado "Basta Ya", el cual incluía fuertes reclamos al gobernador Rodrigo Medina. Pese al ambiente de guerra, Edelmiro no modificó su agenda de labores, aunque acordó con su esposa Verónica de Jesús, que ella se fuera durante unos días a Texas con los niños. Una semana después del misterioso accidente de sus escoltas de confianza, la noche del domingo 15 de agosto, el alcalde acudió a la celebración del Día Mundial de la Juventud en la plaza principal del municipio. Iba vestido informalmente, con pantalón de mezclilla, camisa blanca y zapatos cafés. Fue breve al hablar y luego se quedó a escuchar otras intervenciones, en su mayoría de muchachos cristianos. Alrededor de las 10 de la noche se dirigió a su casa ubicada en un fraccionamiento privado de nombre La Cieneguilla. Pasados los primeros minutos del 16 de agosto, varias camionetas con focos parpadeantes, conocidos como estrobos en el norte de México, se acomodaron afuera de la casa de Edelmiro. Tras la muerte de uno de sus escoltas y la detención del otro, lo cuidaba el policía José Alberto Rodríguez. La casa de Edelmiro contaba con cámaras de videograbación ocultas por lo que quedó registro de lo que luego pasó. El policía que supuestamente lo cuidaba se subió tranquilamente como uno más del comando, a uno de los vehículos. En las imágenes se podía ver también a Edelmiro recibiendo al comando y dirigiéndose pocos minutos después hasta una camioneta Yukon, mientras le apuntaban hombres armados. Sus captores eran policías de Santiago, quienes formaban parte de una célula de Los Zetas dirigida por un operador apodado El Caballo. Catorce hombres en total llevaron a cabo la operación. Santiago amaneció ese lunes con la noticia del levantón de Edelmiro, y algunos diputados de su partido equipararon el suceso con el secuestro de Diego Fernández de Cevallos, sin embargo, la principal hipótesis que había entre los cuerpos de seguridad era la del crimen organizado y no la de la guerrilla como en el caso del ex candidato presidencial. Dos días después, a eso de las ocho de la mañana, un campesino vio de lejos a una persona acostada en una meseta cercana a la Cola de Caballo, una enorme cascada consideraba como la principal belleza natural de Nuevo León. El jornalero no se quiso acercar y siguió su camino por la sierra hasta toparse con uno de los hombres encargados de cuidar la cascada, a quien le avisó lo que acababa de ver. El campesino continuó su marcha entre la neblina de la mañana y el empleado turístico se dirigió junto con otro compañero a ver de qué se trataba. Los hombres encontraron el cadáver de Edelmiro semicubierto por una lona azul que fue confundida después con la bandera del PAN. Esa misma mañana, el helicóptero del gobierno estatal aterrizó en los alrededores del paraje ubicado a unos 50 kilómetros del Palacio de Gobierno. De la aeronave descendió el gobernador Rodrigo Medina, uno de los primeros en saber que el alcalde de Santiago había recibido dos disparos en la cabeza y uno más en el tórax. Altar improvisado de Edelmiro sobre un archivero en el municipio de Santiago Al día siguiente de que apareció el cuerpo del alcalde, uno de los periódicos locales tituló la noticia: "Pone orden Edelmiro y lo matan". Se hacía referencia —como en los otros diarios— a que los policías de Santiago habían asesinado a Edelmiro Cavazos supuestamente porque les había descontado un bono de 800 pesos, y los había regañado por infraccionar a ciclistas de las montañas. La Procuraduría de Justicia compartió a los medios de comunicación parte de las declaraciones ministeriales de los efectivos detenidos, aunque no ahondó demasiado en la versión principal que dieron para explicar su ataque contra el alcalde. Según los efectivos, Edelmiro permitía que operara el comando mata-policías, por lo que ellos habían decidido cobrar venganza. El coordinador de los diputados locales del PAN, Hernán Salinas, negó rotundamente que el alcalde tuviera contactos con otros cárteles. "Edelmiro fue un ejemplo de un ataque frontal a la delincuencia organizada y punto", dijo. Durante los siguientes días, algunos adolescentes repartieron volantes con diseño patriótico y sin sello oficial, en los cuales aparecían fotos de policías prófugos que habían participado en el levantón y asesinato de Edelmiro. En internet apareció un canal de Youtube bajo el nombre de "Reporta Zetas", en el cual hay un video titulado "Edelmiro muerto" en el que se escucha el himno nacional mientras se va reproduciendo el siguiente mensaje: "Estamos hartos de tanta violencia. Ahora estas personas creen que pueden matar a nuestros gobernantes. Q.E.P.D. Edelmiro Cavazos. Nuestro grupo está comprometido para acabar con estas personas que tanto daño hacen a nuestra ciudad. Somos un grupo formado por gente regia cansada de tanta violencia y auspiciado por empresarios regios. Para acabar esto necesitamos de tu ayuda, reporta actividades sospechosas, puedes salvar vidas. Sabemos que la autoridad estatal y municipal no da el kilo, así que toda la información que recabamos la pasamos al Ejército. Expulsemos de una vez a estos lacras de nuestra ciudad, asesinos de inocentes, niños y mujeres". La dirigencia del PAN en Nuevo León mandó imprimir cientos de calcomanías con la foto del alcalde fallecido y la leyenda: "Edelmiro... Sí dio la vida", en alusión al gobernador del PRI, Rodrigo Medina, quien en su campaña electoral dijo alguna vez que daría la vida por Nuevo León, lo que le suele ser cuestionado por sus adversarios cada vez que la cresta de la ola de la violencia llega a niveles altos, o sea que todos los días desde que asumió el cargo. Como alcalde sustituto de Edelmiro fue designado el síndico Bladimiro Montalvo Salas, otro "Miro". La policía de Santiago, entre asesinatos, renuncias y detenciones, desapareció por completo, y el Ejército tomó el control de la seguridad municipal junto con efectivos estatales. Santiago resultó así uno de los primeros municipios del país en aplicar de facto la política del Mando Único impulsada por el secretario de Seguridad Pública Federal, Genaro García Luna. El alcalde de San Pedro Garza García, Mauricio Fernández Garza, uno de los principales opositores a este plan, me dijo días después que la muerte de Edelmiro también era resultado del desdén federal. "A los municipios no nos pelan. Es como si estuviéramos en un gobierno autoritario. No nos invitan a las reuniones de seguridad". —Entonces ¿crees que tu estrategia de recolectar información y de disuadir mediante comandos rudos es exportable a otros municipios? —pregunté. —Lo que pasa es que empiezas con muchas dudas, que si son paramilitares, israelitas, de los Beltrán Leyva... La gente en vez de ver resultados te cuestionan, nunca me apoyaron. ¿Que más daba si eran chinos? Todos querían explicaciones y piensan que es chueco. Creo que es un miedo natural al cambio. Casi dos semanas después del crimen de Edelmiro, la primera dama Margarita Zavala llegó al poblado. Fue recibida por el dirigente panista en Santiago, Jorge Flores Marroquín, quien le pidió que se tomaran una foto juntos, antes de que entrara a ver a los deudos del alcalde. Luego de posar, la primera dama ingresó a la casa donde la esperaban los padres, la viuda y los hijos de Edelmiro. Verónica de Jesús Valdés le mostró a la esposa del presidente los videos subidos espontáneamente a internet en recuerdo de Edelmiro. Al cabo de dos horas de conversación, Margarita Zavala salió de la casa bajo un fuerte resguardo. Una mujer se le acercó para regalarle una caja con galletas chorreadas, típicas del pueblo, y también para pedirle que ni ella ni su marido se olvidaran de Santiago. En menos de 140 caracteres, el presidente Felipe Calderón ya había expresado su sentir por la muerte de Edelmiro. Vía su cuenta de Twitter @felipecalderonh, el mandatario había dicho: "La muerte de Edelmiro nos indigna y nos obliga a redoblar la lucha en contra de estos cobardes criminales que atentan contra ciudadanos". A 4 años de estos incidentes la situación en Santiago y gran parte de Nuevo León se mejoro en cuestiones de seguridad una guerra tal vez ganada por ahora, los comandos de la muerte quedaron como anecdotas del pasado. |
El Cartel de Sinaloa domina Nueva York es el rey de la heroína Posted: 15 Dec 2014 12:55 PM PST El Cartel de Sinaloa se ha apoderado del mercado de la heroína en Nueva York desplazando a grupos colombianos y asiáticos. Como el principal proveedor de la droga, según una investigación realizada por colectivo Dromomanos, ganador del Premio Ortega y Gasset de Periodismo. Jeen Blake, un chofer de 40 años, condujo su camión desde Queens. Nueva York, hasta Riverside, California. El viaje, de al menos 42 horas para cruzar todo el país de un extremo a otro, tenía un propósito extremadamente rentable: entregar US$750.000 a cambio de 15 kilos de heroína. Blake, empleado de la empresa Good Guys Transport Corporation, invirtió una semana para ir y volver a Nueva York. En el interior de su camión había suelas de zapatos, entre las que estaba escondida parte de la droga. El resto se ocultaba en paquetes cuadrados colocados en compartimentos secretos. Después de recorrer 4.800 kilómetros, el chofer entró a Nueva York el pasado 26 de agosto, sin saber que lo monitoreaba un operativo especial de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés) y la policía estatal. El chofer tenía planeado encontrarse con el dueño de la empresa, Dorian Cabrera, en un estacionamiento de Long Island para entregarle la mercancía. Al llegar al lote, ambos entraban al interior del tráiler cuando fueron sorprendidos por los agentes, que además del cargamento de narcóticos hallaron más de US$300.000 en efectivo. En el negocio de Cabrera había además otros US$190.000 dólares y joyas de alto valor. Ambos fueron acusados por posesión de drogas y conspiración. El cargamento, dijo el agente especial de la DEA en Nueva York, James Hunt, tenía un valor de US$9 millones a precio de calle. Este artículo apareció originalmente en El Universal y fue publicado y editado con el permiso de los autores. Vea el artículo original aquí. "Creemos que la droga entró por Nuevo México, la llevaron a California y luego a Nueva York. Van en círculos. Hay tanto dinero de por medio que vale la pena el esfuerzo, transitan por rutas que creen más seguras. Incluso, si pierden una cantidad importante en el camino, hay todavía mucho más", afirma Bridget Brennan, fiscal especial de Narcóticos en Nueva York. Según investigadores estadounidenses, el Cartel de Sinaloa se ha apoderado del mercado de la heroína en Estados Unidos y aunque las autoridades ya lo tienen bajo la lupa, el grupo criminal no sólo ha logrado desplazar a Colombia y Afganistán, sino que busca extender su distribución en varios estados de Estados Unidos. Presencia en más de mil ciudades Según la DEA, 50 por ciento de la heroína vendida en Estados Unidos ha sido elaborada en México, entre 43 por ciento y 45 por ciento proviene de Colombia y el resto de países asiáticos. Casi toda es suministrada por los carteles mexicanos. En una entrevista, el fiscal especial de narcóticos Brennan apunta directamente al Cartel de Sinaloa como la organización que surte a Nueva York y al resto del país. Según el más reciente informe del Departamento de Justicia de Estados Unidos, los narcotraficantes mexicanos tienen presencia en 1.286 ciudades. En menos de 10 años, México ha conseguido suplantar a Colombia y a naciones como Pakistán y Afganistán como líder en Estados Unidos. Actualmente, México es el segundo productor mundial de opio y marihuana, según el más reciente informe de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD). Nueva York ha sido una de las ciudades más afectadas por el control de los carteles mexicanos en el mercado de la heroína. Actualmente, sufre una epidemia por el consumo de esta droga que no se había visto desde los años setenta. Brennan comenta que esto es consecuencia del aumento del suministro de la heroína desde finales de 2008, cuando grupos como el Cartel de Sinaloa empezaron a asumir su producción. México cuenta con unas 10.500 hectáreas de cultivos de opio, según la última estimación de la Oficina Nacional para el Control de Política de Drogas (ONDCP, por sus siglas en inglés) de la Casa Blanca. "Cuando hay una gran oferta de drogas en el mercado, hay una gran demanda. El suministro crea la demanda. Y porque hay un gran suministro de heroína viniendo de la frontera, hay un gran problema de adicción en Estados Unidos en estos momentos". Con el control del Cartel de Sinaloa en las rutas de la heroína -que según autoridades estadounidenses son las rutas tradicionales de la cocaína y la marihuana-, Nueva York se ha convertido en una puerta de entrada y en una base para el suministro de droga en el noreste y en la Costa Este del país. "La heroína que incautamos ya no sólo se pretendía distribuir en Nueva York, sino también en otros estados como Pensilvania, Massachusetts, Vermont. Nueva York se ha convertido en un hub (centro de acopio y distribución)", indica la fiscal. Un 35 por ciento de los decomisos de heroína en todo el país en el último año han sido en esta ciudad. La mayor incautación de los últimos cinco años fue en 2013, cuando se aseguraron 356 kilos. Hasta mayo de 2014, la cifra llegaba a 98 kilos, más que los 63 que fueron decomisados el año pasado en el mismo lapso. Según el más reciente informe de HIDTA (High Intensity Drug Trafficking Areas) que se refiere a Nueva York y Nueva Jersey, las bases de distribución de heroína se encuentran a las afueras de la ciudad. "Trenton y Camdem sirven como los mayores centros de distribución y representan también significantes mercados de heroína. Albany también funciona como centro regional, con personas viajando a estados vecinos como Vermont, Massachusetts y otras áreas rurales al norte de Nueva York para comprar heroína", indica el informe de dicho organismo fundado por la ONDCP. Extienden sus tentáculos Las nuevas rutas de la heroína han afectado además a estados que nunca habían tenido problemas de consumo como Maine o Vermont. En éste último, el gobernador Peter Shumlin declaró en enero pasado una emergencia de salud por un incremento de 770 por ciento en el consumo de opiáceos desde 2000 a la fecha. Lo que en ese estado había empezado como una adicción a la oxycodina y a las píldoras de prescripción, terminó con una epidemia de heroína y con el doble de muertes por sobredosis en el último año. Según James Hunt, agente especial de la DEA en Nueva York, cuando las prescripciones de oxycodina se volvieron más difíciles de conseguir, los carteles mexicanos aprovecharon la oportunidad para sustituir esa droga por la heroína, que es mucho más barata y más adictiva. "Los mexicanos están llenando el mercado. Son hombres inteligentes de negocios con un producto que es veneno. La heroína hoy es más barata, más abundante y más potente de lo que era hace 20 años", señaló durante una conferencia de prensa en septiembre. En 2008 aumentaron los suministros de heroína mexicana y también su calidad. En décadas anteriores era común encontrarse en Estados Unidos con la llamada "black tar heroine", un tipo de droga café de mala calidad. Sin embargo, en los últimos años, la heroína mexicana es principalmente blanca y su efecto más potente. Se calcula que la pureza de la que hoy circula por calles neoyorquinas ronda entre 40 por ciento y 60 por ciento. Durante la epidemia de los setenta, la pureza no pasaba de 10 por ciento. Un kilo de heroína pura puede derivar en más de 50.000 dosis después de haber sido cortada con químicos como estricnina y quinina o sustancias como azúcar, tiza o bórax. Una vez reducida la pureza del kilo, éste puede llegar a venderse en las calles en más de medio millón de dólares. En las calles de Nueva York y alrededores, varios grupos controlan la venta de heroína. Si bien la droga llega desde México, una vez en esta ciudad cae en distintas manos. "Hemos visto rusos, europeos del este, colombianos y mexicanos. No es exclusivo de un grupo", dice la fiscal. Un mes después de que se decomisara el camión con 15 kilos de heroína, un grupo de dominicanos, encabezado por José Dejesus, de 40 años, fue detenido en el Bronx mientras cortaban 10 kilos de esa droga y la empaquetaban cuidadosamente en pequeños sobres blancos que tenían etiquetas con nombres como "Sin City", "Prada", "Pinky Dinky" y "Audi". En el departamento se encontraron cientos de miles de sobres que estaban listos para ser vendidos en todo el noreste de Estados Unidos por un costo de entre US$6 y US$10. También había máscaras, filtros de café y diversos productos dedicados al procesamiento de la droga. "¿Cómo las drogas pasan de la persona que las transporta de California a esta organización en el Bronx? Es una pregunta abierta. Hay probablemente sólo un vínculo en la cadena y posiblemente sea una conexión directa entre esos que traen grandes cantidades de heroína a Nueva York y los que la distribuyen en sobres por las calles. Hay un sinnúmero de organizaciones, pero los dominicanos siguen liderando la distribución en la ciudad", dice la fiscal antinarcóticos. Para los carteles, agrega la funcionaria, es mejor trabajar con las mafias locales, ya establecidas, y así todos ganan dinero. Durante la epidemia de los años setenta, la mayor parte de la heroína en Nueva York era asiática, y al venir de tan lejos era controlada por una sola organización que se encargaba también de su distribución: la Cosa Nostra. "Ahora, con tanta heroína viniendo de la frontera, no hay tanta centralización en la distribución, todos tienen una parte", asegura. |
Posted: 15 Dec 2014 12:07 PM PST En el video se observa a un chico que empuña con la mano derecha un palo. Con él va a golpear al hombre que tiene enfrente, ése que cuelga del techo como si fuera una res. El chico, de gorra y camiseta a rayas, es de manos cortas, pero el tablazo se escucha seco, recio. "Suena como un tambo", compara el adolescente, que ha decidido guardar la tortura en su celular. "Cuando me maten dicen que yo nomás los grabé, ¿eh?". El chico sonríe. Le pasa por el rostro un regocijo que da escalofríos. Otro de sus amigos comparte la fascinación: le ha dado al colgado tantos correazos que las heridas en el torso serán para siempre. Lo que resta de aquel hombre fuerte se zarandea como un muñeco de alambre. Las risas parecen jalarlo del cabello. Quién sabe si el hombre es culpable o si pertenece a un cártel rival. Quién sabe. Los jóvenes sicarios del video despachan a cuanto cabrón se les atraviesa. Lo que sí sabemos es que el hombre va a morir en menos de cinco minutos, que amanecerá colgado de un puente en Cuernavaca y que al chico que lo apalea se le conoce como El Ponchis. El muchacho cobró fama el pasado sábado seis de noviembre. Ese día se comprobó la tesis del escritor Paul Medrano: la confianza es la falla del valiente. Unos soldados de la 24ª Zona Militar descubrieron en YouTube a El Ponchis y a sus amigos, quienes se sentían tan grandes que subieron a internet algunos videos donde nos enseñaron lo importante que es transmitir dolor y miedo. Todos hablaron de El Ponchis sin necesidad de inserciones pagadas. La noticia, que recorrió el mundo, destaca al "sanguinario sicario de 12 años de edad". En un noticiero boliviano lo describieron más enorme que las tinieblas. "Ese niño es el diablo", dijo el conductor. CNN mostró al despeinado Cristian García Martínez, un amigo de El Ponchis, contándonos que matan al por mayor para el Cártel del Pacífico Sur (CPS). "(Nos pagan) Tres mil dólares por cabeza. Y cuando no encontramos a los contras, cuando no damos con ellos, matamos a gente inocente para que nos paguen, así sean taxistas o albañiles, los hacemos pasar como sicarios o mañosos". Un gringo con cara de asesino serial también habló de El Ponchis. Colgó un video en Youtube donde cuenta que fue policía y que a él no lo engañan: El Ponchis es un bárbaro y deberían tragárselo los tiburones. "Estamos ante un monstruo, quizá hasta come carne humana". Cuando aquel seis de noviembre terminó, mucha gente sabía que El Ponchis era un chico que a los 12 años de edad ya se había especializado en cortar cabezas y testículos. Se conoció, también, que sus dos hermanas, Las Chavelas, se encargan de tirar los cadáveres, aunque a algunos los colgaban de los puentes. El alias de su jefe fue tan repetido que quizá alguien aún recuerde que a Jesús Radilla Hernández le dicen El Negro. Hoy se sabe que El Ponchis se llama Edgar Jiménez Lugo, que tiene 14 años y que, aunque está chaparro para su edad, ha crecido más de la cuenta. II Jiutepec es un municipio pegado al sudeste de Cuernavaca. En esos 70 kilómetros cuadrados se concentra casi todo lo que el México moderno puede ofrecer: droga muy barata y pureza muy elevada, casuchas que no han sido construidas con ladrillos sino con narcodólares, jóvenes que sueñan con un "cuerno de chivo", música norteña saliendo a chorros por las ventanas de los autos, hospitales que han recibido visitas de sicarios con el ánimo de terminar su trabajo y 180 mil habitantes que saben ignorar cualquier cosa que interfiera con la forma que tienen de mirar al mundo. En otras palabras, Jiutepec se ha convertido en una máquina de la muerte. Ya nadie en este pueblo se acuerda de don Estanislao Tapia, un viejo revolucionario que quiso ser gobernador de Morelos y que antes de morir le regaló al subcomandante Marcos una copia del Plan de Ayala. Hoy todo gira alrededor del CPS. Los chicos caminan con ínfulas de Arturo Beltrán y saben que ningún narco que se precie de serlo los dejaría fuera de su plan. "Hay mucho trabajo por hacer y muchas manos están dispuestas", simplifica un narcomenudista al que, si no lo matan las balas, lo va a tumbar una sobredosis. "Aquí hay sólo dos caminos: sicario o nada". El Ponchis tomó la primera ruta hace unos ocho meses. Al menos eso dice uno de los militares obstinado en arrestarlo. Eso de ir a la secundaria no era para él. Además, el novio de su hermana mayor, Isabel, le ofreció trabajo y él, El Ponchis, ensayaba nuevas habilidades: estrangular, apuñalar, matar con pistola, disparar ráfagas de coche a coche, torturar, secuestrar, decapitar y desaparecer personas. En la 24ª Zona Militar dicen que El Ponchis hace todas esas monerías, pero también cuentan que sus padres viven en San Diego, Estados Unidos. En la Procuraduría General de Justicia del Estado de Morelos (PGJEM) hay quienes, hasta su captura, estaban seguros de que su nombre era Diego y que su padre era un narcomenudista a quien se le ve siempre en Jiutepec, sobre todo en Tejalpa, el pueblo donde El Ponchis defendió sus dientes de leche. De hecho, un viejo comandante dice que El Ponchis tiene una cicatriz en la mejilla izquierda, la misma que recuerda una "madriza" que le propinó su padre. El comandante no da su nombre. Como están de feas las cosas en Morelos, sabe que puede aparecer con el tiro de gracia. Sin embargo, cuenta que El Negro, Jesús Radilla Hernández, terminó siendo el segundo padre de El Ponchis. El Negro, vale la pena decirlo de una vez, usa la estrategia más difícil para conservar la plaza que le encargó su patrón, Héctor Beltrán: matar a los contrincantes. Los militares dicen que Radilla y su grupo de sicarios han perpetrado unas 200 de las 332 ejecuciones que, hasta el sábado 27 de noviembre, se han registrado allí en lo que va del año. No tienen duda de que él autorizó que desmembraran a tres tipos que se habían escapado del penal para luego colgarlos de los puentes viales de Cuernavaca. El Negro tiene hábitos como las drogas, el alcohol y las mujeres. Se ha tatuado el pecho como si fuera la barda publicitaria de sus ambiciones. Y, según los militares, estos días le han sabido a aceite quemado. El fin de semana antepasado, unos 200 soldados fueron por él al Fantasy, un table dance que tiene fama en Jiutepec. Pero como cuenta con protección y posee reflejos de pantera, escapó. A estas horas, el segundo padre del Ponchis ha de seguir trabajando. —¿Es cierto que El Ponchis degüella? —se le pregunta al comandante. —Eso es lo que cuentan en el Ejército, pero nadie ha visto el chingado video donde los guachos dicen que el chamaco agarra un serrucho y se pone a cortarle la cabeza a un cabrón. De lo que no hay duda es que el mentado Ponchis anda de mañoso. —¿Y qué hay de las hermanas? ¿Ellas se deshacen de los cadáveres? —Son dos. La mayor se llama Isabel, por eso les dicen Las Chavelas. Isabel es una de las tantas novias de El Negro. Ella es la más canija. De ella se puede esperar todo. —¿Cuántos años tiene El Ponchis? —Catorce —responde el comandante a quemarropa—. Y eso es bueno. —¿Por qué? —Porque si tuviera 12, como dicen los guachos, no va a la cárcel. Si lo arrestamos, tenemos que devolverlo a su casa, así son las leyes. —¿Aunque haya matado y degollado? —Aunque haya trabajado para el diablo. III En Jiutepec circulan muchos automóviles robados que se desbaratan sólo con atropellar a un gato. Los chicos que los conducen se ven orgullosos. No entienden que esos lujos destruyen el espíritu más rápido que la coca y "la piedra". Y los narcos lo saben, por eso suelen deslumbrarlos. Dicen que El Ponchis maneja uno que parece potro salvaje. Un taxista cuenta que lo ha visto de copiloto en camionetones bárbaros, pero el comandante asegura que El Ponchis ni siquiera alcanza los pedales. Lo que sí se puede corroborar es que, con o sin auto, el CPS imanta a los chicos y a los grandes. Basta entrar a www.metroflog.com/-cps para saber que veneran al dios de la bala como si las muertes fueran necesarias. Al menos eso dice, con salvas de ortografía, el texto que acompaña la foto de un tipo con la cabeza reventada a tiros: "Cobrando mas y mas cuentas si el gobierno no puede ni estatales federales y el ejercito nosotros si. venimos por varios LA PLAZA ES NUESTRA". Se ve que en el CPS son irreductibles y no perdonarán la traición. "LA ORDEN VIENE DE ARRIBA ELIMINAR A TODA LA GENTE DEL HOMOSEXUAL EDGAR VALDEZ VILLAREAL (LA BARBIE)". Se sabe que algunos andan en los mercados, en las plazas, en las escuelas, en los parques y en las puertas de las casas. Están para observar, y si hay algo que creen que le servirá al patrón, van y se lo cuentan. Y también se lee que el CPS está para ayudar a la gente. "NOSOTROS NO EXTORCIONAMOS, SECUESTRAMOS NI ROBAMOS, NO MATAMOS GENTE INOCENTE GRANDES CONTRA GRANDES, LOS TENEMOS UBICADOS SOLO ES CUESTION DE TIEMPO 0 RATAS Y CONTRAS LA ORDEN ES CLARA EJECUTAR Y DESCUARTIZAR ATTE: C.P.S. ADVERTIDOS TODOS LOS QUE QUIERAN UTILIZAR O COMETER ACCIONES CONTRA LA POBLACION UTILIZANDO NUESTRAS SIGLAS (C.P.S.) SERAN ASESINADOS!!". IV El Ponchis no será el único pequeño artista del crimen en las estadísticas de 2010. Un funcionario de la PGJEM cuenta que en 2010 ha habido 75 casos en los que los adolescentes son acusados de delitos contra la salud, por posesión de arma y asesinato. Sólo 15 de ellos han sido sentenciados. En ese legajo de expedientes hay seis que el funcionario se sabe de memoria: el de El Flaco, un chico de Cuernavaca al que le confiscaron armas, medio kilo de coca y dos tabiques de marihuana; el de Carlos, un chico de Jojutla que paseaba en su auto con un "cuerno de chivo", dos granadas y unos 20 kilos de marihuana; el de FG, una chica de Teloloapan, Guerrero, que conducía una camioneta y 243 kilos de marihuana; el de Miguel, un chico de Jiutepec al que su amor por los "cuernos de chivo" llevó a que la policía le encontrara dos en su casa; el de El Cucaracho, un chico de Amacuzac que tenía la meta diaria de robarse dos o tres autos, y el de AL, una chica de Jiutepec que a los 14 años ya parió y de la que el Ejército dice que es una de las novias de El Negro, el jefe de El Ponchis. En la procuraduría aseguran que no, que era pareja de otro matón. Lo cierto es que la agarraron con kilo y medio de coca, cinco granadas de fragmentación y unos cuantos rifles. Ella se defiende y dice que todo eso lo dejó su novio, que ella estaba dormida. V Cristian García Martínez, El Cris, mira a la cámara con miedo, como si alguien lo obligase a hacerlo. Le preguntan: "¿Con quién trabajas?". Y él responde: "CePeEse". "¿Quién te manda?", "El mero patrón es Abel Maya, y el jefe de los sicarios es El Negro, Jesús Radilla". El Cris toma aire y sigue: "De ahí El Loco, alias El Chucho; El Pelón, El Jamón, alias El Benjamón; Yoshiran, Nicole, Ricardo, alias Olais; Ponchis, Adalid y Erwin, alias Arcángel". "¿Cuánto te pagan por cada gente que matas?", "Tres mil dólares por cabeza". "¿Y lo de Galerías?" —quien pregunta se refiere a los colgados de un puente en Plaza Galerías. "Yo, con todo mi grupo, hicimos eso, lo de Galerías". Este es otro de los videos que circuló aquel seis de noviembre pasado, cuando El Ponchis debió haber sabido que es falsa esa idea de que uno puede matar a cualquiera. En otro se ve a los jóvenes sicarios mientras esperan a que un hombre, parado en un bote, pierda el equilibro para que la cuerda le apriete el pescuezo. En uno más juegan a que ellos son los próximos asesinados, y se atan, y se vendan los ojos. Y otro, que quién sabe si exista pero del que todos hablan: donde El Ponchis saca una segueta y le susurra a la víctima lo que se avecina. Los militares elaboraron un power point con todos esos videos y algunas fotografías. Ahí cuentan sobre una operación que realizó la 24ª Zona Militar el 29 de octubre pasado. Ese día, a las cuatro de la mañana, los soldados ubicaron una casa de la muerte del CPS. Estaba en Zacatengo 23, Tejalpa, y adentro había seis sicarios. Los militares no explican si los golpearon, si ellos se resistieron o si alguien se atrevió a confesarles que mataban por capricho. En la presentación castrense sólo aparecen los rostros de los seis matones, dos de ellos molidos a puñetazos. Están relajados, sin esposas, mirando a la cámara como si fuera el momento más importante de sus vidas. En el power point los militares informan que los jóvenes son El Chino, El Bibis, Caler, El Chato, El Borras y un tal Rubén Rogelio; este último había estado en la cárcel en 2006 por robo de auto con violencia. Los otros han tenido una vida desgraciada, según el soldado que tiene la tarea de lidiar con la prensa. Los seis sicarios tenían todo un arsenal soviético y "artículos de tortura": la segueta, el palo y la cuerda. En otra parte del documento, los militares prueban que Zacatengo 23 es la misma casa donde los chicos grabaron dos torturas y donde ocho de ellos se fotografiaron encapuchados, sosteniendo los "cuernos" y las nueve milímetros. Lo que el informe no dice es que aquel 29 de octubre, en Zacatengo 23, también estaba El Ponchis. Salió por la puerta. Los militares lo vieron muy pequeño y lo dejaron ir. Quién sabe si El Ponchis haya explorado eso que dicen los militares es su nuevo talento artístico: las decapitaciones. Pero es seguro que hay lugares donde andar limpio no tiene sentido. Morelos es uno de ellos. En sus primeras declaraciones luego de ser detenido el jueves pasado por la noche en el Aeropuerto Mariano Matamoros del municipio de Xochitepec, al sur de Morelos, Edgar Jiménez Lugo, conocido como El Ponchis, señaló: "He matado a cuatro personas, los degollaba. Sentía feo al hacerlo. Me obligaban. Que si no lo hacía que me iban a matar. Yo nada más los degollo (sic), pero nunca fui a colgarlos a los puentes, nunca". El menor de edad aseguró también: "A los 11 años me levantaron, me dijeron que me iban a matar". La detención la realizaron elementos del Ejército mexicano cuando Edgar Jiménez Lugo, de 14 años, el niño sicario integrante del Cártel del Pacífico Sur (CPS), se disponía a viajar a Tijuana en la línea Volaris, y de ahí a San Diego, acompañado de sus dos hermanas conocidas como Las Chavelas, informaron soldados que participaron en el arresto. "Me detuvieron ahí, en el aeropuerto. Iba a San Diego, California. Iba a cambiar, a ver a mi madrastra, iba con mi hermana. El dinero para viajar me lo dio mi mamá", declaró Jiménez Lugo. Una de sus hermanas llamada Isabel —de ahí el sobrenombre de Las Chavelas— manifestó haber mantenido una relación sentimental con Jesús Radilla Hernández, El Negro, a quien se identifica como el líder de los sicarios del CPS y único responsable de que su hermano participara en los crímenes, ya que lo drogaba, principalmente con marihuana. Fue a su llegada a las instalaciones de la delegación morelense de la Procuraduría General de la República (PGR), en medio de un fuerte dispositivo de seguridad militar, donde El Ponchis confesó algunos de sus homicidios. Un mando militar informó que a los detenidos se les decomisaron dos teléfonos celulares en los que se muestran imágenes que prueban cómo torturaban a sus víctimas. "Llevaban dos celulares, él un celular, su hermana traía otro; en los celulares vienen las pruebas de cómo torturaban a la gente, cómo la mataban, todo eso, pero está en sus celulares", señaló el efectivo. El operativo militar estuvo compuesto por más de 80 militares apoyados por agentes federales, quienes cercaron la estación aérea que ofrece vuelos a Tijuana. De acuerdo con el reporte, el encargado de degollar y cortar órganos genitales a sus víctimas huía del estado debido a que fue amenazado de muerte por El Negro. En su posterior declaración ante las autoridades, el adolescente aseguró no tener miedo y estar seguro de que saldrá libre pronto gracias a la ley de justicia restaurativa (que, entre otras cosas, prevé la protección a menores delincuentes) aprobada en el Estado de Morelos. |
Edith era una chica muy dulce, la ejecutaron y dejaron el cadáver afuera de su casa Posted: 15 Dec 2014 11:56 AM PST Ciudad de México, Edith era una chica muy dulce, la mataron y dejaron el cadáver afuera de su casa en Iztapalapa. Era politécnica. "Si esta es mi última noche, que sepan que el Huélum fue mi último suspiro", dice su foto de portada en Facebook que subió el 10 de noviembre. Pasó un mes. El miércoles 10 de diciembre, alumnos de la Escuela Superior de Comercio y Administración de Santo Tomás del Politécnico. Se iban a reunir con la directora del plantel para llegar a acuerdos que permitieran regresar a clases. Edith avisó a uno de sus compañeros que asistiría a la junta, pero nunca llegó, dice uno de sus compañeros que prefirió mantener el anonimato, 'D'. "No llegó y no avisó. Se nos hizo raro. Pensamos que era por su hijo o una cuestión personal", recordó Edna, otra alumna del Poli. Al siguiente día, los integrantes de la 'Asamblea del ESCA Santo Tomás en Lucha' se enteraron que su compañera Edith Gutiérrez Pérez estaba muerta, "sus papás nos dijeron que la encontraron golpeada, asfixiada y atada", agregó Edna. La Procuraduría capitalina informó que el cuerpo de la joven fue hallado a las 8:30 de la mañana del jueves en la calle Ahome, entre Enna y Zakany, en Iztapalapa. Edith tenía 22 años, estudiaba Contaduría Pública por las mañanas y por la tarde trabajaba en una empresa de publicidad. También era integrante activa de la asamblea. Vivía con sus papás y era madre soltera de un pequeño de 4 años, contó David, otro compañero de la asamblea. "Por las mañanas, ella dejaba a su niño arreglado para que lo llevaran a la escuela", después ella se iba a estudiar a la ESCA. "Era una chica muy dulce, servicial, siempre entregada a lo que hacía", indicó durante una manifestación para exigir justicia por la muerte de su compañera. Durante el paro de 74 días de los alumnos del Politécnico "ella fue de las personas que hizo labores de limpieza, estaba en la brigada de vigilancia dentro de la asamblea, además de participar en el análisis y redacción de posicionamientos". Según Aime, "siempre estaba en las marchas, en la escuela apoyando en la brigada de seguridad. Participó en las mesas de diálogo". "Todos éramos cercanos a ella. Afortunadamente este vínculo con todos se fortaleció estos meses que llevamos el movimiento, porque ella dormía y comía con nosotros (...) nos permitió este movimiento acercarnos y familiarizarnos un poco mas con ella, aparte de lo que lo que ya la conocíamos", narró David. Según una tarjeta informativa de la SSPDF, "Israel Campos Calixto, de 27 años de edad, identificó el cuerpo (de Edith) y dijo ser esposo de la ahora occisa e informó a patrulleros de la Unidad de Protección Ciudadana Oasis, que la mujer salió ayer por la tarde con unos amigos para festejar el fin de las negociaciones entre autoridades de la SEP y estudiantes del IPN". Los estudiantes rechazaron esa versión. "(Ella) trabaja y es madre de familia, ¿crees que va a tener tiempo para estar bebiendo? En nuestra escuela no se ha consumido una gota de alcohol ni drogas", afirmó 'D'. Este viernes, mientras la Procuraduría capitalina realizaba la necropsia para determinar de qué murió Edith, unos 30 alumnos y compañeros de la joven se manifestaron afuera de la PGR para exigir justicia por el crimen, al que calificaron de feminicidio. |
Vence arraigo de esposa de Abarca Posted: 15 Dec 2014 10:56 AM PST Ciudad de México, Este lunes terminan los 40 días de arraigo a María de los Ángeles Pineda Villa, esposa del ex alcalde de Iguala, José Luis Abarca Velázquez. Para ser investigada por la muerte de seis personas y la desaparición de 43 normalistas de Ayotzinapa. El 5 de noviembre, funcionarios federales informaron que la esposa del ex alcalde de Iguala, María de los Ángeles Pineda, fue arraigada por 40 días. El procurador General de la República, Jesús Murillo Karam, aseguró el 8 de diciembre que no hay posibilidades de que Pineda Villa sea puesta en libertad, porque existen elementos en su contra. Sin embargo, Abarca y Pineda tenían preparada su declaración por si la policía los detenía y los interrogaba, dijo el procurador en entrevista con Joaquín López Dóriga para Radio Fórmula. El ex alcalde de Iguala y su esposa fueron detenidos por la Policía Federal durante un operativo que se realizó la madrugada del 4 de noviembre, en la delegación Iztapalapa. El matrimonio fue señalado por la PGR de ordenar el pasado 26 y 27 de septiembre el ataque y desaparición de 43 normalistas de Ayotzinapa, con el propósito de que no "sabotearan" el informe de labores de Pineda Villa al frente del DIF municipal. |
También en el narco hay clases sociales Posted: 15 Dec 2014 10:20 AM PST También en el narco hay clases sociales. Queda de manifiesto en el recorrido por las 10 salas del Museo de Enervantes, ubicado en el piso siete del edificio principal de la Secretaría de la Defensa Nacional. Ahí se exhiben desde metralletas hechas con tubos galvanizados hasta celulares con incrustaciones de diamantes, y una Colt .38 Súper: cachas de oro, 389 circonias, 22 esmeraldas, un águila y las iniciales de Amado Carrillo Fuentes, El Señor de los Cielos, asegurada a Joaquín El Chapo Guzmán en Guatemala. El capitán Claudio Montane enfatiza el carácter didáctico del espacio, único no sólo en México sino en el mundo: "El que consume drogas financia al narcotráfico. El narco no ocurre solo, está ligado a una lista de 21 delitos. Entre ellos tráfico de armas, robo, secuestro, extorsión, asesinato y lavado de dinero. Nuestro personal tiene estrictamente prohibido consumir lo que se combate, y quien lo hace debe abandonar las filas. La droga que llega a las manos de una persona cuesta vidas en nuestro país y el objetivo del narco es llenarse los bolsillos de la mayor cantidad de dinero a costa de lo que sea. La producción y tráfico de drogas generada en el país es por el consumo fuera de nuestras fronteras; mientras los consumidores sigan financiando el narcotráfico se van a seguir perdiendo vidas en México". El museo existe desde 1985. No está abierto al público, aunque desde agosto de 2009 recibe universitarios del campo de la salud, la comunicación, la psicología, el derecho, la criminología y a estudiantes de la Escuela Militar. El recorrido inicia con una especie de muro de los caídos, con los nombres de personal del Ejército que ha perdido la vida de enero de 1989 a la fecha: dos generales, 18 jefes, 117 oficiales, un cadete y 531 elementos de tropa. "Sus nombres se encuentran aquí como homenaje a ellos y a sus familias", explica el guía. El mensaje del presidente Felipe Calderón estampado en la pared instruye a combatir "con valentía" al narco. "En el desierto, las costas, las planicies, las montañas y la selva el ejército y Fuerza Aérea mexicanos en la lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado; testigos: la familia, la sociedad y la comunidad internacional", explica Montane en relación al mural realizado por el mayor retirado Adán Juárez. USTED ES LA CULPABLE… Sala uno. La historia mundial de las drogas en imágenes y objetos. Se muestran las llanuras asiáticas, donde hoy es la República Popular China —fueron los chinos quienes trajeron la amapola a México en los años veinte—, con sus tribus que entre 1900 y 200 aC dejaron de recolectar frutos y al trabajar la tierra descubrieron las propiedades del hachis. Recipientes egipcios, chinos, griegos, hindúes y aztecas para consumir el opio. Vasijas para almacenar hongos alucinógenos, incensarios, figurillas prehispánicas y pipas de diferentes formas y tamaños. "La sustancia, una vez que se oxida —se refiere al tallo procesado de cannabis—, se vuelve una goma densa, que es introducida en pipas. Al calentarse emana un humo que es aprovechado como enervante", dice el encargado del museo. Luego muestra una serie de grabados prehispánicos en donde se aprecia a sacerdotes y a grupos consumiendo peyote en ritos ceremoniales, y agrega: "La clase sacerdotal lo consumía para estar más cerca de sus deidades y afinar su capacidad adivinatoria". En la Segunda Guerra Mundial la morfina y la heroína eran los medicamentos más efectivos contra el dolor. La guerra de Vietnam y el movimiento hippie son ilustrados como detonantes del consumo de drogas. Montane se apoya en una serie de fotos de los años veinte y treinta para explicar que el consumo de enervantes era parte de la vida cotidiana: "En los tianguis se vendía peyote y hongos alucinógenos; el clorhidrato de cocaína se surtía en las boticas y los enfermos terminales recibían marihuana en los centros de salud". Sobresale Afganistán como primer productor de goma de opio en el mundo y surtidor de amapola a los mercados de Europa y Asia, mientras que, en América, México lidera la producción de amapola. LA RUTA DEL NARCO Sala dos y tres. El fundamento legal de combate al narco, algunos de los 33 convenios de colaboración internacional, cifras del Informe Mundial sobre las Drogas 2009 y la erradicación e intercepción de estupefacientes en México. Del primero de diciembre de 2006 al 10 de junio de 2010 la Sedena ha destruido 739 mil 393 plantíos; por ello el narco dejó de percibir 75 mil 140 millones 348 mil 628 pesos. "El objetivo es minar la base económica del narco impidiendo cíclicamente la cosecha de enervantes". Por el concepto de drogas aseguradas en trayecto —operaciones de intercepción— el narco dejó de percibir 40 mil 700 millones 753 mil 32 pesos. La suma de ambas cifras sobrepasa los 115 mil millones de pesos en tres años y medio. Desde que en 1976 el Ejército inició sus actividades de erradicación e intercepción, el territorio de mayor impacto es el llamado Triángulo Dorado —punto ciego de 60 mil kilómetros cuadrados entre Chihuahua, Sinaloa y Durango—, sumándose en los últimos años los estados de Guerrero y Michoacán. Mediante mapas, gráficas y fotografías se muestran sembradíos de droga: en invernaderos, bajo techo, entre hortalizas de maíz u otras plantas; debajo de vegetación de mediana altura, cubiertos con maya sombra, en lugares de difícil acceso y hasta en el desierto. El guía muestra una foto del ocho de noviembre de 1984: un plantío de 10 hectáreas en plena aridez chihuahuense, con tendido eléctrico y sistema de bombas. Era El Búfalo, rancho que perteneció a Rafael Caro Quintero. Ahí trabajaban 10 mil campesinos en la siembra y la cosecha de marihuana. —Transformaron el medio ambiente… —Exacto, lograron transformar el desierto en un área de siembra fértil. Ojalá eso se pudiera usar para fines lícitos —comenta Montane. Se observan en este espacio las fases de hibridación de la marihuana y la amapola en México, a través de manejo genético que mejora sus características y eleva su producción. Plantas de amapola de más de 60 centímetros de altura y 43 bulbos, cuando en promedio no crecen más de 15 centímetros y dan de 10 a 20 bulbos. La diferencia es considerable: una hectárea de amapola normal produce 11 kilos de goma de opio, mientras que una hectárea de amapola mejorada da 16 kilos. "Con la marihuana —afirma el oficial— al llevar a cabo combinaciones entre las diversas familias de cannabis obtienen plantas con mayor estatura, más hojas y un periodo de floración corto. Una hectárea de marihuana normal produce mil 200 kilos promedio; con la marihuana mejorada la producción se eleva a mil 800". NO VALE NADA LA VIDA Salas cuatro y cinco. Artefactos asegurados de laboratorios clandestinos para la producción de heroína y un reactor de síntesis orgánica para la descomposición de la metanfetamina y producción de cristal. "Estos laboratorios son más frecuentes en Michoacán, Jalisco y Sinaloa", acota el capitán, quien ahora señala la foto de un laboratorio desmantelado el siete de agosto de 2009 en el ejido Las Trancas, de Tamazula, Durango. Ocupaba 240 hectáreas y producía 100 kilos diarios de cristal, el cual tiene un precio en el mercado negro de 300 mil pesos el kilo. Lo que sigue es el ciclo completo de la marihuana una vez madura; las diferentes formas de secado, ya sea al sol o mediante secaderos artificiales, donde por medio de corriente eléctrica o a través de celdas solares se acelera el proceso. AMORES PERROS Salas seis y siete. Se orientan a operaciones de intercepción, entre otros métodos, a través de lo que la Sedena denomina binomios canófilos. La entrada es franqueada por Suyaki, quien murió en enero del 2008. Ocupaba el segundo lugar nacional en detección de drogas. En los 14 eventos en que participó localizó más de tres y media toneladas de marihuana y 102 kilos de pastillas psicotrópicas. Es el récord de un perro que hoy yace disecado. Hay más muestras de la tecnología utilizada en labores de detección de droga. Densómetros y detectores moleculares, entre ellos, el más efectivo: un GT 200 portátil que detecta drogas, armas de fuego, pólvora y dinamita en un radio de 300 metros. Se exhiben diferentes modalidades de ocultamiento de droga, que van desde los clásicos dobles fondos hasta el uso de frutas, furgones de ferrocarril, servicios de mensajería, alimentos y artesanías, así como las famosas mulas humanas. Llama la atención la foto de una mujer que murió en el aeropuerto de la Ciudad de México el 16 de noviembre de 1981. Portaba cuatro kilos de heroína —dos en cada glúteo—; uno de los paquetes se rompió y la mujer falleció. El capitán Montane especifica que esta modalidad es más frecuente si la droga proviene de Centro y Sudamérica. "En México, lo que encontramos con mayor frecuencia son los falsos gordos o las falsas embarazadas, quienes llevan la droga pegada al cuerpo con cinta adhesiva". Y hay más escondites: en materiales de construcción (tablones de madera, cemento, ladrillos, mosaicos), libros, revistas, latas, calzado, animales disecados, juguetes, objetos de ornato y tanques de combustible. La sala siete muestra las joyas de la corona en cuanto a aseguramiento: 12 toneladas de cocaína, el cinco de octubre de 2007, en Tamaulipas. 205 kilos de goma de opio en el estado de Guerrero. 26 millones de dólares en una casa de seguridad de Culiacán, Sinaloa. A la fecha, en efectivo, la Sedena ha asegurado 129 millones 427 mil 789 dólares y 179 millones 86 mil 182 pesos mexicanos, afirma el guía. POR MAR Y AIRE Salas ocho y nueve. Dedicadas a la intercepción anfibia. Se aprecian las embarcaciones más comunes del narco para el traslado de enervantes: lanchas rápidas, barcos pesqueros, buques de transporte de contenedores o graneleros y submarinos o semisumergibles, como el asegurado en las costas de Oaxaca el 16 de julio de 2008. Una vitrina contiene materiales del narco en su trasiego marítimo: aparatos de visión nocturna y diurna, implementos de navegación, comunicación, primeros auxilios y equipo de seguridad. Hay fotos de un avión DC-9 procedente de Venezuela, asegurado el 12 de abril de 2006 en Ciudad del Carmen, Campeche. Traía cinco toneladas y media de cocaína. También imágenes de un Gruman hecho pedazos que venía de Colombia e intentó aterrizar en el aeropuerto de Cancún, Quintana Roo, con tres toneladas y media de cocaína. NARCOCULTURA Sala diez. Fotos de El Güero Palma, Benjamín Arellano Félix, Osiel Cárdenas Guillén y Alfredo Beltrán Leyva y otros capos que ocuparon puestos predominantes en organizaciones criminales al momento de ser sometidos. Todos en actitud de derrota. En las vitrinas: armas cortas de fuego, en su mayoría chapadas en oro de 24 quilates, con esmeraldas, brillantes y rubíes y un celular con placa de oro y diamantes incrustados. Perteneció a Daniel Pérez Rojas, El Cachetes, capturado en Guatemala el 20 de junio de 2007. Hay pijamas antibalas, un par de lentes Christian Dior edición exclusiva decomisados a Benjamín Arellano Félix, capturado en Puebla en mayo de 2002, chamarras y chalecos blindados, escapularios, monedas y medallones alusivos a Los Zetas. "Entregados entre ellos como reconocimiento a acciones delictivas exitosas", aclara Montane. Las inscripciones en las armas de fuego van desde las iniciales del propietario, grabados artesanales y figuras de plantas hasta marcas registradas, en este caso Versace o logotipos de corporaciones policíacas. También hay grabados de la virgen de Guadalupe y San Judas Tadeo. La mayor parte de las armas son Colt .38, aunque también hay metralletas de fabricación casera, fusiles AK 47 bañados en plata y un AR 15 con el distintivo de una palmera, asegurado a Héctor Luis Palma Salazar, capturado en 1985, en Jalisco. Hay una .38 incautada a Héctor Manuel Saucedo Gamboa, El Kariz, operador de los Cárdenas Guillén, con la inscripción "El Coronel", la figura de Pancho Villa y las iniciales HSG. Y una 045 Colt MKN, modelo Gold, bañada en oro amarillo, cachas de oro blanco con 11 brillantes en la parte derecha de la cacha y 110 en la izquierda, incautada en Tijuana a Estanislao Olmos González, El Stanley, de los Arellano Félix. O una escuadra con cachas doradas, incrustaciones de piedras preciosas, una corona y un mundo y la inscripción "El Obra Maestra", de Edmundo Reyes Zamora, del cártel del Golfo. Una Browning .9 mm con hojas de amapola y marihuana, de Jorge Mario Lizárraga Almeida, capturado en Guadalajara, Jalisco el seis de abril de 1988. También un sombrero norteño con valor de 10 mil dólares, hecho de una pieza con hojas de arroz, pelo de castor y de mapache, que perteneció a Javier Torres Félix, El JJ, de la cúpula del cártel de Sinaloa, capturado el 27 de enero de 2004. Hay una placa bañada en oro: "Comandante Tiburón, Cártel del Golfo, en Reconocimiento a las Aguas del Golfo", seguidos de la figura de un tiburón y dos metralletas. Curiosamente las armas menos ostentosas son las de alto poder: pistolas ametralladoras, ametralladoras calibre 7.62, fusiles Barret calibre 50, granadas de mano, minas y lanzacohetes. Una M 60 luce inofensiva tras el cristal; no parece tener capacidad de hacer gran número de disparos en corto tiempo y menos de traspasar blindajes. "La mayor parte de estas armas provienen del mercado negro de Estados Unidos", acota nuestro guía. Hay inscripciones referentes al área donde opera el crimen organizado, como "El Dorado"; o de la actividad que desempeñan, caso de El matador y El Embajador. En la categoría de narcojuniors sobresale la foto de Vicente Zambada Niebla, hijo de El Mayo Zambada. Y para quienes creen que el narco está fuera de la jugada del Bicentenario de la Independencia, para muestra basta un botón: una escuadra bañada en oro incautada a Osiel Cárdenas Guillén con la inscripción "Independencia de México de 1810". Museos de la mafia en el mundo El Museo de la Mafia Leonardo Sciascia, primer museo europeo dedicado a la mafia, se inauguró en Sicilia el pasado 12 de mayo. En sus salas los asistentes pueden ver proyecciones y documentos de la mafia en Italia. Considerado un museo "sensorial", fue inaugurado por el presidente Giorgio Napolitano, reúne 150 años de vida del fenómeno delictivo y pretende contribuir al combate del crimen organizado. "Es obvio que nosotros estamos contra la mafia, es algo evidente. No es que seamos un museo 'a favor de'. Quien venga a visitar nuestro museo lo verá, porque nosotros hacemos ver cuán violenta es la mafia y cuánto asco da, y buscamos dar una aproximación sociológica a esto", ha dicho Nicolas Ballario, director artístico del museo. El nombre del museo rinde un homenaje al escritor Leonardo Sciascia, crítico de la sociedad italiana y simpatizante del Partido Comunista, autor de El archivo de Egipto, La desaparición de Majorana, El caso Aldo Moro, Puertas abiertas, y La bruja y el capitán. En Holanda, en pleno barrio rojo de Ámsterdam, desde 1985 abrió sus puertas el Hash Marihuana Hemp Museum, que expone lo relacionado con la cultura del cannabis y su impacto en la sociedad a lo largo de la historia. Cada año alrededor de 100 mil visitantes recorren este peculiar museo, único en el mundo con estas características. Al finalizar el tour los asistentes pueden comprar desde una camiseta confeccionada con marihuana y pipas de todo tipo hasta souvenirs con la estampa de la hoja verde. Como información adicional el personal del museo orienta a los interesados sobre direcciones de los principales coffeshops, precios y las diferentes formas de consumir la droga. En Estados Unidos el Museo del Narco forma parte de las oficinas de la Agencia Antidrogas con sede en Washington DC. Entre otras fotos y objetos muestra una imagen de Rafael Caro Quintero, desnudo y descalzo tras ser detenido por la DEA, y a una de sus fieles compañeras: una pistola calibre 45 con la cacha cubierta de diminutos diamantes. Los orígenes de la narcomúsica se exhiben ahí, junto a un texto que señala: "Alguna vez pequeños, los traficantes mexicanos que vendían marihuana y heroína se expandieron gracias a los cárteles colombianos. Hoy dominan la mayor parte del mercado estadunidense de las drogas". En Nevada, EU, se abrirá dentro de un año, con el apoyo del FBI, The Mob Museum, dedicado a la historia de la mafia. "Seamos honestos, es algo que nos diferencia de otras ciudades", ha dicho Oscar Goodman, alcalde de Las Vegas, quien en el pasado fue abogado defensor de algunos miembros de la mafia. El museo se instalará en un edificio federal y tendrá un costo de 50 millones de dólares, los cuales saldrán de las arcas municipales. Informe Mundial de las Drogas 2009 En su informe del año pasado, la Oficina de la ONU contra la Droga y el Delito (Unodc) resalta, entre otros, los siguientes aspectos: —Los principales mercados de opiáceos (Europa y Asia sudoriental), cocaína (América del Norte), y cannabis (América del Norte, Oceanía y Europa) están achicándose. —Los estudios muestran una reducción de 19 por ciento en el cultivo de adormidera en Afganistán, así como una reducción de 18 por ciento en el cultivo de coca en Colombia. —El problema relativo a los estimulantes de tipo anfetamínico (ETA) a nivel mundial está empeorando. —En Afganistán, la producción potencial de opio se calculó en siete mil 700 toneladas métricas. Aproximadamente 60 por ciento de esta cantidad se transforma en morfina y heroína dentro del país. La cantidad de morfina y heroína producida en Afganistán y disponible para la exportación se estimó en 630 toneladas métricas. 40 por ciento de la producción total se exportó en forma de opio. —Colombia siguió siendo el país con el mayor cultivo de arbustos de coca del mundo (81 mil hectáreas), seguido del Perú (56 mil 100 hectáreas) y Bolivia (30 mil 500 hectáreas). —La producción total de hierba de cannabis se estima entre 13 mil 300 y 66 mil 100 toneladas métricas, en tanto que la producción estimada de resina de cannabis se sitúa entre dos mil 200 y nueve mil 900 toneladas métricas. —Entre 172 millones y 250 millones de personas consumieron drogas ilícitas por lo menos una vez el año anterior. —El mayor mercado (de la cocaína) sigue siendo América del Norte, seguido de Europa occidental y central y América del Sur. —Estados Unidos, en números absolutos, sigue siendo el mayor mercado de cocaína del mundo. Unos 5.7 millones de personas consumieron cocaína por lo menos una vez el año anterior. El informe señala también que "el problema (de las drogas) sólo puede resolverse abordando la cuestión de los barrios marginales y el abandono en nuestras ciudades, mediante la renovación de la infraestructura y la inversión en las personas, ayudando especialmente a los jóvenes, que son vulnerables a las drogas y al delito, mediante educación, empleo y deportes". |
Yo fui el verdadero fundando de los Zetas, Osiel solo era mi mero jefe Posted: 15 Dec 2014 09:59 AM PST Cuando compusieron el corrido de Juan Charrasqueado todavía no había de narcos. Ni el personaje existía. Era pura imaginación. Pero le cantaron mucho y hasta hicieron película. Pedro Armendáriz lo dramatizó certero. Según la tonada "era borracho, pendenciero y jugador". Aparte "a las mujeres más bonitas se robaba". Por eso "de aquellos campos no quedaba ni una flor". Hasta que un domingo en plena borrachez le avisaron: "Cuídate Juan que por a'i te andan buscando" y hasta fue alertado: "Son muchos hombres no te vayan a matar". Pero Juan "no tuvo tiempo de montar en su caballo". Empistolados se le echaron de a montón. Entonces les gritó envalentonado: "Estoy borracho pero soy buen gallo". En eso y según el corrido "una bala atravesó su corazón". Arturo Guzmán Decena se llamaba y le decían El Z-1. Como El Charrasqueado era valiente, arriesgado y enamorado. Nunca le dijo no a su jefe Osiel Cárdenas Guillén, el mero mero jefe del Cartel del Golfo. Siempre mató obedeciéndole. Supe cuando en el ejido Cavazos, municipio de Reynosa, estado de Tamaulipas, asesinó al teniente Jaime Rajid Gutiérrez Arreola. Era comandante de la Policía Judicial Federal. Le disparó a la mala. Ese mismo año fue a Matamoros. Allí puso fin a la existencia del periodista Pablo Pineda. Alguien le sonsacó "es informante de la DEA" y ni molestia se tomó para averiguarlo. Sacó su pistola. Lo agarró indefenso. Hace dos años pasaditos, un 14 de noviembre, secuestró y mató al licenciado Alberto Gómez Gómez. A este señor le decían La Chona y era famoso. Litigaba asuntos peliagudos de los Carrillo Fuentes en Monterrey. Guzmán no le tuvo pavor. Y hasta dejó en claro. No fue nada personal. Simplemente obedeció a su jefe Osiel. Por eso Arturo sentía orgullo cuando le decían Z-1. El mismo apodo inventado por los Arellano Félix y que luego se adjudicaron mafiosillos de segunda. Guzmán Decena era muy aventado. El 14 de mayo del 2001 se llevó a sus mejores matones. Entraron como toro al ruedo en el palenque de la Expo Guadalupe, otra vez en Nuevo León. Querían y no pudieron mandar a la funeraria a Edelio López Falcón, más identificado como El Yeyo. Pero no se midió el 9 de julio del 2001. Apoyado por los consentidos de Osiel asesinó en Matamoros a Jaime Yáñez Cantú, el comandante de la Policía Ministerial. Luego presumió: ningún detective o uniformado se atrevería a detenerlo y tuvo razón. No dudo que sus "máximos orgullos" fueron dos ejecuciones: la primera cuando a traición emboscaron y tirotearon hasta matar al afamado Chava Gómez. Angel Salvador Gómez era su nombre, y el 2 de junio del 99 fue su último día. La otra medalla: este año, mayo 13, lo acompañó una parvada de perversos. Secuestraron, torturaron y ejecutaron a Dionisio Román García El Chacho. Principal competidor de Osiel Cárdenas Guillén tratando mariguana y cocaína en la frontera de Nuevo Laredo. Estaba crecido Guzmán Decena con tan sádica nómina. Debió sentirse lo máximo. Pero no se salvó de la vieja sentencia popular: "El que a hierro mata a hierro muere". Su hora le llegó el 21 de noviembre reciente. Estaba en Matamoros. Le dio por entrarle a los tragos con dos que tres rayitas de cocaína. Ya mareado le entró lo enamorado. Buscó y encontró a su manceba Ana Bertha González Lagunes. Fue hasta donde vivía en la calle Herrera. Envalentonado ordenó a los achichincles taponear la cuadra. Obedientes atravesaron vehículos en las esquinas y desviaron el tráfico. Así ni ruido del tráfico interrumpiría o distraería al mafioso en sus placeres. Los vecinos de Ana Bertha ya estaban hartos. Sufrían cada vez cuando Guzmán llegaba en busca de amor. Varias veces lo denunciaron. Pero la policía se hacía un poquito desentendida. Entonces reportaron a la UEDO (Unidad Especializada contra la Delincuencia Organizada). Cosa rara. Solicitaron apoyo del Ejército. Se lanzaron contra la pandilla de malosos a punta de balazos. Y también así los recibieron. Dicen que a Guzmán Decena lo agarraron como al tigre de Santa Julia. Pero cuando quiso no pudo defenderse. Contrario a Juan El Charrasqueado no gritó su valentía. Disparó a lo tonto y sin tino porque andaba muy drogado. Recibió cuatro plomazos. Tres eran de muerte. Otro destrozó su brazo izquierdo. Y le pasó como a Ramón Arellano en Mazatlán. Lo abandonaron. Quedó tirado en el suelo. La vida le hizo bueno aquello de "como te ves me vi, como me veo te verás". Reyes le decían a un fulano que lo acompañaba. Primero muy envalentonado y a la hora de los balazos un cobarde. Entró a la casa de Ana Bertha. Le quitó a su hijo. Lo tomó como escudo para cubrirse del tiroteo y huir. Dejó al chamaco cuadras más adelante con Blanca, la gramera famosa. Me imagino que Osiel no se la perdonará. Por collón y abusivo con el chamaco. Muerto el consentido ahora están en problemas los familiares de la amada amante Ana Bertha. Ya negaron relación con el difunto pero las investigaciones no les favorecen. Aparte del idilio se encontraron rastros de negocios con el habilidoso Pitalúa, conocido narco fronterizo. Seguramente recomendado por el finado. De otra forma no se hubiera metido con Ana Bertha. Pero el problema es para Osiel. Revisando los mortales servicios de Arturo Guzmán será difícil encontrar otro matón de su talla. Lo más grave para Cárdenas Guillén: con El Z-1 desaparecieron empavorecidos los demás asociados. Le hacen falta sus brazos armados. Está en punto desfavorable. Esto me recuerda a Ramón y Benjamín Arellano. Muertos sus pistoleros estrellas a uno lo cazaron en Mazatlán. Se confió en inexpertos. A otro lo capturaron en Puebla. Le faltaron expertos. Osiel está desprotegido. Sin la fuerza asesina y la protección policíaca, el negocio de la droga se tambalea. Su vida y negocios se volvieron inseguros. Dañables. Por lo pronto hay un hecho notable. Los tamaulipecos ya saben: sí da resultado la denuncia anónima cuando la UEDO hace a un lado la corrupción. Pero allí está, como extinguidor en vitrina el Ejército Mexicano. Los habitantes de la frontera pueden romper el vidrio en caso de incendio. |
Ejército mantiene imagen positiva Posted: 15 Dec 2014 09:41 AM PST México, DF. El Ejército llega al final de 2014 con una imagen positiva entre los mexicanos, percepción forjada por su trabajo de salvaguarda de la soberanía nacional. De ayuda en casos de desastre y de combate al crimen organizado. El caso de presuntas ejecuciones extrajudiciales en Tlatlaya, ocurrido a mitad del año, no ha desvirtuado el juicio favorable del que goza la institución castrense entre la opinión pública, según se observa en la encuesta nacional en vivienda con entrevistas cara a cara BGC-Excélsior. En efecto, el Ejército es bien evaluado en un momento en el que priva un clima de opinión poco óptimo hacia las instituciones públicas: 54% cuenta con un juicio excelente o bueno de este cuerpo de las Fuerzas Armadas. Las labores que distinguen a los militares y que, por lo tanto, forman en buena medida la opinión que se tiene de ellos refieren a su función de protección del país (53%) y de ayuda a la población civil en casos de desastre o para programas sociales como vacunación, reforestación o alfabetización (37%). Su intervención en el combate al narcotráfico y crimen organizado es también citada, pero en menor medida (21%). La mayoría de la población logra mencionar alguna fortaleza que percibe en el Ejército, especialmente su equipamiento y su preparación. En menor medida, se señalan su labor de ayuda a la gente, sus valores y vocación de servicio al país, entre otros. En términos de atributos, al Ejército se le percibe principalmente como una organización comprometida con la sociedad (61%), cercana a la gente (58%) y confiable (57%). También transmite honestidad (56%) y actitud de protección (55%). Menos extendida está la percepción de transparencia (44%). En general se le considera una institución fiable en lo que informa (le cree siempre o la mayoría de las veces, 59%). Generalmente es evaluada favorablemente la manera como el Ejército realiza sus diversas tareas, en especial su desempeño en la captura de capos del crimen organizado y en la detección y decomisos de droga (bien/muy bien, 64% y 63% respectivamente). Destaca que en los aspectos relacionados con la protección a los derechos humanos y en el castigo a militares que los han violado, la opinión pública califica positivamente al cuerpo castrense (57% y 55%, respectivamente). Relacionado con lo anterior, el caso de las ejecuciones extrajudiciales por parte de algunos militares en Tlatlaya, Estado de México, en junio pasado, no ha afectado seriamente la imagen de las Fuerzas Armadas. De hecho, la amplia mayoría de la población desconoce qué ocurrió en ese suceso que involucró integrantes del Ejército (no sabe, 67%) Las ejecuciones de presuntos delincuentes por parte de miembros de las Fuerzas Armadas no son vistas como práctica común, sino como hechos que ocurren algunas veces o de manera aislada (70%). La amplia mayoría de la población se pronuncia por la permanencia continua del Ejército en el combate al crimen organizado (38%) o donde no haya garantía de una policía que cuide adecuadamente el orden (41%) Apenas 14% cree que los militares deben de regresar a sus cuarteles de inmediato. El Ejército y Fuerza Aérea nacionales constituyen la institución más mencionada como la más efectiva para proporcionar seguridad a los mexicanos (55%). |
Una chispa enciende la violencia en Guerrero Posted: 15 Dec 2014 09:27 AM PST México, D.F.- Al menos 17 personas resultaron lesionadas, dos vehículos oficiales fueron quemados y un concierto. Fue cambiado de sede tras una serie de eventos violentos ocurridos desde la madrugada de ayer en Chilpancingo, Guerrero, entre normalistas con miembros de la CETEG y policías federales. Una chispa fue suficiente para que los ánimos se incendieran. Los estudiantes preparaban en la madrugada un concierto a realizarse y en su camino se encontraron a supuestos policías federales quienes los agredieron física y verbalmente, según relataron los normalistas; los hechos violentos perduraron hasta la tarde. La Comisión Nacional de Seguridad (CNS) indicó que ocho de sus elementos resultaron lesionados e interpuso una denuncia ante la Procuraduría General de la República (PGR). Uno policía resultó con daño cerebral. En tanto, estudiantes normalistas y profesores de la CETEG informaron que al menos 14 personas resultaron con heridas graves cometidas por los uniformados, a quienes acusaron de atacarlos con gases lacrimógenos y balas de goma, lo que fue negado por la CNS. La CNDH abrió una investigación y acusó que del enfrentamiento 17 civiles resultaron lesionados, así como dos elementos policiales. Normalistas de Ayotzinapa denunciaron que supuestos policías federales vestidos de civil los agredieron verbal y físicamente, alrededor de las 4 de la mañana, cuando unos 15 estudiantes colocaban vallas para el concierto "Una Luz en la oscuridad". Se dijo que los agresores iban en estado de ebriedad. Para las seis de la mañana, maestros de la CETEG plagiaron a tres policías federales que estaban en la entrada del hotel Real del Sol, para después golpearlos y abandonarlos, según acusaron las autoridades de la CNS, quienes reviraron que ningún elemento había consumido drogas o alcohol. En el disturbio, cinco policías que habían salido a buscar a sus compañeros fueron arrollados por un vehículo presuntamente conducido por uno de los integrantes de la Coordinadora. Después de la siete de la mañana, maestros, normalistas y federales se encontraron a la altura del mercado Juan R. Leyva (a unos metros del hotel Real del Sol), donde según los estudiantes se dio un enfrentamiento, el cual fue negado por la CNS. Para las 9 de la mañana, encapuchados quemaron dos vehículos oficiales de la Policía estatal en las inmediaciones del Instituto de Formación y Capacitación de Policías (Infocap) de Chilpancingo. Finalmente, el concierto comenzó alrededor de las 6 de la tarde en Tixtla, sin que hasta el cierre de esta edición se reportara algún incidente de violencia. (24 Horas) PF DENUNCIA AGRESIONES La Policía Federal presentó ante la PGR una denuncia de hechos contra quienes resulten responsables por las lesiones sufridas por 8 elementos de esa corporación, tres de los cuales se reportan como delicados tras ser golpeados y retenidos por integrantes de la CETEG. De acuerdo con autoridades del Gobierno Federal, la denuncia indica que los presuntos responsables llegaron hasta el hotel en el que se hospedan los elementos de la PF y sin mediar ningún otro incidente comenzaron a golpear a los tres agentes, a quienes subieron a una camioneta, privándolos de la libertad. Los federales que estaban en el hotel intentaron ayudar a sus compañeros y el hecho derivó en un enfrentamiento en el que cinco federales resultaron lesionados, tres más de ellos arrollados por una camioneta. |
Hora y media del terror “Aquí no hay autoridad, somos menos que nada, no le importamos a nadie” Posted: 15 Dec 2014 09:14 AM PST Praxedis G. Guerrero— Dos muertos y tres personas lesionadas, entre ellas dos mujeres que fueron trasladadas a Ciudad Juárez. Para recibir atención médica urgente, fue el saldo de un ataque armado perpetrado ayer por la mañana en el municipio de Praxedis G. Guerrero, informó Arturo Sandoval Figón, vocero de la Fiscalía General del Estado (FGE). Testigos aseguran que el grupo armado tomó por asalto el pueblo. La balacera duró más de una hora y media, sin que las autoridades hicieran acto de presencia, pese a que llamaron al Centro de Emergencia y Respuesta Inmediata. Luego del ataque, el pueblo fue sitiado por las autoridades. El comando armado llegó en dos vehículos tipo Jeep, uno color rojo y otro blanco, y abrió fuego contra los pobladores de este municipio, frontera con Tornillo-Fort Hancock, Texas. En el momento del tiroteo, un habitante dijo vía telefónica: "La balacera no ha parado, estamos refugiados en las casas… no soy experto pero se oyen de todos los calibres". "Tiene tres semanas que esto se empezó a poner así, que se han estado llevando gente de sus casas y que no la regresan o si la regresan es golpeada o muerta". La agresión ocurrió cuando los residentes asistían a los servicios religiosos, otros paseaban por la plaza principal donde se instalaba el mercado de segundas y un numeroso grupo de jóvenes jugaba futbol en las canchas contiguas a la carretera Juárez-Porvenir. Los vecinos afirmaron que los sicarios buscaban a varios hombres y trascendió que al menos tres varones fueron privados de la libertad, sin que hasta el momento se conozca su paradero. Algunos residentes intentaron salir del pueblo, pero el comando armado instaló un retén sobre la carretera Juárez-Porvenir y bajaba de los autos a hombres, mujeres y niños en busca de sus objetivos, denunciaron. Cerca de la cancha de futbol y frente a un "Modelorama" quedó el cuerpo de un hombre aún no identificado. En el mismo sitio fueron asegurados tres vehículos, una Suburban, una camioneta tipo pick up Ford F150 y un auto color rojo, todos presentaban impactos de bala, dijo el vocero de la FGE. El propietario del negocio y uno de sus trabajadores están en calidad de desaparecidos, aseguraron los vecinos de Praxedis. Poco más adelante, a la entrada del pueblo sobre la carretera Juárez-Porvenir, quedó el cuerpo de Florentino Alvídrez Sariñana, de 31 años, quien resultó herido en la refriega. "Mi hijo me habló por teléfono y me dijo que estaba herido, que le habían dado durante una balacera", dijo la madre que viajaba junto a otras dos mujeres en un auto Crown Victoria blanco. "Me dijo 'mamá venga por mí' y lo recogimos herido, lo llevamos a Caseta pero ahí no hay doctor y lo traíamos a la clínica a Praxedis, pero se nos murió sin ser atendido", reclamó a gritos la mujer mientras abría la puerta trasera de la unidad y dejaba ver el cadáver ensangrentado de su hijo Florentino. Los hechos "Estábamos en la plaza y empezó la balacera. Corrimos por donde pudimos, nos metimos en las tapias, en las tiendas, abajo de las bancas, donde pudimos… más de una hora duró la balacera", dijo un residente del pueblo. "Aquí no tenemos autoridad, tenemos dos hombres y 6 mujeres policías sin armas, un ministerial aquí y otro en Guadalupe, pero no se miraron. Aquí están y no se miraron, mire, apenas están llegando los militares", dijeron los ciudadanos más enojados que aterrorizados. Arturo Sandoval Figón, vocero de la Fiscalía General del Estado, afirmó que la respuesta de la autoridad estatal fue inmediata, sin embargo, esta versión es refutada por los pobladores. "Aquí no hay autoridad, somos menos que nada, no le importamos a nadie", dijo un vecino que ya perdió a un hijo por la violencia desatada en el Valle de Juárez. Sobre la calle Morelos y sus alrededores el terror provocó el cierre de negocios y el encierro de sus habitantes. Los residentes afirmaron que tuvieron que esconderse entre los autos y las casas abandonadas precisamente por la violencia que azotó esta comunidad y de la que aseguraron, aún no se recuperan. Este enfrentamiento ocurre ocho días después de que tres residentes del municipio de Guadalupe fueron privados de la libertad y días después sus cuerpos aparecieron en el ejido de San Agustín, con un mensaje donde un grupo delictivo advertía a sus rivales que iban tras ellos. Los tres cadáveres presentaban avanzado estado de descomposición y quedaron a muy pocos metros del seminario católico "Todas las Naciones". El terror "Eran las 11:15 horas y ahí empezó todo. No se detuvieron los balazos, estuvo muy feo", relató uno de los testigos entrevistados a condición del anonimato. Los vecinos de la colonia El Centenario afirmaron que ellos escucharon los balazos y corrieron a encerrarse. Trancaron puertas y ventanas por dentro. "Mi esposa y mi hija estaban afuera de la casa, salí corriendo cuando oí los disparos", dijo un joven que se acercó a la escena del crimen acordonada. "Nadie, ninguna autoridad vino, nadie atendió este problema. Ya tenemos todo el año así pero la gente tiene más miedo que coraje, por eso no denuncia. Por eso y porque de nada sirve denunciar si no hay investigaciones", declaró el entrevistado. Una de las quejas de los residentes y que ejemplifica el abandono oficial, fue la ausencia de los servicios de salud en domingo. Ninguna institución médica estaba abierta, por lo que los heridos tuvieron que ser trasladados por sus propios medios a Juárez y luego las ambulancias de la Cruz Roja fueron interceptadas por los familiares de los heridos. "Ya regresaron las desapariciones forzadas, los asesinatos, mucha gente se está yendo del pueblo por miedo", afirmó. Entre las familias que ya abandonaron sus hogares se encuentran los Archuleta, luego del asesinato de Elmer, Edgar Iván y Gabriel. "No nos explicamos por qué este abandono. Hasta ahora ninguna autoridad ha dado la cara", dijo el entrevistado. Víctima contaba con antecedentes penales Florentino Alvídrez Sariñana, de 31 años, uno de los dos hombres victimados durante el enfrentamiento registrado ayer por la mañana, contaba con antecedentes penales por delitos contra la salud. Uno de los arrestos fue registrado el 8 de febrero del año en curso en la colonia del Kilómetro 20. Alvídrez Sariñana entonces tenía en su poder pastillas psicotrópicas y 500 pesos que supuestamente obtuvo con la venta de la droga. El pasado mes de agosto los agentes preventivos nuevamente lo arrestaron por una falta administrativa. Sin embargo, Florentino contaba con una orden de aprehensión vigente por delitos contra la salud. La detención fue realizada en el cruce de las calles Gabriel Gavira Castro y Casas Grandes por supuestos actos de molestia en la vía pública. Al momento de que los agentes ingresaron sus datos al Sistema de Identificación de Huellas Dactilares (AFIS, por sus siglas en inglés) resultó que contaba con una orden de aprehensión girada el 31 de marzo de 2014. Florentino fue entregado por los agentes municipales al personal de la Fiscalía General del Estado Zona Norte a la unidad de órdenes de aprehensión que cumplimentó la orden de arresto. Cuatro meses después, estaba en libertad y fue asesinado en el Valle de Juárez. |
Confirman 21 heridos tras enfrentamientos en Chilpancingo Posted: 15 Dec 2014 09:06 AM PST Distrito Federal– Enrique Galindo, comisionado general de la Policía Federal, confirmó que durante los enfrentamientos de ayer en Chilpancingo. Resultaron heridos siete policías y 14 integrantes de la Coordinadora Estatal de los Trabajadores de Guerrero (CETEG). En entrevista con Carlos Loret de Mola, Galindo detalló que los policías fueron ingresados en hospitales de Chilpancingo. Y tres de ellos fueron trasladados a la Ciudad de México debido a la gravedad de su estado. Señaló que uno de los elementos federales fue intervenido por traumatismo craneoencefálico y que su estado de salud es de "pronóstico reservado". El comisionado general de la Policía Federal dijo que uno de los policías recibió entre 14 y 16 azotes en la espalda y descartó que los civiles lesionados se encuentren en estado grave. Enrique Galindo señaló que durante los enfrentamientos no hubo "intercambio de rehenes" sino que los policías retenidos "fueron apareciendo". |
Capturan a dos hombres armados en Azcapotzalco Posted: 15 Dec 2014 08:59 AM PST Personal de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal (SSPDF) adscrito a la Unidad de Protección Ciudadana (UPC) Clavería, detuvieron a dos hombres. Por los probables delitos de posesión de arma de fuego y abuso de confianza. La Policía Preventiva de la Ciudad de México, informó en un comunicado que los hechos se registraron en el cruce de las calles Aquiles Serdán y Golfo de Tehuantepec, colonia Huichapan, delegación Azcapotzalco. En ese punto, los tripulantes de las patrulla P10-31 y P10-53 de la UPC Clavería, fueron requeridos por un empleado de la empresa arrendadora de vehículos "Hertz S.A. de C.V.", quien detectó cerca del lugar un vehículo que no había sido devuelto en el tiempo convenido. Lo que ya había denunciado ante las autoridades correspondientes. Los oficiales le marcaron el alto al conductor del vehículo BMW color azul, modelo 2015, con placas de circulación PYLl-9856, del estado de Morelos, quien se identificó como José Anselmo Alonso Cadena, de 49 años de edad, mientras que su acompañante dijo llamarse José Florentino Rodríguez Alonso, de 43 años de edad. Posteriormente los uniformados realizaron una revisión preventiva a la unidad donde encontraron un revolver, calibre 357 magnum, con número de serie 26493, con seis cartuchos útiles y dos teléfonos celulares. Por esos hechos, los dos detenidos fueron puestos a disposición de la Agencia Central de Investigación de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) donde en las próximas horas se resolverá su situación jurídica. |
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