viernes, 5 de diciembre de 2014

MundoNarco.Com

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Fotografías: El origen de los apodos de los narcos en México

Posted: 04 Dec 2014 02:24 PM PST

Los apodos de los narcotraficantes pueden ser llamativos y amenazantes o surreales e inocentes. Algunos reflejan el rango de un matón, mientras que otros vienen de sus épocas escolares. También pueden aludir a la reputación del individuo. Terra te presenta el origen de algunos apodos del narco mexicano. El orden es alfabético.



"EL AZUL".- Juan José Esparragoza Moreno está identificado como segundo hombre en importancia en la cúpula del llamado cártel de Juárez. Lo apodan así por su tono de piel oscura. El mote lo porta desde los años 70 en Sinaloa.



"EL BARBAS".- Arturo Beltrán Leyva, era el líder del cártel donde al menos cinco de sus hermanos forman parte. El también llamado "Jefe de Jefes" fue asesinado en un operativo de la Marina en diciembre del 2009 en la ciudad de Cuernavaca, Morelos. El apodo obedecía a su crecida barba.



"EL CHAPO".- Joaquín Guzmán Loera era una de la persona más buscada por el FBI por ser el líder -prófugo- del cártel de Sinaloa. Su alias explica, simplemente, su baja altura (mide 1,55 metros). A los individuos de corta estatura se les llama "chapos" en Sinaloa.



"EL DOCTOR".- Eduardo Ramón Arellano Félix, detenido en octubre del 2008 en Tijuana, era pieza clave del cártel de Los Arellano Félix. Su alias se debe a que fungió como "consultor experto", involucrándose y tomando parte en todas las decisiones importantes de esa organización criminal.



"EL HUMMER".- Jaime González Durán fue fundador de "Los Zetas", integrado por desertores del Ejército mexicano. La organización surgió como brazo armado del cártel del Golfo. Se ganó su apodo cuando, con amenazas de muerte, prohibió a todo el bajo mundo de la ciudad fronteriza de Reynosa adquirir una camioneta Hummer como la que tenía.



"EL GOYO".- Gregorio Sauceda Gamboa, uno de los zetas más buscados por la DEA, fue detenido por elementos de la policía federal en abril del 2009 en Matamoros, Tamaulipas. Su mote se debe a que a los Gregorios en México se les llama "Goyos".



"EL GRANDE".- Sergio Enrique Villarreal, perteneciente al cártel de los Beltrán Leyva, fue capturado en septiembre del 2010. Las autoridades ofrecían una recompensa de 2.2 millones de pesos a quien diera información que ayudara en la captura. Su alias se lo debe a que mide casi 2 metros de altura.



"EL INDIO".- Así se le conoce a Gerardo Álvarez Vázquez, jefe de la plaza de Guerrero del cártel de los Beltrán Leyva. Su aspecto físico le dio su sobrenombre.



"EL MATAAMIGOS".- A Osiel Cárdenas Guillén le apodan así porque ordenó la ejecución de su compadre Salvador "El Chava" Gómez con quien disputaba el control del cártel del Golfo tras la captura de Juan García Abrego.



"EL MAYO".- Ismael Mario Zambada García, es uno de los principales líderes del cártel de Sinaloa. Se presume que "Mayo" es una manera cursi de llamarle a los Marios sin embargo a Zambada también le dicen "El MZ" y "El Padrino".



"EL MOCHOMO".- Héctor Alfredo Beltrán Leyva integra junto con sus hermanos el cártel que lleva sus apellidos. Fue capturado en enero del 2008. Su apodo es el nombre de una dañina hormiga del noroeste de México.



"EL MOFLES".- En mayo del 2012, fueron arrestados varios gatilleros del cartel La Familia, entre ellos Gerardo Fernández Covarrubias, quien se hacía llamar "El Mofles".



"EL OSTIÓN".- A Israel Nava se le ubicó como presunto responsable del acopio, resguardo y mantenimiento del armamento y explosivos al servicio de "Los Zetas", así como jefe de esta organización en Oaxaca. Fue abatido el 9 de abril del 2009. Lo llamaban "Ostión" desde la escuela primaria porque su padre tenía un puesto en el que vendía pescados.



"El PASTOR".- Algunos investigadores sostienen que Nazario Moreno González, líder de La Familia, heredó la profunda religiosidad de "El Tísico" y la utilizó para reclutar delincuentes y afianzar su caudillaje criminal.



"EL PIOLÍN".- Julián Zapata Espinoza es presunto responsable del ataque contra dos agentes de Estados Unidos en San Luis Potosí. La razón de su apodo es que regularmente vestía de amarillo y en clara referencia al canario de caricatura.



"EL POZOLERO".- Santiago Meza López era el encargado de desaparecer los cadáveres que le entregaba "El Teo". Fue detenido en enero del 2009 y confesó que desintegró en un "caldo de ácidos" -que él mismo inventó-, al menos 300 cuerpos. A este "invento" debe el origen de su mote.



"EL REY".- Jesús Reynaldo Zambada García, otro de los principales líderes del cártel de Sinaloa, operaba en el Valle de México. Fue detenido en noviembre del 2009 tras una balacera en la ciudad de México. El alias se debe al segundo nombre del narcotraficante.



"EL REY DE LAS ANFETAMINAS".- Adán Amezcua Contreras, ex jefe del cártel de Colima, debe su alias a que, junto con sus hermanos, se especializaban en el tráfico de drogas sintéticas.



"EL SEÑOR DE LOS CIELOS".- Amado Carrillo Fuentes fue uno de los grandes narcotraficantes en las décadas de los 80 y 90. Murió en 1997 tras una cirugía plástica, pero dejó el mando del cártel de Juárez a su hermano, Vicente Carrillo. El apodo se debe a que era el mayor traficante de droga en aviones.



"EL TEO".- Así se le conoce a Eduardo Teodoro García Simental, quien fue sicario de los Arellano Félix, pero tras romper su alianza en el 2008 desató una ola de violencia en Tijuana. Fue detenido en enero del 2010 en Baja California Sur y su apodo se lo debe a su segundo nombre.



"EL TIGRE".-Juan Diego Espinoza Ramírez, de nacionalidad colombiana, fue capturado el 28 de septiembre de 2007 junto con su esposa Sandra Ávila Beltrán. Su apodo lo debe a su supuesto éxito con las mujeres.



"EL VERDUGO".- Heriberto Lazcano Lazcano es considerado por la Procuraduría General de la República como el jefe de Los Zetas, ex-grupo armado del cártel del Golfo. Heriberto Lazcano es proclive a la violencia y a la traición. Su mote se debe a la crueldad con la que Heriberto mata a sus enemigos. Usa la decapitación como método favorito.



"El Z1".- Arturo Guzmán Decena fue el fundador de la banda de sicarios de Los Zetas al servicio del cártel del Golfo. En noviembre de 2002 fue ejecutado en un restaurante de Matamoros, Tamaulipas. Su mote se debe a que su código Federal Judicial de radio de policía era "Z1". De ahí también el nombre de la banda.



"EL ZUCARITAS".- José Guadalupe Rivas González, presunto operador del grupo criminal La Línea, brazo armado del cártel de Juárez, fue encarcelado en el Centro Federal de Readaptación Social número 3, ubicado en Matamoros, Tamaulipas en agosto del 2011.



"LA BARBIE".- Edgar Valdez Villarreal es probablemente el principal sicario de uno de los cárteles de la droga más sanguinarios de México. Su apodo puede originarse por la conocida muñequita ya que nació en Estados Unidos y es rubio, con ojos azules.



"LA REINA DEL PACÍFICO".- Sandra Ávila Beltrán nació en una familia de contrabandistas del estado de Sinaloa. Fue capturada el 28 de septiembre de 2007 por policías federales al sur de la Ciudad de México. La historia de Sandra Ávila se parece mucho a la novela del escritor español Arturo Pérez-Reverte, quien niega haberse inspirado en ella para escribir "La Reina del Sur", libro en el que una mujer narcotraficante de nombre Teresa Mendoza mantiene nexos con capos de Sudamérica.



"NACHO".- Ignacio "Nacho" Coronel, número tres del cártel de Sinaloa, muere el 29 de julio del 2010 durante un operativo militar en Guadalajara. Es llamado así porque en México a los Ignacios también se les llama "Nacho".



"TONY TORMENTA".- Existen sobrenombres como el del desaparecido Ezequiel Cárdenas Guillén, miembro del cártel del Golfo, cuyo apodo hacía referencia a la fuerza de la persona.



"VICENTILLO".- Vicente Zambada Niebla pertenecía al cártel de "El Chapo" Guzmán. El hijo de "El Mayo" Zambada fue capturado en mayo del 2009 en México y posteriormente fue extraditado a EU donde se declaró inocente de los cargos de asociación delictuosa y daños contra la salud. Debe su alias a su propio nombre.

Alcaldía contrata para fiesta religiosa bandas que tocan narcocorridos

Posted: 04 Dec 2014 04:56 PM PST

CIUDAD DE MÉXICO, 4 de diciembre.- El gobierno municipal de Loreto, Baja California Sur, contrató.

Para las tradicionales fiestas de San Javier a grupos musicales cuyo repertorio está lleno de narcocorridos. Calibre 50 dedica uno de sus más famosos corridos al cártel liderado por Joaquín "El Chapo" Guzmán.

La cartelera en la máxima fiesta católica de Loreto ‒que se realizó del 1 al 3 de diciembre‒, ofrecida por el Ayuntamiento que encabeza el priista Jorge Avilés Pérez, incluyó la presentación de bandas que, por sus letras con alto contenido de violencia.

Como Calibre 50, incluso han sido vetadas en otros estados, destaca un reporte del sitio local BCS Noticias.

Calibre 50 dedica uno de sus más famosos corridos al cártel liderado por Joaquín "El Chapo" Guzmán, con frases como esta: "500 balazos, armas automáticas, pecheras portaban, de cuerno las ráfagas, los altos calibres, tumbaban civiles también por igual".

BCS Noticias recuerda que, en abril pasado, el gobierno de Puebla decidió cancelarle los conciertos a esta agrupación en una de sus fiestas públicas, por "hacer apología del delito", de acuerdo con un comunicado oficial hecho público entonces. En Chihuahua, establece el reporte, sucedió algo similar.

En la celebración religiosa de Loreto, donde se festeja al santo San Francisco Javier de Viggé Biaundó, se presentó también el grupo San José de Mesilla, el cual tiene piezas románticas y otras dedicadas a narcotraficantes, como la titulada "Los sicarios".

Caballeros Templarios arrepentidos crean violencia en Michoacán

Posted: 04 Dec 2014 04:46 PM PST

Morelia, Michoacán, Los recientes actos de violencia en la región de Tierra Caliente, en Michoacán, son agresiones de "templarios arrepentidos que sólo se cambiaron la camiseta".

Dijo el comandante de la Fuerza Rural de la comunidad de La Ruana, en el municipio de Buenavista Tomatlán, Hipólito Mora. Afirmó que en el municipio de Buenavista Tomatlán han logrado estar en calma, a pesar de los problemas en otros puntos de la Tierra Caliente.

"Los que han ocasionado estos problemas, e incluso los mismos ataques, son los templarios arrepentidos que sólo se cambiaron la camiseta, por lo que la tarea del gobierno será ubicarlos y desarmarlos", dijo Mora.

En entrevista con el ex integrante de los grupos de autodefensa, indicó que La Ruana está por ahora libre de templarios, ya que trabajan coordinados con elementos de la Gendarmería Nacional.

Mencionó que el sábado pasado tuvieron una reunión en Coahuayana, en donde se expusieron diversas inquietudes por parte de los comandantes de la Fuerza Rural.

La tarde del martes, elementos de la Fuerza Rural fueron atacados por hombres fuertemente armados en la comunidad de La Laja, del municipio de Arteaga. Hubo seis policías lesionados y uno muerto.

Identifican a 9 más por desaparición de normalistas de #Ayotzinapa

Posted: 04 Dec 2014 04:34 PM PST

Distrito Federal- Aún falta por cumplimentar nueve órdenes de aprehensión contra integrantes del grupo criminal Guerreros Unidos.

Entre ellos 'El Chuky', implicados en la desaparición de 43 normalistas de Ayotzinapa, informó comisionado Nacional de Seguridad, Monte Alejandro Rubido. El funcionario federal dijo que la Procuraduría General de la República.

Ya cuenta con información suficiente de estas personas y no solo conoce sus alias, como al inicio, sino que ya los tiene plenamente identificados por sus nombres. Después de una reunión con los representantes de los padres de los 43 normalistas.

El comisionado indicó que abordaron con ellos tres puntos y se hizo una recapitulación de la búsqueda que se ha hecho para encontrar a los estudiantes.

En el encuentro encabezado por el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, se les explicó a los padres y a la representación legal punto por punto sobre los 270 lugares que se han revisado en Guerrero, entre ellos cuevas, lagos, cañadas, poblados, entre otros y se les entregaron las minutas de todas las búsquedas, dijo el titular de la CNS.

"Quiero puntualizar que normalmente en estas búsquedas, sea que deriven de una investigación ministerial o simplemente oír alguna versión que llega a los padres, son ellos también los que nos acompañan al recorrido. Entonces se hizo esta revisión y se quedó en trabajar con toda la intensidad", expresó.

Rubido aseguró que el secretario de Gobernación ratificó lo que dijo ayer en Iguala, en el sentido de que el personal de la Policía Federal está avocado en la búsqueda de los muchachos, sigue dedicado única y exclusivamente a esa tarea.

El segundo punto que se trató, dijo, fue una información que dio la PGR sobre el avance de sus investigaciones; mencionó que el grupo de abogados y asesores de los padres solicitaron que se hiciera una recreación de toda esta investigación.

"Se está trabajando en ella y el compromiso que hubo por parte de la PGR es entregársela al grupo de abogados el día de mañana", indicó.

El comisionado Nacional de Seguridad explicó que el tercer punto que se trató es respecto a los trabajos con la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, con quien ratificó la disposición del gobierno de la República para dar las facilidades y la comunicación.

El funcionario puntualizó que mañana habrá una videoconferencia con la comisión para tratar de pedirles que a la brevedad se cuente con su presencia en México en para apoyar en las tareas de revisión e investigación.

Durante la reunión participaron entre al menos nueve padres, abogados y asesores que generalmente acompañan a las familias que buscan a sus hijos desde el 26 de septiembre, luego de que fueron detenidos por policías de Iguala y entregados a criminales de Guerreros Unidos.

Respecto a la captura de Joel Ramón Severiano Martínez, El Ramoncito, Rubido aclaró que ese supuesto integrante de Guerreros Unidos no guarda relación con la desaparición de los jóvenes, pero sí está involucrado en otras actividades delictivas.

"No tiene nada que ver con los hechos de 26 y 27 de septiembre; también se les dio una parte (a los padres) sobre la detención del operativo de la policía de Cocula, César Nava".

Por su parte, Felipe de la Cruz, uno de los padres, dijo que "la tesis de Cocula" es la que prevalece y que todavía no tiene claridad sobre los exámenes que se practican en Austria a los restos que fueron encontrados en el río de esa localidad.

Comentó que les dijeron al secretario de Gobernación al comisionado Nacional de Seguridad, al procurador General de la República, Jesús Murillo, y al jefe de la Agencia de Investigación Criminal, Tomás Zerón de Lucio, que la búsqueda se "triplique" y que haya amplia participación de los padres de familia.

"Nosotros creemos que la PGR no ha abierto otras líneas de investigación. Se ha quedado solamente con la línea de investigación del basurero de Cocula, no se abren otras líneas más; hay otras líneas que permitirían hacer una investigación distinta, pero la PGR ha quedado sólo en esta línea, por eso le pedidos que explore otra", dijo.

El día que empezó la guerra entre “El Barbas” y “el Chapo Guzman”

Posted: 04 Dec 2014 04:07 PM PST

La guerra comenzó un lunes. El 21 de enero de 2008. A bordo de vehículos Hummer, y con fuerte artillería pesada.

Más de 300 elementos del Grupo Aeromóvil de Fuerzas Especiales del ejército mexicano, GAFE, se posicionaron en los alrededores de una residencia ubicada en la colonia Burócratas, de Culiacán. Según la Secretaría de la Defensa, una llamada anónima había indicado que el menor de los hermanos.

Beltrán, Alfredo, alias El Mochomo, esperaba en ese domicilio un cargamento de dinero destinado a solventar compromisos pendientes con sus socios colombianos. Según la declaración de un narcotraficante conocido como El 19.

que se integró al programa de testigos protegidos bajo la clave "Jennifer", (PGR/SIEDO/UEIDCS/0241/2008)—, el ejército había obtenido la ubicación de El Mochomo a través de un militar que logró infiltrarse en su círculo cercano, y al que se conocía como El Chamaco. "El Chamaco logró llamar al GAFE para informar sobre la ubicación y las condiciones de baja seguridad", relató "Jennifer".

os militares tuvieron que posponer el operativo durante 10 horas, porque detectaron a unos hombres en la azotea de la casa. Cerca de la madrugada, el portón se abrió. Salió una camioneta BMW de color blanco, con cuatro hombres a bordo. Los soldados de elite les cerraron el paso. Los tripulantes se entregaron sin hacer un solo tiro. Dentro de la casa había 900 mil dólares, 11 relojes finos, un AK-47 y ocho armas cortas. Un corrido informó al día siguiente: "El Mochomo era el hombre de confianza / que el cártel necesitaba / pero el 21 de enero su carrera le cortaban".

La noticia de la detención de Alfredo Beltrán Leyva, uno de los cabecillas del cártel del Sinaloa, dirigido por Joaquín El Chapo Guzmán e Ismael El Mayo Zambada, fue presentada como el golpe más importante realizado hasta entonces por el gobierno en la guerra contra el narco que Felipe Calderón había decretado. En la Procuraduría General de la República, y concretamente en la Subprocuraduría General de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada, SIEDO, provocó un terremoto. La célula dirigida por los hermanos Héctor, Alfredo y Arturo Beltrán Leyva había vulnerado las estructuras más altas de esa institución, a través de pagos mensuales de entre 150 y 450 mil dólares, según demostró luego la llamada Operación Limpieza: funcionarios del mayor nivel de la SIEDO realizaban detenciones, cateos y filtraciones, en beneficio del cártel.

Aquel día varios servidores públicos se paseaban nerviosos. Habían recibido informes de que El Mochomo iba a ser detenido, pero "en la SIEDO nada podían hacer para evitarlo". Esperaban que los operadores de Arturo Beltrán los llamaran a cuentas.

Fueron llamados ese mismo día. Uno de los principales lugartenientes del grupo, Sergio Villarreal, El Grande, se reunió con el director de Inteligencia de la SIEDO, Fernando Rivera, así como con los comandantes Milton Cilia y Roberto García. Según la declaración que Rivera rindió poco después en calidad de testigo protegido, bajo la clave "Moisés", El Grande les dijo que Arturo Beltrán Leyva estaba encabronado: "Quería saber a quién iba a matar. Todos recibían dinero de él y nadie le avisó de la detención de su hermano".

Los funcionarios le explicaron que no habían trabajado ese asunto, "que era un asunto del GAFE, del alto mando de la Sedena". El Grande exigió la lista de los militares que habían tomado parte en el operativo, así como los "informes originales" de la detención. El director Rivera se comprometió a obtenerlos. No sólo eso: de acuerdo con la declaración de "Jennifer", antes de las dos de la tarde había entregado los reportes militares, el nombre del infiltrado que había proporcionado la información a los GAFES, las copias completas de las declaraciones que El Mochomo había rendido ante la SIEDO… y un croquis que señalaba el sitio exacto en donde el capo se hallaba recluido.

Rivera informó que "de las 11 de la noche en adelante ya no iban a estar presentes las fuerzas especiales del ejército, y que sólo quedarían custodiando el inmueble 11 agentes de la Agencia Federal de Investigaciones, AFI". Le dijo a El Grande que "con la entrega de un millón de pesos para los AFIS, así como de tres millones que serían entregados a Fernando Rivera y su gente, se lograría neutralizar al conjunto de guardia y permitir que una camioneta blindada rompiera la reja de acceso a la SIEDO".

El Grande —relata la averiguación previa SIEDO/UET/6668/2008—, calculaba reunir a unas 150 personas para realizar el asalto. Sin embargo, al sopesar los riesgos, decidió cancelar la operación. Alfredo Beltrán Leyva fue recluido en el penal de Puente Grande.

La captura de El Mochomo provocó una escisión en el cártel de Sinaloa. Existe la versión de que El Chapo negoció la captura del menor de los Beltrán, a cambio de la liberación de su hijo, Archibaldo Guzmán, alias El Chapito, quien se hallaba recluido en el penal del Altiplano desde 2005: a sólo tres meses de la caída de El Mochomo, El Chapito fue liberado.

Otra versión señala que Arturo Beltrán se entrevistó con El Chapo Guzmán y El Mayo Zambada para pedirles que le ayudaran a rescatar a su hermano. Los jefes del cártel le pidieron tiempo, pero en una segunda reunión le explicaron que "no había condiciones" para efectuar el rescate. El Mochomo debía ser "sacrificado".
Se cree que en el narcotráfico las alianzas de sangre son indestructibles. El Mochomo estaba casado con una prima de El Chapo. Arturo Beltrán, sin embargo, salió de aquella reunión con la idea de que la alianza se había roto. A partir de ahora iba a cobrar muerte por muerte, detención por detención. El Chapo y El Mayo lo supieron. Quisieron adelantarse.

A fines de abril de 2008, el mismo mes en que El Chapito fue liberado, ocurrió una balacera en la colonia Guadalupe, de Culiacán. Una casa, en la que presuntamente se encontraba uno de los hijos de Arturo Beltrán, fue atacada por elementos de la Policía Federal, apoyados por policías locales. Murieron cinco escoltas y dos agentes ministeriales. Arturo Beltrán acusó a los federales de servir de brazo armado a los intereses de El Chapo y ordenó a su gente asesinar policías donde los encontraran. Hizo colocar narcomantas en las que podía leerse: "Policías, soldados, para que les quede claro, El Mochomo sigue pesando. Atte. Arturo Beltrán Leyva". Y también: "Soldaditos de plomo, federales de paja, aquí el territorio es de Arturo Beltrán".

Un día después de la balacera en la colonia Guadalupe, cuatro agentes de la Policía Federal Preventiva, PFP, murieron acribillados cuando patrullaban el centro de Culiacán. En Imala, dos policías municipales fueron ejecutados. A lo largo de la ciudad se verificaron ataques contra policías locales. La PFP concentró 800 agentes en la plaza de Sinaloa.

De ese modo terminó abril, el mes en que se soltaron los demonios y comenzó el enfrentamiento que a lo largo de 2008 dejó en la entidad un saldo de mil 156 ejecuciones.


La infiltración

El 7 de mayo de 2008 un retén de la Policía Federal fue instalado en el kilómetro 95 de la Autopista del Sol. La PFP acababa de recibir una información filtrada por El Mayo Zambada: un convoy en el que viajaba Arturo Beltrán cruzaría en cualquier momento por aquel sitio. El encargado de coordinar la captura fue el director regional de la PFP, Édgar Eusebio Millán. El dato proporcionado por los Zambada resultó bueno: cinco vehículos sospechosos salieron del Hotel Motel Rosales, en donde Arturo Beltrán acababa de tener una reunión. Los agentes les marcaron el alto. Los integrantes del convoy respondieron a tiros. Inició una persecución que terminó en Xoxocotla, con varios autos destrozados, la captura de nueve sicarios y dos agentes federales muertos. La camioneta en que viajaba Arturo Beltrán logró evadir el cerco: uno de sus escoltas impactó una patrulla para abrir paso a su jefe.

El Mayo Zambada, sin embargo, había contemplado esa posibilidad. Los datos que filtró a la PFP indicaban los domicilios del estado de Morelos en los que Beltrán Leyva podría refugiarse. El inspector de operaciones Édgar Enrique Bayardo, el funcionario que había recibido la filtración —y operaba como contacto de El Mayo al interior de la PFP—, se comunicó con el jefe antidrogas de la corporación, Gerardo Garay, y le dijo: "Tenemos ubicados varios domicilios aquí en Morelos. Estamos concentrados y listos para entrar".

El jefe antidrogas lo detuvo en seco: "Paren todo. Regresen de inmediato a la ciudad de México".

Cinco meses antes, a través de una supuesta intercepción telefónica, el director de Combate a la Delincuencia Organizada de la PFP, Roberto Velasco, había ubicado a Beltrán en una mansión de la calle Escarcha, en el Pedregal de San Ángel.

Velasco le comunicó al jefe antidrogas: "La gente está colocada en puntos estratégicos". Pidió luz verde para poner en marcha la detención.
Pero Garay se negó a dar la orden: "Aguanten. Vamos a esperarnos para más adelante".

De acuerdo con la declaración ministerial de un testigo protegido, el agente de la División Antidrogas, Fidel Hernández (PGR/SIEDO/UEIDCS/359/2008), las indicaciones de Garay fueron criticadas por su subalterno: "Pero jefe, tengo evidencia de que Arturo Beltrán se encuentra aquí".
Garay, sin embargo, insistió: "Desmonten el servicio".

Édgar Millán, el hombre que había dado caza a Arturo Beltrán en el camino a Xoxocotla, fue ejecutado horas después de la persecución, cuando llegaba a casa de sus padres en un edificio ubicado en la calle de Camelia, en la colonia Guerrero. Aunque sólo un puñado de personas tenía acceso a sus itinerarios, una filtración surgida de las mismas filas de la PFP, a través del agente José Antonio Montes Garfias, puso en manos de Beltrán la ubicación del sitio al que el jefe policiaco iba a dirigirse. La orden fue fulminante: Millán debía ser eliminado.

El agente Montes Garfias abrió el casillero del funcionario y sustrajo las llaves de la casa donde vivían los padres de éste. Entregó un duplicado —así como 40 mil pesos y 75 gramos de cocaína— a un gatillero de baja monta, Alejandro Ramírez Báez, quien integró un comando formado por cinco personas. Los sicarios aguardaron a Millán en el garaje del edificio. Habían apagado las luces. Cuando el jefe policiaco cruzó el portón, le metieron 11 tiros. (El sicario Ramírez Báez fue sometido por los escoltas de Millán. De ese modo se desanudaron los hilos de la trama.)

Una semana antes, Roberto Velasco, el hombre que tendió el cerco de la calle Escarcha, había sido asesinado en una calle de la colonia Irrigación. La verdadera venganza de Arturo Beltrán llegó, sin embargo, 24 horas después de la balacera en Xoxocotla. Sucedió del otro lado del país, el 8 de mayo de 2008, la noche en que cinco camionetas rodearon a Édgar Guzmán, otro de los hijos de El Chapo, en el estacionamiento del City Club, un centro comercial de Culiacán, Sinaloa.

En la ejecución se dispararon 500 tiros y se accionó un lanzagranadas. Las ráfagas destrozaron paredes, vidrios y vehículos. Además del hijo de El Chapo, fueron abatidos un sobrino del narcotraficante, César Loera, así como el hijo de una lavadora de dinero a la que la DEA había bautizado como La Emperatriz.

En Culiacán se desató la psicosis. Los medios locales no se animaron a dar la noticia. Sólo lo hicieron dos días después, atribuyendo la información a diarios y agencias informativas de la ciudad de México. La sangre del hijo de El Chapo seguía húmeda en el suelo, escribe un testigo, cuando corrió la versión de que el jefe del cártel de Sinaloa había jurado borrar de la faz de la tierra a los Beltrán: de la célula que dirigían no iba a quedar piedra sobre piedra.

En menos de un mes, sin embargo, El Chapo asimiló dos nuevos golpes. Filtraciones de los servicios de inteligencia de los Beltrán ocasionaron la detención de uno de sus primos, Alfonso Gutiérrez, tras una cruenta balacera en una colonia de Culiacán, y de un sobrino, Isaí Martínez, en las inmediaciones de un fraccionamiento de esa ciudad.

El asesinato del hijo de El Chapo formaba parte de la misma embestida que provocó la muerte de los jefes policiacos Millán y Velasco.
Millán, el comandante acribillado en casa de sus padres, había sido el "cerebro" del secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, en las operaciones antinarco. Su muerte ocasionó un cambio en la estructura de mando de la PFP. Genaro García Luna colocó en su lugar, con el cargo de Comisionado, a un viejo amigo y compañero del Cisen, con el que había colaborado estrechamente a su paso por la AFI: Gerardo Garay, el jefe antidrogas que en dos ocasiones había congelado los operativos de captura de Beltrán Leyva.

Garay duró sólo unos meses en el puesto. El 15 de octubre de 2008, una nueva filtración del grupo de El Mayo, colocada en manos de su contacto, el inspector Édgar Enrique Bayardo, movilizó a la Policía Federal. En una lujosa residencia del Desierto de los Leones, en la que había un zoológico privado con panteras, tigres siberianos y leones, iba a celebrarse una narcofiesta a la que asistiría Mauricio Harold Poveda, el principal socio colombiano de Arturo Beltrán.

En la declaración que rindió cuando se descubrió que El Mayo Zambada le pagaba hasta 500 mil dólares por cada enemigo detenido, el inspector Bayardo relató la forma en que se llevó a cabo el operativo. El comisionado Garay dejó escapar a Harold Poveda, pero detuvo al resto de los invitados. Luego, alineó a 30 prostitutas contra la pared, seleccionó a cuatro, ordenó prender la caldera del jacuzzi, pidió cocaína para las muchachas, invitó a uno de sus subalternos a "darse un baño" y cerró la puerta de la sala.

"¡Ahora sí comenzó la fiesta!", dijo.

Antes de sumergirse en ella, el comisionado hizo que sus agentes obtuvieran los domicilios de los colombianos detenidos y fueran a revolverlos en busca de dinero. El narcotraficante Mauricio Fino, El Gaviota, se ofreció a entregar 500 mil dólares que, dijo, tenía guardados en su departamento. Bayardo fue el encargado de ir a recoger el dinero. Volvió a la casa con las fajillas metidas en dos bolsas que tenían estampada la figura de Winnie Pooh.

Según la declaración PGR/SIEDO/359/2008, cuando Garay salió del jacuzzi, desvelado y con aliento alcohólico, oyó ladrar a un bull dog que, estimaron los agentes, "valía también un chingo de dinero". El funcionario de la PFP solicitó: "Pónganmelo para llevar".

No existen datos sobre la forma en que Arturo Beltrán Leyva registró el golpe asestado por El Mayo a sus socios colombianos. Pero cinco días después de la narcofiesta
, en la partida de ajedrez que las filtraciones de ambos bandos desataban, una llamada anónima llegó a la PGR. "En el domicilio ubicado en la calle Wilfredo Massieu número 430, colonia Lindavista, hay varias personas armadas y son narcotraficantes. Es gente de El Mayo Zambada y si van los pueden detener". A la una la tarde del 20 de octubre, la SIEDO rodeó la casa y comprobó que en su interior se hallaban pertrechados el hermano menor de El Mayo, Jesús El Rey Zambada, y un hijo de éste, Jesús Zambada Reyes.

El Rey Zambada comprendió de inmediato que no tenía salida. "Me voy a rifar", dijo. Sus gatilleros abrieron fuego contra los agentes. Mientras las balas estallaban, El Rey marcó insistentemente al Unefón de su contacto, el inspector Bayardo. Quería que "su ahijado", como le decía, le enviara refuerzos. "Nos estamos agarrando a chingadazos", le dijo.

"Voy, padrino, voy", contestó el inspector. Pero no alcanzó a llegar. Ni a ese domicilio, ni a ninguna parte. El número telefónico al que El Rey había marcado y las declaraciones que luego rindió Jesús Zambada Reyes, pusieron fin a la carrera de Bayardo. El inspector fue detenido cinco días más tarde y se acogió al programa de testigos protegidos. Sus declaraciones implicaron en la venta de protección al narcotráfico a los mandos principales de la Secretaría de Seguridad Pública, así como al círculo cercano al secretario García Luna. Entre otros funcionarios cayeron el comisionado Gerardo Garay, el jefe de Operaciones Especiales, Francisco Navarro, y el director de Análisis Táctico, Jorge Cruz.

Como había ocurrido con la SIEDO, eran narcotraficantes los que filtraban informes y ordenaban capturas. Eran narcotraficantes los que tenían mando pleno al interior de la PFP.

El comisionado Garay fue acusado de servir a dos amos: al cártel de los Beltrán y al grupo de El Mayo Zambada. Un juez le decretó formal prisión en octubre de 2008.
Antes de ser asesinado un año más tarde en un Starbucks de la ciudad de México, el inspector Bayardo reveló las bases del acuerdo: recibir filtraciones, practicar intervenciones telefónicas, permitir que los operadores de los cárteles interrogaran a los enemigos capturados y, luego, presentar las detenciones "como logros de la PFP".


El megacártel

En 1997, el ex chofer del general José Gutiérrez Rebollo, Juan Galván Lara, mencionó por primera vez en un expediente a los hermanos Beltrán Leyva (PGR/UEDO/226/97). Eran oriundos de Badiraguato, Sinaloa, y formaban parte "de las 11 gentes" que trabajaban de cerca con El Señor de los Cielos, Amado Carrillo. Según el chofer, controlaban la plaza de Mazatlán. Alguna vez, El Señor de los Cielos se había molestado con ellos porque estaban introduciendo droga sin su consentimiento: "Son chingaderas… se va a trabajar cuando yo lo ordene".

A la muerte de Amado Carrillo, un reporte de la DEA señaló que el cártel de Juárez se había reacomodado alrededor de Vicente Carrillo Fuentes, El Viceroy, Ismael Zambada García, El Mayo, Juan José Esparragosa Moreno, El Azul, y Marcos Arturo Beltrán Leyva, El Barbas.

Arturo Beltrán era primo lejano de El Chapo, según el testigo protegido clave "Julio". Fue Beltrán quien introdujo a su pariente en el negocio de la cocaína. En 1993, cuando El Chapo fue recluido en Almoloya, y más tarde enviado a Puente Grande, los Beltrán quedaron a cargo de su estructura. Le enviaban dinero al penal para que pudiera pasar la reclusión con lujo —comida, mariachis, prostitutas— y lo apoyaron financieramente en los costosos preparativos de su fuga.

Tras la fuga de Puente Grande, en 2001, El Chapo organizó una cumbre de narcotraficantes en Cuernavaca. Asistieron unos 25 jefes. El Chapo tenía los mejores contactos. Relaciones que le aseguraban no ser molestado. Ante los 25 jefes trazó el futuro: unir a Ismael El Mayo Zambada, Ignacio Coronel, Juan José Esparragosa Moreno, Vicente Carrillo Fuentes y Arturo Beltrán Leyva en una Federación que controlara las plazas del país, le arrebatara Nuevo León y Tamaulipas al cártel del Golfo, y golpeara a los hermanos Arellano Félix, sus enemigos históricos, hasta despojarlos de Tijuana. (Una versión indica que fue el propio Chapo quien filtró la información que permitió la captura de Benjamín Arellano Félix.)

Al frente de la guerra que la Federación iba a desatar en Nuevo León quedó Arturo Beltrán Leyva. Durante el tiempo que El Chapo permaneció en prisión, los Beltrán habían logrado conformar una de las células más sólidas del cártel. No sólo conocían a fondo la operación del grupo: "habían sido su corazón".

A pesar de que alguna vez el testigo "Julio" consideró a Arturo Beltrán como un hombre ostentoso, El Barbas había mantenido un perfil discreto. Faltaba tiempo para que su nombre abandonara las fojas de los expedientes y se instalara en las primeras planas de los diarios.

El alfil de Arturo Beltrán en la batalla por Nuevo León y Tamaulipas fue un pistolero texano que se había fogueado en la frontera neolonesa: Édgar Valdez Villarreal, La Barbie, uno de los peores asesinos en la historia reciente del crimen organizado.

Beltrán y La Barbie armaron un grupo de sicarios conocido como Los Pelones y los enviaron a disputar la plaza. Quedaba claro que iba a tratarse de una carnicería. El círculo de seguridad del líder del Golfo, Osiel Cárdenas Guillén, estaba formado por ex militares de elite y otros desertores del ejército. Los violentos Zetas.

Para abrir camino a la incursión de Los Pelones, Beltrán y La Barbie reclutaron policías y agentes ministeriales destacados en la entidad. Un comisionado de la PFP, José Luis Figueroa, reveló que ambos narcotraficantes le habían ofrecido al director del Centro de Mando de la AFI, Domingo González Díaz, cuatro millones de dólares. El trato: capturar a Osiel Cárdenas Guillén y cambiar al comandante de la AFI por una persona que ellos le señalarían. Un subalterno de González Díaz, Francisco Garza Palacios, recibió un millón de dólares a cambio de brindar protección oficial a las actividades del grupo.

Los operadores de El Chapo se asociaron también con el empresario Jaime Valdez, antiguo agente policiaco, a quien contrataron como reclutador. (La relación con Valdez terminó mal: Arturo Beltrán lo acusó de haber robado 450 kilos de coca y ordenó su ejecución: Valdez fue emboscado. Recibió 10 disparos de AK-47. Aunque logró salvar la vida, quedó parapléjico.)

Al mismo tiempo, comenzó el combate en las calles. Balaceras, torturas, levantones, desapariciones, se verificaron diariamente en la entidad.
En 2003 la batalla por el corredor del Golfo cobró un nuevo giro. Osiel Cárdenas fue aprehendido por el ejército en un operativo espectacular. Parecía que la captura fortalecería a los miembros de la Federación y el trasiego de drogas quedaría en manos de un solo grupo. Pero no fue así: tras la caída de Osiel, Los Zetas se independizaron, y un grupo de sicarios menos preparado, y mucho más violento, tomó las riendas del cártel del Golfo.

En agosto de ese año el bando sinaloense enfrentó a sus rivales en una de las calles céntricas de Nuevo Laredo. El enfrentamiento duró más de una hora. En el lugar se percutieron más de 700 casquillos. 200 policías municipales fueron suspendidos y llevados a investigación. La primera avanzada sinaloense había fracasado.
Unos meses más tarde, la Federación se desgajó. Los capos que la integraban consideraron que Vicente Carrillo, El Viceroy, jefe del cártel de Juárez, aportaba poco al grupo y en cambio le exigía mucho. La gota que derramó el vaso fue una disputa por derechos de piso en la que Rodolfo Carrillo, El Niño de Oro, hermano menor de El Viceroy, ejecutó personalmente a dos operadores de El Chapo que habían movido droga sin su consentimiento.

Todo podía tener arreglo antes del sábado 11 de septiembre de 2004. Pero El Chapo no estuvo dispuesto a perdonar. Pidió a sus socios la cabeza de El Niño de Oro.
Aquel sábado 11 de septiembre Rodolfo Carrillo y su esposa, Giovanna Quevedo, llegaron a las cuatro de la tarde a un Cinépolis de Culiacán. Iban escoltados por el comandante de la Policía Ministerial, Pedro Pérez López, que había sobrevivido a dos ataques de los Arellano Félix. Cuando la función terminó, la pareja salió al estacionamiento. El Niño de Oro iba a abordar su auto cuando un comando lo rafagueó desde varios frentes. La policía recogió del piso 500 cartuchos. El comandante Pérez López repelió la agresión. Fue herido, aunque logró pedir ayuda por radio. En cosa de minutos, elementos de todas las corporaciones rodeaban el estacionamiento y se lanzaban en persecución de los gatilleros. Los tiros tronaron en las calles. Cinco sicarios fueron abatidos.

La Federación se hizo añicos: el 6 de octubre de ese año llegó el mensaje de respuesta de Vicente Carrillo. Miguel Ángel Beltrán Lugo, El Ceja Güera, miembro connotado del cártel de Sinaloa, fue ultimado a tiros en el penal de Almoloya. Dos meses después, un hermano menor de El Chapo, Arturo El Pollo Guzmán, fue ejecutado en el área de locutorios del mismo penal. Las armas que cobraron la vida de ambos narcotraficantes habían escapado a todos los controles.


Los Tres Caballeros

A principios de 2005 un reportero sonorense, Alfredo Jiménez Mota, reveló en el periódico El Imparcial las operaciones de un grupo de narcotraficantes conocidos como Los Tres Caballeros: Arturo, Alfredo y Héctor Beltrán. Según la investigación, controlaban el tráfico de drogas en Sonora, Chihuahua y Sinaloa, y se hallaban vinculados, a través de compadrazgos y otros lazos familiares, con la banda más poderosa de Sonora, que comandaba Raúl Enríquez Parra, El Nueve. El brazo operativo de Los Tres Caballeros estaba integrado por dos grupos delictivos, Los Güeros y Los Números. Los narcotraficantes habían heredado la estructura de un viejo amo de la región, Héctor El Güero Palma Salazar. Su presencia en la entidad databa de 1998. Disponían de pistas de aterrizaje (una de ellas se llamaba "Fumigaciones Guzmán"), así como de una flotilla de avionetas con las que sobrevolaban la entidad entre las 12 de la noche y las cuatro de la mañana. Recibían apoyo institucional "de los tres niveles de gobierno".

La información del reportero Jiménez Mota procedía de un documento clasificado por la Secretaría de Gobernación que llevaba por título: "Los Tres Caballeros. Narcotráfico". El documento señalaba que los Beltrán visitaban por separado la entidad, se alojaban en propiedades a nombre de terceras personas y eran protegidos en sus traslados por un ex comandante de la policía municipal de Cajeme, Carlos Sánchez, quien pertenecía "al primer círculo del director general de la Policía Judicial del estado, Roberto Tapia Chan".

Los cargamentos de los Beltrán eran escoltados por patrullas de la judicial a lo largo de brechas y terracerías. En varias ocasiones habían logrado huir, a bordo de sus avionetas, de los operativos montados por el ejército.

Jiménez Mota desapareció en abril de 2005, poco tiempo después de publicar su reportaje. Acababa de decirle a una amiga que iba a entrevistarse con una de sus fuentes, "a la que había notado muy nerviosa". Su cuerpo nunca fue encontrado. Sus superiores sabían que preparaba una serie de trabajos que involucraban a gente cercana al gobernador Eduardo Bours en la venta de protección a los Beltrán.

A la desaparición del reportero le siguió la muerte del narcotraficante Raúl Enríquez Parra, El Nueve. Lo hallaron en un predio, envuelto en una cobija. Sus verdugos lo habían torturado a rabiar. Luego arrojaron su cadáver desde una avioneta. Según la declaración del teniente de la Policía Municipal Jesús Francisco Ayala, las muertes del reportero y el narcotraficante estaban conectadas.

El periodista de El Imparcial, dijo el teniente, esperaba una grabación telefónica que ubicaba a Ricardo Bours, ex alcalde de Cajeme y hermano del gobernador del estado, como contacto institucional de los Beltrán Leyva en Sonora. El oficial señaló al procurador del estado, Abel Murrieta, al jefe de la Policía Estatal, Roberto Tapia Chan, al director de la policía de Navojoa, Luis Gastélum, como autores intelectuales del secuestro. El levantón habría sido realizado por órdenes de este último. Un grupo de policías municipales detuvo al reportero y lo entregó a Los Números (el grupo de Raúl Enríquez Parra). Según el testigo, la grabación que Jiménez Mota estaba aguardando contenía una charla entre el jefe de la Policía Estatal y el narcotraficante Raúl Enríquez Parra, en la que el hermano del gobernador era mencionado como protector de las mafias que operaban en la entidad.

Jesús Francisco Ayala había sido, durante dos años, chofer de Luis Gastélum. Había presenciado reuniones entre su jefe y El Nueve, en las que se determinó la muerte de diversos personajes. Un día sintió que sabía demasiadas cosas. Que Gastélum no iba a tardar en ir por él. "Había sido testigo de muchos de los encuentros donde se daban órdenes de eliminar gente", le dijo al reportero Ricardo Ravelo. Decidió integrarse al programa de testigos protegidos.

El gobernador Eduardo Bours calificó de dolosa la versión que señalaba a su hermano. "No es posible que se le dé importancia y se señalen culpables", dijo.
Cuando Joaquín López Dóriga dio a conocer el testimonio de dos mujeres secuestradas que habían escuchado una conversación telefónica entre sus plagiarios y el jefe de la policía, Roberto Tapia Chan, el infierno se desató. En sucesivas incursiones federales se incautaron ranchos y casas en los que, además de armas, autos y joyas, aparecieron leones y tigres. Una versión señala que Raúl Enríquez Parra fue acusado por los Beltrán de "calentar" la plaza y ordenaron su ejecución.

En términos formales, el gran debut de Los Tres Caballeros en la prensa ocurrió un mes después del asesinato del reportero de El Imparcial. Jiménez Mota se había quedado corto. Además de extender sus tentáculos en Sonora, Chihuahua y Sinaloa, los hermanos Beltrán dominaban 11 estados de la República. El arranque del sexenio de Vicente Fox había significado su época dorada. Operaban en Guerrero, Morelos, Chiapas, Querétaro, Sinaloa, Jalisco, Quintana Roo, Tamaulipas, Nuevo León, Estado de México y el Distrito Federal. Su poder tocaba incluso "la casa número uno de México": habían logrado extender su poder a Los Pinos, a través de un oscuro personaje que coordinaba las giras presidenciales: Nahum Acosta Lugo.


El contacto en Los Pinos

En febrero de 2005 la DEA registró una conversación telefónica entre Nahum Acosta y Arturo Beltrán Leyva. Acosta, un personaje de medio pelo en el PAN sonorense, había fungido como delegado del Instituto Nacional de Migración y se había visto envuelto en un escándalo de corrupción a resultas del cual el gobierno de Estados Unidos le retiró la visa. En 2001, sin embargo, el panista Manuel Espino lo recomendó como director de área en la coordinación de giras presidenciales. Cuando la DEA puso en manos de las autoridades mexicanas una grabación telefónica en la que Nahum alternaba créditos con Arturo Beltrán, el procurador Rafael Macedo de la Concha abrió una investigación que no tardó en ser filtrada a la prensa.

Por esos días la PGR atendió una denuncia anónima que indicaba que en Cerrada de la Loma 17, en el fraccionamiento La Herradura, Estado de México, se había detectado un movimiento de personas armadas, así como la presencia de los hermanos Arturo y Héctor Beltrán.

Los archivos de la SIEDO revelaron que aquel domicilio se hallaba engarzado con la detención de un narcotraficante en cuya agenda había aparecido el número de teléfono 52 94 41 11. Aquel número había sido asignado a la casa ubicada en Cerrada de la Loma 17. El contrato estaba a nombre de Clara Laborín, la esposa de Héctor Beltrán Leyva.

as autoridades solicitaron una orden y catearon el domicilio. Los Beltrán se habían esfumado. Pero la policía encontró dos millones de pesos en joyas y varias camionetas BMW, entre otros vehículos blindados. Halló también una tarjeta de presentación a nombre de Nahum Acosta, una agenda telefónica en la que este funcionario aparecía bajo la leyenda "Presidencia", y cinco audiocasetes en los que Héctor Beltrán había grabado diversas conversaciones con sus lugartenientes. En una de las cintas, Beltrán le pedía a cierto operador que entregara cinco mil dólares a Nahum. En otras grabaciones, Nahum Acosta se mostraba parlanchín y hablaba con Beltrán de sus actividades, las giras presidenciales, los lugares que había visitado y las enfermedades de sus hijos. Un día le contó que acababa de sobrevolar su casa en helicóptero; otro, lo urgió a que terminara cuanto antes "el negocio de Acapulco".

El guardia de seguridad que cuidaba el fraccionamiento relató que los habitantes de la casa parecían muy ricos, que continuamente había entradas y salidas de hombres armados, y que hacía poco había ido de visita "alguien de la presidencia de la República, de apellido Nahum", quien se había presentado como "del Estado Mayor Presidencial".

Nahum Acosta fue acusado de filtrar información gubernamental de primer nivel al crimen organizado. Según el procurador Macedo de la Concha, las pruebas en su contra eran "serias y contundentes". Se había comprobado que recibió los cinco mil dólares enviados por el capo. Por si faltara algo más, el número de Beltrán aparecía registrado en su celular.

Acosta se defendió diciendo que desconocía las actividades delictivas de Héctor Beltrán, y que sólo había visitado la casa de éste con intención de rentarla. El subprocurador, José Luis Santiago Vasconcelos, respondió: "Yo creo que ninguno de los servidores públicos que estamos actualmente desempeñándonos pudiera tener capacidad económica para rentar una de estas casas, con seis niveles y esta riqueza". El sueldo de Nahum era de 79 mil pesos.

El escándalo colocó a los Beltrán en un rango de visibilidad que no habían tenido nunca. Paradójicamente, según Santiago Vasconcelos, sirvió para boicotear la investigación. A pesar de las pruebas "serias y contundentes" del procurador Macedo, un juez liberó 60 días después a Acosta "por falta de elementos para procesar". Tiempo después, el PRD lo lanzaría como candidato a la alcaldía de Agua Prieta. Según el presidente de ese partido, Jesús Ortega, Nahum Acosta era inocente. "Esa es la verdad legal", dijo.


El narcovideo

En 2005 el brazo operativo del cártel de Sinaloa, los hermanos Beltrán Leyva, tenía frentes de batalla abiertos en todo el país. Embestía en el corredor del Golfo a Tony Tormenta, hermano de Osiel Cárdenas Guillén. Enfrentaba en Tijuana a los Arellano Félix. Disputaba en Chihuahua cada centímetro de territorio al cártel comandado por Vicente Carrillo y Nacho Coronel. Tenía el control absoluto de Sinaloa, Sonora, Coahuila y Durango. Su asociación con La Familia le había abierto, desde Michoacán, la ruta del Pacífico.

En los pliegues del estado de Guerrero, los Beltrán habían fincado uno de sus principales centros de operación. A cambio de un millón de dólares compraron los favores del subdirector operativo de la Policía Ministerial, Julio López Soto.

"Trabajaban sin problemas", señaló el chofer de este jefe policiaco. Según se demostró después, controlaban también a los principales mandos de la AFI destacados en la zona. Su ala ejecutora, Los Pelones, conformada por 350 pistoleros, muchos de ellos reclutados en la Mara Salvatrucha, se movía con libertad por el estado, ostentando armas de grueso calibre.

Una mañana, el subdirector al que compraron los Beltrán fue levantado por Los Zetas. Tony Tormenta había enviado a 120 de ellos a disputar la plaza, con un mensaje de su lugarteniente, Gregorio Saucedo, El Caramuela: "Que les iba a rajar la madre a todos los pelones y a todos los que tomaron parte en la repartición del millón de dólares que le dieron a Julio, el subdirector, y que reciban un saludo del señor Goyo Sauceda".

El lugarteniente de Arturo Beltrán, Édgar Valdez Villarreal, La Barbie, tomó nota del mensaje y decidió devolver el saludo. Lo hizo con la ejecución prime time de uno de Los Zetas que llegaban de avanzada al territorio.

En mayo de 2005, tres ex militares procedentes de Nuevo Laredo fueron ubicados en Zihuatanejo por La Barbie. Un comando de hombres vestidos de negro, en cuyos uniformes aparecían las siglas de la AFI, los levantó. No les tomó mucho confesar que pertenecían al cártel del Golfo. Confesaron también que en la bahía de Acapulco los aguardaba uno de sus cómplices.

El Zeta que los esperaba en Acapulco iba a ser la estrella principal de un narcovideo que estremeció al país. Se llamaba Juan Miguel Vizcarra y había llegado a la bahía simulando pasar, en compañía de su novia, unas vacaciones. Vizcarra le había confesado a su pareja sus verdaderas intenciones: "Lo que hago es llevarme personas, y estamos aquí en Acapulco buscando gente del otro cártel; estamos buscando a unos tipos que entraron a nuestro territorio y asesinaron a miembros de la familia Zeta. Mi misión es llevarme a los responsables".

Agregó: "Estamos en la boca del lobo, ya que si nos atrapa la policía, no nos llevarán a las autoridades, sino con los jefes de la organización".
El 15 de mayo, el Zeta recibió dos llamadas. Al colgar la primera vez, dijo: "Atraparon a esos idiotas en Zihuatanejo". Al colgar la segunda: "Estamos jodidos, ya atraparon a dos de mi destacamento… cuando atrapan a uno los atrapan a todos".

Así fue. Vizcarra y su novia intentaron salir del hotel para volver a su estado. En la puerta los esperaban varios hombres con siglas de la AFI.
Esa madrugada —relata el semanario Proceso— el cártel del Golfo intentó comunicarse a la oficina del procurador general de la República. No hubo éxito. Dejaron un mensaje: "Los comandantes de las plazas de Acapulco y Zihuatanejo, el día de ayer, detuvieron a cinco Zetas, los cuales fueron entregados a gente de Arturo Beltrán… si éstos no son puestos a disposición en un término de 48 horas, desataremos una guerra contra estas dos plazas, no importando si hay agentes nuevos o viejos, incluso le levantaremos a la prensa nacional al titular de la AFI".

Pero Los Zetas no fueron puestos a disposición: se los entregaron a La Barbie. A la novia de Vizcarra la dejaron ir.

Ese mismo día los miembros del destacamento fueron videograbados, con el rostro desfigurado a golpes, mientras respondían mansamente a los cuestionamientos lanzados por un interlocutor invisible. Hacia el final de la grabación, ese interlocutor, La Barbie, se acercó a Vizcarra con una pistola en la mano y le descerrajó un ti
ro en la sien: "¿Y tú qué, güey?".

El narcovideo desató una investigación federal, puesta en marcha por el subprocurador José Luis Santiago Vasconcelos, en la que resultaron involucrados un subcomandante de la AFI, un jefe regional y una decena de agentes. Los indiciados formaban parte del círculo de confianza del entonces director de la AFI, Genaro García Luna. Desató también una serie de ejecuciones en serie. En poco tiempo fueron asesinados un jefe de seguridad del Ayuntamiento y un teniente de corbeta que se había infiltrado entre Los Pelones. En julio de 2005 el ex procurador de Justicia, José Robles Catalán, fue tiroteado mientras desayunaba en el restaurante La Perla. En los tres meses siguientes se registró la desaparición de 27 tamaulipecos. A cuatro de ellos los enterraron vivos. Balaceras y persecuciones se volvieron moneda corriente en las calles del puerto: en enero de 2006, Zetas y Pelones se enfrascaron en una refriega que duró 30 minutos. Una tarde apareció un hombre descuartizado. Sus miembros habían sido repartidos en cinco bolsas de plástico. Junto a él, una cartulina: "Ahí está tu gente, aunque te proteja la afi, soldados y otras corporaciones, sigues tú Edgar Valdez Villarrreal (barbie), Arturo Beltrán Leyva, y tú, Lupillo, sigue riéndote que te voy a encontrar. Atentamente, La Sombra".


El atentado

La investigación abierta por el subprocurador general de la República, José Luis Santiago Vasconcelos, a raíz de la difusión del narcovideo de Acapulco, provocó que los operadores de Arturo Beltrán movieran sus piezas dentro de la SIEDO "para calmar las cosas". Pero Vasconcelos seguía siendo una piedra en el zapato de Beltrán. Era él, precisamente, el que había llevado la indagatoria que reveló sus nexos con Los Pinos. Era él quien había manejado el caso del reportero Jiménez Mota, desatando la operación que cubrió de llamas el estado de Sonora.

Con el cambio de administración Santiago Vasconcelos había dejado la Subprocuraduría, para pasar al área jurídica y de asuntos internacionales de la PGR. El hombre que luego de 14 años en el combate a las drogas conocía como nadie las entrañas del narcotráfico en México quedó bajo la protección de un puñado de escoltas. Arturo Beltrán decidió que había llegado la hora de ajustarle las cuentas.

El 17 de diciembre de 2007 varias camionetas de lujo, una de ellas con placas de Estados Unidos, se instalaron en una calle del sur de la ciudad. Los encargados de un negocio de hamburguesas describieron a los individuos que las tripulaban como "hombres con facha de guardaespaldas". Varias motos con antenas y equipos de comunicación se acercaron a ellos. De pronto, el grupo se desplazó hacia Fuentes del Pedregal. Tenía la misión de reconocer el terreno, la ruta que Santiago Vasconcelos cubría diariamente para llegar a su casa. El plan se frustró de manera fortuita. Esa madrugada, alertadas por la presencia sospechosa de las camionetas, 15 patrullas de la policía capitalina acordonaron la zona. Cinco sujetos fueron aprehendidos.

No se detuvo, sin embargo, la operación. Desertores del ejército habían desarrollado el plan y recomendado las armas necesarias para penetrar el alto blindaje de que estaba dotado el auto del ex subprocurador. Los Beltrán sabían que Santiago Vasconcelos llegaba a su casa a las 12 de la noche. Para evitar que ocurriera lo de la vez anterior, un nuevo comando abordó tres camionetas viejas, una de ellas modelo 1971. El plan consistía en cerrar el paso al convoy del funcionario, formado por cuatro autos, y accionar un lanzagranadas contra su vehículo. El resto del grupo bajaría entonces de las camionetas, vomitando fuego.

José Luis Santiago Vasconcelos no fue detectado por los pistoleros. Había decidido tomar, a partir de aquel día, unas vacaciones. El nerviosismo de uno de los sicarios llamó la atención de una patrulla, que se acercó para checar el vehículo. Adentro había tres hombres con armas largas y chalecos con las siglas FEDA (Fuerzas Especiales de Arturo).

Vasconcelos fue enterado de los planes de los Beltrán esa misma noche. El encargado de comunicarle la detención de los sicarios fue su sucesor en el cargo, Noé Ramírez Mandujano, que un año más tarde quedaría formalmente preso bajo cargos de cohecho y delincuencia organizada, acusado de recibir pagos de 450 mil dólares a cambio de poner a la SIEDO bajo las órdenes de los Beltrán.


La conexión Morelos

22 de octubre de 2008. A las puertas de la Procuraduría de Justicia del estado de Morelos, tres vehículos aguardan la salida del subprocurador, Andrés Dimitriades Juárez. La orden es ejecutarlo. Dentro de las unidades hay 12 hombres, cada uno con un arma larga. El jefe del grupo es un agente de la Policía Metropolitana llamado Esteban Royaceli. Le dicen El Royal. Uno de los participantes en la ejecución —un agente apodado El Negro— relató más tarde: "De la Procuraduría nos iban a avisar cuando saliera el subprocurador Dimitriades, y como a las 10 de la noche nos avisaron que salió en un coche blanco, con dos escoltas. Se inició la persecución por la avenida Zapata".

Dimitriades advirtió que lo iban siguiendo. Con el acelerador a fondo, tomó la carretera México-Cuernavaca, con dirección a Acapulco. Comenzaron a dispararle desde un Megane. Declaró El Negro: "Le pegaron un tiro al chofer y se estrelló contra una barda y allí fue cuando todos comenzaron a dispararle a Dimitriades".
El mes anterior habían sido asesinados el director de la policía de Jiutepec, Jorge Alberto Vargas, y su chofer. El comando dirigido por Esteban Royaceli les dio el "cerrón" cuando salían de la casa del funcionario. Subieron a ambos a una camioneta y los llevaron a una casa de seguridad.
"Se le reclamó que si ya había arreglo, por qué no lo había respetado", contó El Negro.

El jefe policiaco acababa de poner a disposición de Dimitriades a un grupo de pistoleros de los Beltrán, a los que había aprehendido en posesión de varias armas de fuego. El hecho de faltar al "arreglo" le valió ser torturado por dos horas, antes de que Royaceli se decidiera a asesinarlo. Su chofer fue ahorcado con un lazo. El Royal le cortó el dedo índice de la mano derecha, y se lo metió en la boca, enrollado en un billete de 20 dólares. Los dos cuerpos fueron abandonados en el camino a Temixco.
Según la investigación PGR/SIEDO/UEIDCS/166/2009, las ejecuciones habían sido ordenadas por Alberto Pineda Villa, El Borrado, uno de los principales operadores de Arturo Beltrán Leyva en la entidad. La pesquisa reveló que El Borrado y su hermano, Mario Pineda Villa, El MP, habían creado un ejército de gatilleros integrado por asesinos reclutados en las calles y cooptados en las policías locales.

Pero eso no se supo hasta tiempo después, cuando Royaceli y El Negro fueron detenidos en el Estado de México en momentos en los que conducían un cargamento de armas.

De momento, la ejecución de Dimitriades creó un clima de histeria en la entidad. El secretario de Seguridad Pública de Morelos, Luis Ángel Cabeza de Vaca, fue criticado por no haber actuado para detener a los asesinos: en el 066 se habían recibido más de ocho llamadas reportando la balacera. Cuando la prensa le preguntó si existían datos de la presencia de los hermanos Beltrán en la zona, Cabeza de Vaca respondió: "En caso de existir la presencia del narcotráfico en el estado, la propia PGR realizará las investigaciones necesarias".

Cabeza de Vaca pasaba por alto el reciente asesinato del director operativo de la Policía Ministerial, Víctor Enrique Payán. Lo habían encontrado en la cajuela de su auto, con tiro de gracia, lastimaduras en el cuello y un mensaje que rezaba: "Así les va a pasar a todos los que anden con Joaquín El Chapo Guzmán, Ismael El Mayo Zambada e Ignacio Nacho Coronel".

La noche del 5 de mayo de 2009 no quedó duda, en todo caso, de la penetración del narcotráfico en el estado. Una indagación de la Policía Federal culminó en una residencia ubicada a menos de 100 metros de la casa de gobierno del mandatario estatal, Marco Antonio Adame. En esa casa se verificaba una fiesta. Alguien había llevado un cerdo. Los invitados hacían carnitas. Elementos del grupo Indio recibieron la orden de entrar. Dos helicópteros iluminaron la fachada. Dos camiones de asalto blindados se detuvieron frente al portón. Los federales no hallaron al hombre que buscaban, Alberto Pineda Villa, El Borrado, pero detuvieron a sus tíos, y también a los padres de éste. Tenían 73 y 59 años, respectivamente. Tenían, también, seis armas largas y siete cortas.

La abogada Raquenel Villanueva fue contratada para defenderlos (sería masacrada en Nuevo León el 9 de agosto de 2009). En los días que siguieron, aparecieron 10 narcomantas dirigidas a Felipe Calderón, con amenazas para Genaro García Luna. Una de ellas decía: "Felipe Calderón estamos conscientes de nuestros actos, pero en total desacuerdo en que involucren a padres, hermanos y demás familiares; es una regla mundial que ha existido en todos los tiempos (la familia se respeta)".
Las declaraciones que rindieron El Negro y El Royal tras su aprehensión en el Estado de México provocaron la captura del comandante de la Policía Ministerial, Salvador Pintado, con 11 gramos de cocaína encima y armamento de uso reservado para el ejército. Lo habían señalado como encargado de negociar con el gobierno de Adame un conjunto de puestos clave para la organización Beltrán.

La detención de los padres de El Borrado, la captura de Pintado y las declaraciones de los asesinos del subprocurador Dimitriades, formaron un coctel altamente explosivo. El primero en sufrir los efectos fue el secretario de Seguridad Pública del estado, Luis Ángel Cabeza de Vaca (el mismo que dudaba de la existencia del narcotráfico en Morelos). El Negro y El Royal lo señalaron como protector del cártel de los Beltrán. Cuando fue detenido por el ejército, su esposa publicó un desplegado en el que afirmaba que el funcionario "únicamente recibió órdenes" del gobernador Adame. Un juez le decretó formal prisión por el delito de colaboración en delincuencia organizada.

El segundo en caer fue el secretario de Seguridad Pública de Cuernavaca, Francisco Sánchez González. El tercero, el procurador de Justicia del estado, Francisco Coronado. La ola expansiva corrió incontenible. El 10 de mayo, militares detuvieron en Yautepec a 34 policías municipales, así como al secretario de Seguridad Pública local.

Dentro de la estructura de los Beltrán, El Borrado tenía la tarea de recibir información filtrada por la SIEDO. Un agente de la AFI, Francisco Javier Jiménez, El Pinocho, era el contacto que lo enlazaba con el coordinador técnico de esa corporación, Miguel Colorado González (otro de los funcionarios detenidos durante la Operación Limpieza). Según la averiguación 0241/2008, El Borrado también fue responsable de "enganchar" al subprocurador Noé Ramírez Mandujano, hoy sujeto a proceso en Nayarit. El nivel de El Borrado en el cártel era semejante al de Sergio Villarreal, El Grande. La detención de sus padres lo puso fuera de sí.

Información manejada por Proceso señala que en octubre de 2008 el secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, fue interceptado en la carretera de Tepoztlán por un número indeterminado de pistoleros que viajaban en vehículos blindados. Según el semanario, García Luna habría recibido el siguiente mensaje: "Este es el primero y último aviso para que sepas que sí podemos llegar a ti si no cumples con lo pactado".

La DEA circuló la versión de que El Borrado, desesperado por la prisión de sus padres, le pidió a Arturo Beltrán Leyva la ejecución del secretario García Luna. No hay reporte de la respuesta de Beltrán, pero sí indicios de que inició su propia "operación limpieza" dentro del cártel, a fin de pacificar el estado. El 12 de septiembre de 2009 el cadáver de Mario Pineda Villa, El MP, hermano de El Borrado, fue hallado en la Autopista del Sol, a la altura de Huitzilac, con una manta que decía: "Así terminan los traidores y los secuestradores. Aquí está El MP". Firmaba: "El Jefe de Jefes".

Días después, el cuerpo del propio Borrado apareció calcinado dentro de un auto en Jantetelco. En poco más de un mes se registraron 25 ejecuciones. Todas ellas acompañadas con mantas, cartulinas, mensajes: "Esto les pasa a los secuestradores, le pido a toda la ciudadanía no lo tomen a mal, es por el bien de todos, atentamente El Jefe de Jefes".

unto a dos cuerpos torturados se encontró en Moyotepec este narcomensaje: "Comando: Rafael Deita López (alias lágrimas) robo a mano armada, Maximino lopez por robo a casa habitación y robo de cobre de luz y fuerza y Telmex, tú sabes que esta plaza siempre ha sido mía nos equivocamos al poner un par de traidores y cobardes como el mp y el borrado de los cuales tú aprendiste las mañas, no seas cobarde… mi gente y yo estamos listos para pelear con quien sea, no me importa que te apoye el chapo, mago, nacho coronel, lobo valencia y los michoacanos, no vamos a permitir secuestros ni extorsiones deja de amenazar familias. Atte. Jefe de jefes".

Ese fue el mes en que Héctor El Negro Saldaña y tres acompañantes fueron hallados en una camioneta en la delegación Miguel Hidalgo, al poniente de la ciudad de México, con un mensaje firmado por El Jefe de Jefes: "Por secuestradores. Job 38:15". (Job 38:15: "Entonces la luz fue quitada a los impíos".) Ese fue el mes en el que el alcalde de San Pedro Garza, Nuevo León, que medio año atrás había sido grabado al momento de afirmar que había llegado a un acuerdo con los Beltrán Leyva para detener los secuestros en el municipio, anunció la muerte de El Negro Saldaña —¡cuatro horas antes de que la policía se enterara!

Saldaña era un narcotraficante ligado a los Beltrán. Tras la detención de un operador de éstos, logró apoderarse de la plaza de San Pedro y comenzó el secuestro de familiares de la cúpula empresarial de Monterrey. Exigía rescates de hasta cinco millones de pesos y llegó a realizar hasta tres secuestros por semana. El alcalde de San Pedro, Mauricio Fernández, fue grabado en una reunión de empresarios ante los que confesó que eran los Beltrán, y no la policía, los que habían evitado que San Pedro Garza se deteriorara: sus familias vivían ahí, antes que traficar con drogas les interesa la seguridad de éstas.

"O sea, o montamos todo este aparato de seguridad, que ellos tampoco están en contra porque es para sus propias familias también… No sé cómo decirte, o sea, lo que yo voy a tratar de hacer, hasta ahora me estoy dando cuenta de que no está tan complicado como yo imaginé, porque los propios Beltrán Leyva están de acuerdo… Está más arreglado de lo que te puedas imaginar, si entramos rápido".

La nueva estrategia de Arturo Beltrán, ¿consistía en pacificar los territorios donde operaba a cambio de que las autoridades lo dejaran traficar? Algunos analistas creyeron advertir que El Barbas dirigía toda clase de guiños al gobierno federal.

Desde su ruptura con El Chapo había vuelto a aliarse con Vicente Carrillo, pactó con Heriberto Lazcano, entabló relaciones con los sucesores de los Arellano Félix. No sólo controlaba la frontera norte, sino también el corredor del Pacífico. Según Jorge Fernández Menéndez, mientras El Chapo tenía los mejores contactos y la capacidad de operación para traer droga a México, Beltrán tomaba la frontera y una buena parte del litoral.

El enfrentamiento entre ambos capos explicaba la violencia en que el país había vivido sumergido. No era una lucha —dice Fernández Menéndez— por el control del territorio, sino por la supervivencia de sus cárteles.

En los peores días de la refriega con su antiguo aliado, Beltrán había hecho colocar esta narcomanta: "Con todo respeto a su investidura Sr. Presidente le pedimos que abra los ojos y se dé cuenta de la clase de personas que tiene en la PFP nosotros sabemos que usted no tiene conocimiento de los arreglos que tiene Genaro García Luna desde el sexenio de Fox con el Cártel de Sinaloa que protege al Mayo Zambada, a Los Valencia, Nacho Coronel y Chapo Guzmán… Pedimos que pongan a personas que combatan al narco de forma neutral y no incline la balanza a un solo lado".

Sabía que estaba en marcha la cacería que terminó en la torre Elbus del fraccionamiento Altitude, el 16 de diciembre de 2009.


La batalla de Cuernavaca

Esta es la leyenda que ha quedado impresa en periódicos, revistas y declaraciones ministeriales. El sábado 5 de diciembre Arturo Beltrán Leyva fue padrino de un bautizo en Puebla. Permaneció en la entidad hasta el jueves 10, día en que decidió volver a Morelos. Su convoy era tan aparatoso que llamó la atención de la Policía Ministerial. Vino el tiroteo. La gente que caminaba por avenida Hidalgo y el bulevar Forjadores se tiró al piso. Dos judiciales quedaron heridos y un municipal murió.
Beltrán tuvo dejar atrás a cinco de sus gatilleros y también 11 vehículos. Huyó en helicóptero desde el hotel Villa Florida. Según el director operativo de la DEA, Anthony Placido, iba herido. El contralmirante José Luis Vergara, vocero de la Secretaría de Marina, dijo que no: la noche siguiente reapareció en una posada en el fraccionamiento Los Limoneros, a las afueras de Tepoztlán. El lugarteniente Manuel Briones, ex agente de la Policía Metropolitana que se integró al cártel como sucesor de El Borrado, se encargó de su seguridad. De Briones dependía el ejército de Halcones que realizaba en el estado labores de vigilancia: a él se le achaca el asesinato de 40 de los miembros "incómodos" de la organización delictiva.

Los sicarios que Beltrán había dejado atrás en Puebla fueron llevados en avión a las instalaciones de la SIEDO para ser interrogados. Una versión señala que el capo sinaloense había sido detectado por la DEA desde que visitó a un cirujano plástico en el Hospital Ángeles de Puebla. El cruce de datos provocó que en una reunión del gabinete de seguridad se decidiera entregar la información al almirante José Luis Figueroa. Desde la presidencia se ordenó que el operativo corriera a cargo de la Secretaría de Marina.

Alrededor de las dos de la mañana, cuando la música alcanzaba su mayor intensidad, la operación comenzó. Los marinos irrumpieron en el fraccionamiento. Vecinos reportan que la balacera duró dos horas. Beltrán volvió a dejar a sus sicarios atrás. Huyó en un vehículo Toyota, posiblemente en compañía de La Barbie. Briones, el encargado de su seguridad, bajó por una barranca y se escondió en la maleza un día entero. Municipales de Cuernavaca y agentes de la SIEDO aparecieron en el fraccionamiento cuando el tiroteo era más tupido, pero se retiraron sin tomar parte en la operación. La Armada aseguró a 40 personas, 11 de las cuales eran sicarios. El resto, músicos y sexoservidoras. En la casa fueron hallados 280 mil dólares, 20 armas, mil 700 municiones. Hubo tres muertos (entre ellos, una vecina del fraccionamiento). El vehículo en el que supuestamente habían escapado los capos fue hallado en Cuernavaca. Tenía huellas de sangre en la manija de la puerta izquierda y en el asiento delantero. Una versión señala que Beltrán volvió a ser detectado por la DEA tras recibir atención médica en un nosocomio de la capital morelense. Había dejado como domicilio el departamento que ocupaba en el condominio Altitude.

El 16 de diciembre los miembros del gabinete de seguridad fueron informados con sólo 20 minutos de anticipación de que la Armada iba a iniciar en Cuernavaca el operativo de captura de Arturo Beltrán Leyva. Se pidió al responsable de la 24 Zona Militar, el general Leopoldo Díaz, que cubriera el perímetro.

De acuerdo con documentos consultados por el reportero Ricardo Ravelo, un cocinero declaró que Beltrán Leyva iba a comer, aquel día, precisamente con el general Leopoldo Díaz. Declaró también que el capo estaba en compañía de La Barbie, pero que éste desapareció antes de que comenzaran las acciones. Beltrán había sido informado por su círculo de seguridad, Los Zafiros, sobre movimientos extraños en la calle. De acuerdo con el vocero de la Secretaría de Marina, supo que iban por él desde la una de la tarde, cuatro horas antes de que iniciaran los disparos, cuando un helicóptero sobrevoló el conjunto Altitude: "Él ya sabía. Cuando escuchó el ruido del helicóptero se percató de eso, entonces se fue a su lugar y se preparó para hacer frente; él sabía que tarde o temprano iban a llegar por él".

A las nueve de la noche, con seis pistoleros, Beltrán inició la defensa. "Estuvo participando en el tiroteo en contra de nosotros, creo que eso habla de que no estaba herido", explicó el vocero.

Según la Marina, desde el mediodía y hasta las cinco de la tarde, los integrantes de las fuerzas especiales desalojaron a los habitantes de las 12 torres que forman el conjunto Altitude. Más de 100 efectivos se desplegaron en el lugar. Se dio la orden de ataque: desde vehículos artillados los marinos accionaron ametralladoras 7.62. Beltrán y sus hombres respondieron desde las ventanas del departamento 201 con granadas y ráfagas de AK-47.

Dos sicarios que se hallaban en la planta baja abrieron fuego contra los miembros de la Armada. "Fueron abatidos de inmediato". Otros tres resistieron el asedio durante cuatro horas. Un marino fue alcanzado por una granada de fragmentación en las escaleras de emergencia. Se decidió detener la incursión, hasta que el parque de Beltrán se agotara. Mientras, los vehículos artillados siguieron atacando. Dos sicarios de Beltrán murieron en la sala. Cuando comprendió que estaba perdido, un tercero, el hijo de un famoso narco, El Chalo Araujo, saltó por los ventanales para suicidarse. Durante su caída, una bala expansiva le reventó en la espalda.

La última comida de El Jefe de Jefes, el hombre que compraba voluntades a cambio de millones de dólares y traficaba cargamentos que se medían en toneladas; el hombre de las joyas, los animales exóticos, los ranchos, los palacios, las avionetas, consistió en unos huevos con jamón que bajó a sorbos dados a una Coca-Cola de plástico. Había hecho llamar a dos masajistas, una de 18 años, otra de 44, con las que pasó sus últimas horas.

Según la Marina, a las nueve de la noche Beltrán abrió la puerta del departamento y enfrentó a los efectivos con intenciones de huir hacia el elevador. Le dispararon a menos de tres metros de distancia. Una de las balas le arrancó el hombro de cuajo.

Las primeras fotos lo muestran, no en la puerta del departamento, sino en el interior de éste, con una bebida energética junto a las manos. De acuerdo con la versión oficial, los marinos lo hallaron con los pantalones en las rodillas y la playera alzada hasta el pecho. "Yo creo que él cayó herido y a lo mejor le aflojaron la ropa, lo jalaron y fue que quedó en esa posición. Ya estaba así", dijo el almirante José Luis Vergara.

Una foto muestra a tres civiles embozados, vestidos con sudaderas y guantes de látex rojo, bajándole los pantalones hasta más allá de las rodillas, y colocando al cadáver sobre una sábana blanca. En una tercera foto, esos mismos personajes comienzan a desplegar, macabramente, joyas y billetes ensangrentados sobre el cuerpo.

No se ofreció explicación oficial sobre la vejación del cadáver. Tampoco sobre la identidad de los civiles embozados.

El almirante Vergara sostuvo que el objetivo de la Armada era capturar al delincuente con vida. "Pero asumió una actitud de no dejarse atrapar". En un acta ministerial que las autoridades no han dado a conocer, las dos masajistas afirmaron que Arturo Beltrán se había rendido, que su último gesto fue el de entregarse, antes de morir desangrado en un departamento de lujo.

@EPN no es el Presidente de México

Posted: 04 Dec 2014 03:30 PM PST

El jueves pasado constituyó la última oportunidad de Enrique Peña Nieto para demostrar al pueblo mexicano y a la opinión pública internacional que él es en verdad el primer mandatario del país.

Si fuera él quien realmente diera las órdenes, hubiera tomado el sartén por el mango, pedido la renuncia de la mayor parte de su gabinete y llamado a un amplio proceso de reconciliación nacional. Una acción clara y valiente de esta naturaleza le hubiera abierto una pequeña ventana de posibilidad.

Para poder cambiar el curso de la historia presente. Pero ya es demasiado tarde. Este 30 de noviembre de 2014 culmina el segundo año de la presidencia de Peña Nieto con la sociedad de pie y más fuerte que nunca (Saúl Hernández dixit. Mientras, tanto la revelación por France 24.

De un nuevo grupo de estudiantes desaparecidos en Cocula, Guerrero, como el descubrimiento por Carmen Aristegui de una nueva casa de Grupo Higa al servicio de Peña Nieto, confirman una vez más que el régimen actual está podrido hasta la médula.

Se le cayó la máscara a un sistema mafioso cuyo único interés es matar y robar. Cada día más personas se dan cuenta de que el señor que despacha en Los Pinos no es más que un viejo burócrata de cuarto nivel que solamente sabe seguir órdenes superiores. Es difícil imaginar que el pueblo aguante cuatro años más de las mismas burlas y desprecio de parte de la clase política.

La noche anterior del pomposo anuncio de su nuevo decálogo en Palacio Nacional, Peña Nieto conversó vía telefónica con el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama. De acuerdo con una fuente oficial quien habló con el diario El País bajo condición de anonimato, los dos mandatarios platicaron sobre los desaparecidos de Ayotzinapa y coincidieron sobre la "necesidad de seguir trabajando para atender cuestiones que afectan la seguridad". En otras palabras, Obama dio otro espaldarazo de impunidad a Peña Nieto y palomeó las propuestas que el mandatario mexicano presentaría el próximo día en Palacio Nacional.

E inmediatamente después del anuncio del decálogo, las primeras voces que se levantaron en un coro teatral para celebrar la iniciativa fueron las de la oligarquía nacional, representadas por el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) y la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin). Celebraron las medidas anunciadas por Peña Nieto y señalaron, no sin razón, que constituyen el perfecto "complemento de las grandes reformas estructurales aprobadas en meses recientes".

Tanto Obama como los oligarcas tienen importantes motivos para festejar el decálogo anunciado por su empleado en Los Pinos. Su esencia es acabar de una vez para siempre con la gran tradición de lucha política y conciencia social de los pueblos rebeldes de Guerrero, Oaxaca y Chiapas. Así como la consistente represión y encarcelamiento de estudiantes inocentes desde el 1 de diciembre de 2012 surge de la sed de venganza del régimen en contra de la irrupción de #YoSoy132, el nuevo ataque materializa el deseo de venganza de Peña Nieto en contra de la valiente desobediencia de Ayotzinapa y los pueblos del sur.

El mensaje de Peña Nieto fue meridianamente claro. Colocó a los "estados de la frontera norte", con sus maquiladoras infames, narcotráfico desbordado y violencia fuera de control, como el ejemplo a seguir para los estados del sur que supuestamente sufrirían las consecuencias de sus "rezagos ancestrales". En otras palabras, por medio de una combinación de limosnas, mordidas y represión, se impondrá el "orden" necesario para saquear los enormes recursos naturales del Istmo de Tehuantepec, los Altos de Chiapas y las montañas de Guerrero, así como para encadenar la población a la voluntad de Walmart, Chevron e Iberdrola.

Las nuevas "zonas económicas especiales" de Peña Nieto no son otra cosa que la resurrección del sueño de Vicente Fox de establecer un "Plan Puebla Panamá". Se mantiene firme el objetivo de destruir las culturas ancestrales del sur y convertir todos los estados de la región en una gran maquiladora al servicio del capital internacional más rapaz. Recordemos que Fox incluso prometió desde antes de tomar posesión que durante su gobierno el 20 de noviembre dejaría de celebrarse el aniversario de la Revolución Mexicana para convertirse en el día de festejo nacional del Plan Puebla Panamá.

Y los nuevos "programas sociales" promovidos por Rosario Robles en coordinación con Coca Cola, Nestlé y MacDonalds evidentemente no acabarán con el hambre lacerante en la región. Su principal objetivo será moldear los gustos y las conciencias del pueblo para que acepten sin mayor protesta la conquista del sur por los buitres del norte.

Recordemos cómo el pasado 11 de enero una parte de la comitiva de Robles embistió y mató a un niño de dos años que observaba la llegada de la funcionaria federal a un acto con Peña Nieto y Ángel Aguirre en Cochoapa el Grande, Guerrero, el municipio más pobre del país. Aunque Proceso dio a conocer la información, el incidente fue ignorado por la mayoría de los medios y encubierto por las autoridades. Fue un ensayo preliminar para los encubrimientos de Tlatlaya e Iguala, así como una clara estampa de las verdaderas prioridades de la flamante secretaria de Desarrollo Social.

La buena noticia es que una vez más el régimen demuestra su total ausencia de brújula ideológica o legitimidad histórica. Así como Carlos Salinas de Gortari tuvo que recurrir a la figura de Emiliano Zapata para intentar justificar la privatización del campo y Enrique Peña Nieto quiso utilizar el legado de Lázaro Cárdenas para defender la entrega del petróleo a manos extranjeras, hoy quien se ostenta como presidente de la República busca manipular los justos reclamos de "Todos somos Ayotzinapa" para acabar con el espíritu rebelde que hizo posible la actual efervescencia social.

La verdadera estrategia para evitar "otro Ayotzinapa" no será entonces el combate al crimen y la corrupción, sino acallar la protesta social con el fin de evitar otra crisis política similar. El régimen sigue sin capacidad de proponer o articular una nueva visión afirmativa del país y se limita a intentar robar las banderas de la sociedad y vengarse de sus adversarios. Son signos de un sistema desesperado, totalmente vacío por dentro y al borde de una implosión histórica sin precedentes.

´Los Ántrax´ mas sanguinarios que los Zetas y el Cartel del Golfo

Posted: 04 Dec 2014 03:12 PM PST

Primero, un poco de contexto Rodrigo Arechiga Gamboa, conocido en el bajo mundo como ´El Chino Ántrax´, era el jefe de sicarios de Ismael Zambada, apodado ´El Mayo´.

Zambada ha sido siempre el poder detrás del trono del Cartel de Sinaloa y luego de la detención de Joaquín Guzmán Loera, quizá sea ahora la cabeza visible de una empresa que acapara entre el 40 y 60 % del mercado de drogas mundiales y genera ganancias estimadas en tres mil mdd.

(Una cantidad de dinero similar al de las empresas Netflix y Facebook). Así que, Rodrigo Arechiga apodado ´El Chino Ántrax´ (por su rasgos físicos y por su letalidad con el AK47) no era cualquier jefe de guaruras rascuaches de botas vaqueras y cinturones piteados.

Comandaba una estructura semi-militar compuesta de no menos de 3,000 personas (atentas, prestas y dispuestas las 24 horas) con presencia en al menos seis Estados de la República Mexicana.

´El Chino Antrax´ ganó notoriedad cuando apareció en una gala boxística en las Vegas. Se realizaba una de las tantas peleas entre Juan Manuel Márquez y Emmanuel Dapidran Pacquiao. Entre los asistentes en primera fila a esta gala de salvajismo se encontraba Paris Hilton y a sólo centímetros de ella, Arechiga.

Este general de ejército privado fue detenido en Holanda, y puesto a disposición de las autoridades. Su error fue publicar en Instragram decenas de fotografías que mostraban su vida lujosa. Tras la detención, su sucesor apodado "El Mele" fue ejecutado por las facciones rivales. El liderazgo de esta máquina de violencia la disputan el "Cheyo Imperial " y el "Chavo Félix".


Al menos en teoría

Tres semanas atrás, los medios locales mexicanos publicaron una nota más de la violencia que azota el país. Una de las tantas que componen la denominada ´nota narco´ que ahora son invisibilizadas por los noticieros denominados ´grandes´. Una joven sinaloense, hermosa, atlética, de nombre Yuriana Castillo Torres fue abatida a tiros al salir de un gimnasio. Sus pecados fueron dos. Primero, ser una de esas ´narco-princesas´ que no trafican, que no entran al negocio pero rondan los lugares donde la narco-cultura se expone libremente. Segundo, su increíble parecido físico con Claudia Ochoa Félix, la ex esposa del ´Chavo Félix´.

Claudia Ochoa Félix y Yuriana Castillo compartían el mismo tipo de estructura corporal. No solamente un cuerpo atlético y definido, sino además, el tipo de cuerpo que delinea ortodoxamente el concepto de ´princesita de la mafia´. No puede ser de otra manera. Las prácticas, los saberes y los discursos (incluso por cuestionables y poco éticos que sean) se materializan en las formas de los cuerpos.

De esto último ha escrito infinidad páginas Ana María Fernández, profesora e investigadora de la UBA. Sostiene Fernández en su texto "Las lógicas colectivas. Imaginarios, cuerpos y multiplicidades" que….´los cuerpos portan las marcas, se constituyen a partir y con las huellas de las prescripciones… "marcas deseantes, pero también histórico-sociales; biológicas pero también políticas; pulsionales pero también de lenguaje´; …´el cuerpo, delimitando sus áreas de visibilidad e invisibilidad, sus principios de ordenamiento, sus formas de enunciabilidad y sus regímenes de verdad´.

La delineación del cuerpo de Claudia Ochoa Félix es un reflejo del micro-entorno en el cual esta mujer ha hecho su vida. El narcotráfico, al igual que un concurso de belleza, es un entorno donde se hace patente la lógica de los cuerpos construidos a voluntad, cuerpos diseñados a la voluntad –claro está– no personal sino de un tercero. Es un proceso en el cual, como lo expone Fernández, se hace uso de ´el artificio como recurso para lograr la perfección natural´. El artificio lo constituye no solamente el gimnasio y la dieta sino el bisturí, con el cual es posible materializar en el cuerpo el discurso de deseo masculino: senos voluptuosos, caderas increíblemente anchas, cintura marcada, facciones finas.

En suma, se trata de construir el cuerpo inalcanzable como objeto de deseo no sólo por medio de la artificialidad del bisturí. Aplica también aquello que Marcel Mauss denominó las "técnicas del cuerpo". Es decir, los recursos a través de los cuales el cuerpo aprende, encarna y hace propios los aprendizajes. Por eso, Claudia Ochoa Félix es el paquete completo, no solamente por la belleza física sino porque además se ha atrevido a escalar en las jerarquías del narcotráfico sinaloense. No tiene el estilo de las anteriores ´reinas del narco´: no provino ´de abajo´ cómo Camelia 'la Tejana´ o está emparentada con capos de antaño como lo estuvo Sandra Avila Beltrán. Tampoco tiene la dirección de un Cartel como Enadina Arellano Félix.  Pero Claudia Ochoa Félix, alias la "Emperatriz de Los Ántrax", es según los chismes de la sociedad narca, la nueva jefa del brazo de sicarios ´Los Ántrax´, y de facto, la mujer más poderosa del narcotráfico en Sinaloa, México.

El involucramiento de las mujeres en la mafia ha sido tabú, pero nada nuevo. Ombretta Ingrascì, autora del texto Mujeres en la Mafia, se ha dado a la tarea de reconstruir los relatos no públicos de las mujeres en el mundo del crimen organizado. Guissepina Sansone, del clan camorrista de la familia Pesce y Laura Titta del poderosísimo clan Casalesi, son dos de los casos más interesantes en este libro. Ambas chicas son guapas, atléticas y con cuerpos de infarto. Pero además violentas. De la misma forma como viven libremente su vida sexual también matan y hacen fortuna.

Esto último hace muy interesante comentar, precisamente, la fotografía que en las redes sociales más se comparte de la Reyna de los Antrax. Al igual que su marido, gusta de presumir la vida de glamour y excesos en Instagram y Facebook. En dicha fotografía, La Emperatriz del Narco aparece de espaldas, con ropa apretada, mostrando glúteos marcados, prominentes y en su mano derecha, un cuerno de chivo (AK 47). Caderas anchas apelando a la simbología reproductiva y en la mano derecha el ´corno´ cual elemento de representación fálica de carácter mitológico usado en la antigüedad para lograr protección.

Más simbólico esto no podría ser.

Valorar la facturación de un cártel es una tarea difícil. La cifra aportada en mi comentario la hago en referencia al dictamen técnico presentado por Patrick Radden Keefe, quien fungiera de 2010 a 2011 como asesor de políticas de la Oficina del Secretario de Defensa de Estados Unidos.

Enadina Arellano Félix es quizá, una de las mujeres más importante en el narco mexicano. Hermana de los infames hermanos Arellano Félix, quienes a finales de los años noventa manejaban el temible Cartel de los Arellano-Félix (Cartel de Tijuana), Enadina tomó las riendas del ´negocio familiar´ cuando sus hermanos se retiraron del negocio (retiro tradicional en este mundo: uno murió y el otro estuvo más de una década en prisión). El personaje encarnado por Salma Hayek en la película ´Savages´ no es otro sino Enadina Arellano-Félix.

La cinematografía contemporánea está saturada de esta temática. Series como ´Las muñecas de la Mafia´ (conocida también como las Fantásticas del Cartel) son hoy referencias del tipo Macdonlad´s que ejemplifica esta situación. Pero mucho antes de esto, a finales de la década de los noventa, la tercera entrega de la trilogía ´El Padrino´ se adelantó al tema en una forma muy novedosa. En ésta, la hermana de Michael Coreleone, en una ausencia temporal de el Padrino, decide tomar una decisión para eliminar a un rival.

 El clan delictivo de los ´Casalesi´ está afincado en la zona napolitana de Casal de Príncipe. Controla la zona del Avellino, se dedica a la extorsión, tráfico de drogas y armas. Son el clan que amenazó de muerte a Roberto Saviano luego de la publicación del libro Gomorra.

[Fin]

'Papá Pitufo', nuevo comandante de la Fuerza Rural en Apatzingán

Posted: 04 Dec 2014 03:00 PM PST

Debido a la renuncia de Alberto Gutiérrez 'El Comandante 5', Estanislao Beltrán Torres, 'Papá Pitufo' fue designado primer comandante de la Fuerza Rural de Apatzingán.

En sus primeras declaraciones 'Papá Pitufo' comentó que Apatzingán, corazón de la Tierra Caliente michoacana, está en calma. "Conozco toda la Tierra Caliente de Michoacán, sin duda Apatzingán es fundamental para los demás municipios y ahora estaremos coadyuvando.

Con las instituciones de seguridad" destacó. Beltrán Torres y José Manuel Mireles fundaron los primeros grupos de autodefensa. 'Papá Pitufo' tomó el cargo de vocero del movimiento tras el accidente que sufrió Mireles.

Posteriormente fue integrante de las Fuerzas Rurales, de la mano del comisionado para la Seguridad y Desarrollo de Michoacán, Alfredo Castillo.

El pasado 11 de octubre, 'el Comandante 5' renunció a la Fuerza Rural para dedicarse a su vida familiar y regresar a su trabajo en el campo, en Tapalcatepec, de donde es originario.

Además descartó que su decisión se haya basado por diferencias con las autoridades estatales o federales.

Ejecutan de dos disparos al dueño de "Muelles Vázquez" #Verfollow

Posted: 04 Dec 2014 01:39 PM PST

Cuitláhuac.- De al menos dos disparos en la cabeza fue asesinado la mañana de ayer, el dueño de un taller de soldadura conocido como "Muelles Vázquez".

Que se encuentra ubicado a un costado de la carretera federal Córdoba-Veracruz, a la altura de la entrada a la comunidad de El Tamarindo. El finado era José Ramírez Martínez, de 36 años, alias "El Flaco", con domicilio en El Tamarindo, el cual se encontraba con su empleado, que presenció lo sucedido e identificó el cuerpo del mecánico.

"Estábamos arreglando un tráiler, paramos un momento porque buscábamos unas refacciones en la bodega", comentó Gerardo "N", el 'chalán' de José a unos policías que llegaron a atender la llamada de auxilio, "sólo escuché varios disparos, corrí y vi a lo lejos cómo se iba el agresor a bordo de un automóvil blanco", detalló.

En el taller

Los hechos se registraron a las 11:30 de la mañana, en el negocio de reparación de unidades de carga, donde desde temprana hora, el dueño y sus empleados llegaron para iniciar labores.

José y Gerardo arreglaban un tráiler a orillas de la carretera y se dirigieron a un cuarto para buscar más herramientas. En eso, "llegó un coche blanco que se paró en la orilla, de ahí se bajó un tipo con pantalón de mezclilla, camisa y gorra negra, cubierto de la cara con un pañuelo y preguntó por "El Flaco", explicó otro empleado del taller que fue interrogado por autoridades ministeriales.

El sujeto se dirigió a la bodega y le "pegó" dos tiros a José a la altura de la cabeza con un arma corta, después salió huyendo mientras que el mecánico cayó al suelo prácticamente ya sin vida.

El empleado pidió el apoyo de socorristas del grupo B.A.C.E. A.C., los cuales sólo confirmaron el deceso del mecánico y se retiraron inmediatamente.

Minutos después llegaron elementos de Seguridad Pública (SPP), Policía municipal y de la Marina quienes acordonaron la zona para recabar información sobre lo sucedido.

Por más de una hora la zona fue asegurada, mientras que empleados del departamento de Servicios Periciales en compañía del fiscal del Ministerio Público realizaron las diligencias, siendo la perito en criminalística la que inspeccionara el cuerpo y recogiera los casquillos que estaban alrededor del cadáver, siendo un total de tres.

Según los reportes preliminares, el cuerpo de José recibió dos impactos en la cabeza.

Se espera que en próximas horas se dé un informe sobre los resultados de la necropsia.

El cuerpo fue trasladado al Servicio Médico Forense (Semefo), mientras que peritos de la Procuraduría General de Justicia (PGJ) continuaron realizando el trabajo de campo para encontrar indicios que los lleven a esclarecer el caso.

LE DAN APOYO

FAMILIA RECIBE LA NOTICIA
Amalia, esposa de José, recibió la noticia mientras preparaba la comida en espera de sus dos hijos, los cuales estaban por salir de una primaria cercana. La mujer llegó hasta el taller mecánico para corroborar el hecho y sus hermanas y cuñadas estuvieron en todo momento apoyándola, sobre todo cuando llegaron los menores de edad, los cuales entraron en crisis al ver la movilización.

Fotografías: Hacen "selfies" estudiante con arma de Gendarmería y sube al face

Posted: 04 Dec 2014 01:23 PM PST

A través de redes socialesse compartieron diversasimágenes donde aparecen estudiantes de preparatoria posando en compañía de armas de la Gendarmería Nacional, afuera del plantel de bachillerato, lo cual generó diversos comentarios de desaprobación.

Unas jóvenes estudiantes del Centro de Estudios Tecnológicos del Mar CETMAR en La Paz, Baja California Sur, portando su uniforme escolar posan en un carro oficial de la Policía Federal y con las armas de los elementos de esta, en una de estas se aprecia a un gendarme apostado en el fondo.

Las críticas se dirigieron a los elementos de la Gendarmería, cuyo desempeño ha sido cuestionado en diversas ocasiones desde su arribó a la capital tras el impacto del huracán Odile, sobre todo por los accidentes de tránsito donde se han visto involucrados o quejas ciudadanas sobre su ineficiencia.






Balacera en centro de Zihuatanejo deja muertos

Posted: 04 Dec 2014 01:15 PM PST

Un muerto y dos heridos, fue el saldo que arrojó una balacera en pleno centro del puerto de Zihuatanejo, cuando efectivos de la Armada de México y presuntos civiles armados se enfrentaron.

De acuerdo con las autoridades de Seguridad Federal, están detenidos el sujeto que resultó lesionado que responde al nombre de Oscar Borboa Robles, Manuel Villanueva Sánchez y Alberto Adame Solano.

Los hechos se registraron al filo de las 11:30 horas sobre la calle Benito Juárez, cuando un grupo de elementos de la Marina Armada de México y de la Fuerza Estatal de Seguridad, circulaban sobre la avenida principal, en pleno centro, y fueron agredidos con armas de alto poder.

En el lugar cayó herido el civil armado, Oscar Borboa Robles, de 24 años de edad, así como sus dos acompañantes que viajaban a bordo de un automóvil marca Honda, tipo Acord, color gris, con placas PRY-4909 de estado de Michoacán, mismo que al revisarlo presentaba reporte de robo.

Dos de los ocupantes intentaron escapar a pie, y nuevamente se enfrentaron a balazos, pero finalmente determinaron rendirse y se entregaron por lo que de inmediato fueron sometidos y esposados.

Mientras tanto, Óscar Borboa, quien resultó lesionado fue atendido por paramédicos de la Cruz Roja.

Elementos de la Semar revisaron a los tres hombres y la unidad y les aseguraron una pistola 38 súper, un fusil AR-15 de culata retráctil, y cuatro cargadores con más de 30 cartuchos útiles.

Durante el ataque a las fuerzas federales y estatales, el personal de la Fuerza Estatal de Seguridad, repelió la agresión al igual que los elementos de la Secretaría de Marina que tiene su base en Zihuatanejo.

La Secretaría de Marina (Semar) precisó que el enfrentamiento registrado en el puerto de Zihuatanejo, en Guerrero, se registró entre grupos criminales antagónicos. Al ser alertados de ello, infantes de Marina arribaron al lugar y lograron la detención de tres personas.

El enfrentamiento entre grupos rivales del crimen organizado, detalló, se registró alrededor de las 11:00 horas de este martes, en la calle Benito Juárez ubicada cerca del mercado municipal del puerto de Zihuatanejo, de lo cual fue alertado el personal de la Armada de México.

Al arribar al lugar en donde se registró el enfrentamiento, infantes de Marina aseguraron a tres personas, dos armas de fuego -una de ellas corta y la otra larga-, así como un vehículo, detalló la Secretaría de Marina.

Los detenidos fueron puestos a disposición de la autoridad correspondiente.

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