Tiroteos, crímenes e   ingobernabilidad mantienen aterrados a los habitantes de la zona fronteriza con   Texas, y como rehenes a los medios de comunicación rebasados informativamente por   las redes sociales. Entre los muertos por los combates hay sicarios, policías y   víctimas inocentes 
 
 La   zozobra diaria, la balacera de hoy, la suspensión de clases y los narcobloqueos,   se han convertido en el presente de muchos de los municipios de Tamaulipas, donde   la ingobernabilidad y la falta de voluntad política mantienen a sus habitantes en   una angustia permanente. 
 
 Escenas de ciudades vacías, vehículos circulando impunemente con   sujetos armados a bordo, enfrentamientos a tiros y persecuciones entre criminales,   con una autoridad ausente, son la constante que viven, desde un tiempo a la fecha,   los tamaulipecos. 
 
 Ese es el sombrío panorama de un estado grande y vigoroso por el que   aún cruza más del 50 por ciento del comercio de mercancías hacia los Estados   Unidos, y que cuenta con importantísimos yacimientos de petróleo y   gas. 
 
 La   guerra existente entre el Cártel del Golfo y Los Zetas, en la que el gobierno   estatal y los municipales son meros espectadores. Es la presunta causa del   deterioro y la violencia que agobian a Tamaulipas. En tanto, las autoridades, a   través de voceros han asegurado una y otra vez "estamos en paz". 
 
 Números y   posiciones 
 
 El   fenómeno que ya han vivido otras entidades fronterizas, pero que en Tamaulipas se   ha agudizado por el mismo combate que narcotraficantes hacen de organizaciones   rivales, es la extorsión, con el consabido cobro de "derecho de piso" o de paso.   Quienes se resisten a pagar desatan los enfrentamientos, los levantones y los   homicidios. 
 
 Las   cifras de los crímenes ocurridos en la entidad surgen de diferentes fuentes,   principalmente a través de las redes sociales, pues muchos de los medios de   comunicación tradicionales de esa región han optado por no informar de los hechos   ni de las estadísticas. Tan solo en abril de 2014 se   contabilizaron 72 asesinatos producto de las más recientes balaceras, que han   marcado la escalada en este tipo de delitos. 
 
 Sin embargo, las autoridades ya no "maquillan" los números como en   antaño. Ahora los borran materialmente. Así, en la página web de la Procuraduría   General de Justicia del Estado de Tamaulipas ya no aparecen ciertos rubros en lo   que la dependencia denomina: "Averiguaciones Previas Iniciadas sobre los Delitos   de Mayor Incidencia en el Estado Durante el Periodo de.". 
 
 Se reportan las estadísticas del   primer trimestre de 2014, desglosadas por mes, solo que no aparecen homicidio,   secuestro ni extorsión, entre otros ilícitos graves o de alto impacto. El ilícito   más grave que se difunde en el portal es el robo de vehículos, el resto es sobre   otro tipo de robos, lesiones, amenazas, violencia familiar y abandono de   obligaciones alimenticias, entre otros. 
 
 De ser el primer productor nacional de sorgo, y el tercer lugar   nacional en producción de carne, Tamaulipas ahora resalta en otras primeras   posiciones, pero en aspectos negativos y deshonrosos. Ocupa el primer lugar en   desempleo en el país, primero en extorsiones vinculadas al tráfico de drogas, y   también es campeón de la ordeña de ductos de combustible de Petróleos Mexicanos   (PEMEX) en su territorio. 
 
 Balaceras y muertes 
 
 A mediados del mes de marzo último, Rafael Lomelí Martínez renunció   al cargo de secretario de Seguridad Pública estatal. Llegó al relevo el General   Brigadier retirado, Arturo Gutiérrez García, con quien se pensó que, por su   experiencia castrense, se estaría reforzando al esquema policiaco en la   entidad. 
 
 Sucedió lo contrario. Al iniciar abril se agudizó la problemática y   reaparecieron las balaceras y asesinatos múltiples. 
 
 Desde el primer día de mes se   reportaron enfrentamientos en Reynosa, entre miembros del Cártel del Golfo y   elementos del Ejército Mexicano y la Marina. Hubo bloqueos en las vialidades y la   alerta en Tamaulipas y Nuevo León para que la gente no viajara hacia la zona. El   motivo de la reacción de los narcos: la captura de Jesús Alejandro Leal "El   Simple", líder de la organización criminal en esa plaza. 
 
 Autoridades federales informaron que   una serie de acciones en los últimos días de marzo permitió la detención de "El   Simple" y de otras 33 personas, el aseguramiento de 28 armas de fuego, más de 3   mil cartuchos, 41 vehículos y 6 mil litros de combustible robado. 
 
 A partir de entonces no ha habido   tregua. Cinco días después, una balacera entre criminales armados y militares en   el poblado de Los Guerra, municipio de Miguel Alemán, arrojó saldo de cuatro   muertos y dos lesionados. Soldados detuvieron a cinco presuntos sicarios y   aseguraron veinte armas de fuego. 
 
 El 6 de abril se conocía de seis asesinatos más a balazos en los   municipios de Madero y Tampico. Tres de las víctimas se hallaban en un hotel de   dos estrellas de la primera ciudad, cuando pistoleros arribaron para abrir fuego   contra dos de los huéspedes y una empleada del lugar. 
 
 Ráfaga de   declaraciones 
 
 Tras ese fin de semana trágico, el gobernador tamaulipeco Egidio   Torre Cantú se reunió con su homólogo de Nuevo León y citó a rueda de prensa a los   medios de comunicación para declarar: "Estos hechos de violencia son como   resultado de las acciones que estamos obteniendo en la lucha por regresar la   tranquilidad a la entidad". 
 
 Mientras el Gobierno del Estado aseguraba que todo estaba bajo   control y no era necesaria la presencia del Gobierno Federal, el 9 de abril, el   alcalde de Ciudad Mier, Roberto González González, hizo pública su exigencia al   Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, y al gobernador Torre Cantú, para   que se atendieran los graves problemas de inseguridad y violencia, con la   instalación de puestos de control militar en los accesos al   municipio. 
 
 El   Gobierno Federal envió refuerzos a Tampico y Madero. Un día después, el   comisionado nacional de Seguridad, Monte Alejandro Rubido, se lavaba las manos   sobre la violencia de la frontera y declaró que el incremento en los homicidios se   debe a "ajustes de cuentas entre grupos delincuenciales". 
 
 Por su parte, el 11 de abril, el   procurador general de la República, Jesús Murillo Karam, expuso a los medios   informativos que Tamaulipas no está abandonado y ya se estaba preparando una   estrategia integral, brindándose todo el apoyo. "La estrategia se está midiendo   con toda precisión", dijo el primer fiscal. 
 
 A los días siguientes, cansados de la inseguridad y el terror   desatado en las calles por grupos criminales, unos mil 500 habitantes de Tampico   vestidos de blanco marcharon por la paz en su ciudad, con demandas plasmadas en   pancartas y lonas en las que reclamaban una vida digna para ellos y para sus   hijos. 
 
 Entre   el 10 y 18 de abril hubo mayor tranquilidad en la entidad. El día 16, militares   rescataron a una persona secuestrada y detuvieron a nueve de los plagiarios en el   municipio de Llera de Canales. Y el día 18, elementos de la Marina acabaron con la   vida de tres civiles armados que los atacaron en Ciudad Victoria. 
 
 Homicidios al   "mayoreo" 
 
 Fuerzas federales informaron el 22 de abril que en el municipio de   Padilla detuvieron a un líder "Zeta", Iván Eduardo Hernández Ramírez, y a cinco de   sus colaboradores en poder de drogas, armas de fuego y otros   implementos. 
 
 Horas   más tarde, en dos balaceras de la Marina contra presuntos sicarios en San Fernando   y Matamoros, murieron siete personas, seis de ellas vinculadas a grupos criminales   y un civil ajeno a los hechos. 
 
 La noche del 26 de abril, sujetos armados que viajaban a bordo de dos   camionetas sembraron el pánico en Tampico al rafaguear con armas largas, las   fachadas de diversos establecimientos comerciales. Una persona fue alcanzada por   las balas y resultó con lesiones regulares. 
 
 Durante la última semana del mes pasado, un descomunal enfrentamiento   en calles de Reynosa entre militares y civiles armados dejó un saldo de 17   personas muertas, dos de ellos agentes federales, 13 presuntos narcotraficantes y   dos víctimas inocentes. La Comisión Nacional de los Derechos Humanos inició una   queja oficiosa para investigar presuntas violaciones a los derechos fundamentales   de los fallecidos ajenos al conflicto. 
 
 Este suceso detonó toda la atención nacional que tenía sus ojos   puestos en lo que ocurre en el Estado de Michoacán con los grupos de autodefensas   y su guerra contra el cártel de Los Caballeros Templarios. 
 
 Egidio Torres Cantú ya no salió a   declarar, pero el primero de mayo, a través de su vocero Guillermo Martínez, mandó   decir "estamos en paz, en calma". Nuevos enfrentamientos en Miguel Alemán un día   después desvirtuaban el exabrupto oficialista: tres muertos de organizaciones   delictivas que zanjaron sus diferencias a balazos. Varias fachadas de casas   quedaron con las cicatrices de proyectiles de armas de fuego. 
 
 Para el 3 de mayo, la Marina amplió su   cobertura de sobrevigilancia a los municipios de Victoria, Mante, Río Bravo, Nuevo   Laredo, Valle Hermoso y Reynosa. En esta última localidad fue descubierto un túnel   donde se encontraron tres camionetas blindadas, doce cargadores para armas largas,   más de mil balas y tres radios de comunicación. 
 
 La paz no llegó con estas acciones, ya   que el lunes 5 de mayo, en dos confrontaciones de las fuerzas federales y personas   armadas, en Matamoros y Reynosa, hubo cinco muertos, todos ellos civiles. Esa   misma noche, pero en Ciudad Victoria, otra balacera tuvo saldo idéntico de cinco   defunciones, solo que una de las víctimas fue el recién nombrado director de   Investigaciones de la Policía Estatal Acreditable, Salvador de Haro Muñoz. Hubo   cinco detenidos. 
 
 Medios como rehenes 
 
 Envalentonado por la muerte del Comandante de Haro, el martes último   reapareció públicamente el gobernador Egidio Torre Cantú para decir que se le dará   batalla a la delincuencia "en todos los rincones de Tamaulipas", y aceptó que el   Gobierno Federal ya tiene presencia en diversos municipios. 
 
 Con un discurso diferente, por fin, el   miércoles 7 de mayo, nuevamente el vocero Guillermo Martínez reconoció que el   Estado tiene un problema "como en muchas partes de la República", pero negó que la   administración esté siendo omisa o se encuentre cruzada de   brazos. 
 
 Por su   parte, el senador Francisco García Cabeza de Vaca, uno de los mayores críticos del   gobierno y las políticas de seguridad de Torre Cantú, ha declarado que cuando se   registran hechos violentos como los ya descritos, las autoridades municipales y   estatales no dan aviso inmediato a las instituciones federales, sino hasta varias   horas después, denotando la complicidad de algunos alcaldes con la delincuencia   organizada. 
 
 García   Cabeza de Vaca, que denunció el presunto intento de levantón del que fue objeto el   28 de abril cuando circulaba en su camioneta con logotipos del Senado de la   República hacia el aeropuerto de Reynosa, compartió la percepción de que algunos   medios de comunicación en Tamaulipas están sometidos informativamente por los   gobiernos municipales y el estatal, pues son sus mejores clientes en la venta de   publicidad. 
 
 Antes   que el senador panista diera a conocer el intento de levantón del que salió bien   librado gracias a las maniobras de su chofer, la también senadora del mismo   partido, Maki Ortiz, señaló hace algunos meses que en el tramo carretero de Ciudad   Victoria a Reynosa, sujetos armados intentaron interceptarla. 
 
 Investigan a   policías 
 
 Tras   la muerte del director de Investigaciones de la Policía Estatal Acreditable,   Salvador de Haro Muñoz, la Procuraduría General de la República detuvo   precautoriamente a diez elementos de esa corporación, quienes podrían estar   coludidos con la delincuencia organizada y vinculados al   homicidio. 
 
 En un   escueto comunicado y curándose en salud, antes de la que dependencia federal   informara del asunto (lenta para dar a conocer sus acciones), la Secretaría de   Seguridad Pública de Tamaulipas les "madrugó". 
 
 Se informó que los policías estatales   fueron localizados a bordo de dos unidades de la corporación, en un sector fuera   del área de vigilancia que tenían en sus consignas. 
 
 Sin abundar en el caso específico, la   SSP tamaulipeca señaló que hay indicios de que los policías acreditables podrían   estar vinculados a un grupo delincuencial, por lo que fueron detenidos y puestos a   disposición del Ministerio Público de la Federación. No más. 
 
 En tanto, el miedo para los habitantes   y los propios policías municipales y estatales continúa en calles y caminos del   gran estado colindante con la frontera de Texas, entidad norteamericana que   también se muestra preocupada por la situación que se vive en territorio   mexicano.  | 
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